Entre el humor y el horror
"En junio de 1872, una ma?ana temprano, asesin¨¦ a mi padre, acto que me produjo una tremenda impresi¨®n". As¨ª comienza uno de los breves relatos de 'El clan de los parricidas', recogido en el volumen ?Pueden suceder tales cosas?, que contiene todos los relatos fant¨¢sticos de su autor. Ambrose Bierce, periodista y narrador, naci¨® en 1842 en el Estado de Ohio, Estados Unidos, pero no se sabe cu¨¢ndo muri¨® porque en 1913, despu¨¦s de haber preparado le edici¨®n de sus obras completas, recorrido los lugares en los que luchara en su juventud durante la Guerra de Secesi¨®n y cedido su tumba en California a su hija, se intern¨® en el M¨¦xico revolucionario a los 71 a?os sin que haya vuelto a saberse nada m¨¢s de ¨¦l.
Bierce fue uno de los primeros columnistas independientes de la historia del periodismo. Trabaj¨® para los peri¨®dicos y revistas m¨¢s importantes de la ¨¦poca, pero su perdurabilidad la aseguran sus cuentos. Y de entre ellos, destacan los cuentos fant¨¢sticos o de fantasmas, que ahora se ofrecen por primera vez en su totalidad al lector espa?ol. Ambrose Bierce era el noveno hijo de un calvinista apocado y de una sargento de caballer¨ªa; probablemente el odio que tuvo a toda su familia (con excepci¨®n de su hermano Albert) unido a su viveza e inteligencia, debieron afinar la mordacidad que luego manifestar¨ªa en prosa; pero, adem¨¢s, su experiencia de juventud est¨¢ se?alada, sobre todo, por su experiencia de la Guerra de Secesi¨®n, que lo marc¨® para siempre. A partir de entonces su carrera de periodista iniciada en San Francisco lo lleva a los m¨¢s altos reconocimientos hasta que, como dec¨ªamos, tras llegar a ser un narrador de talento, inici¨® el viaje inverso (cierre de su obra, regreso a los lugares de batalla, entrega de su tumba formal) hacia el fin de sus d¨ªas.
La frase que inicia este comentario da fe de un estilo; quiz¨¢ el lector pueda pensar que se trata de la escritura de un gracioso optimista, pero se equivocar¨¢ de medio a medio. En primer lugar porque Bierce es, en sus mejores cuentos, un escritor de extrema hondura y sugerencia; v¨¦ase, simplemente, el que tengo por uno de los mejores relatos jam¨¢s escritos: Suceso en el puente sobre el r¨ªo Owl (tambi¨¦n conocido como El puente sobre el r¨ªo del b¨²ho, que fue llevado al cine): el empleo del tiempo y del ritmo que animan este relato de un ¨²ltimo anhelo, que contiene y muestra toda una vida, suspendido en el transcurso de unos escasos segundos, es un prodigio de invenci¨®n, imaginaci¨®n y t¨¦cnica literaria.
Los relatos de Bierce est¨¢n
llenos de muertos, parajes desolados y solitarios, caba?as abandonadas... y fantasmas. Casi todos suceden en el ¨¢mbito rural de la ¨¦poca y est¨¢n contados, por lo general, por un narrador que tiende a adoptar el tono de un contador de historias que se dirige a una concurrencia, lo cual le permite distanciarse en bien del lector lo que, unido al empleo del humor, obliga a una lectura placenteramente inteligente. Tiene un estilo directo, s¨ª, aunque muy preciso y casi dir¨ªa que animoso, a la hora de transmitir la historia que cuenta, pero por debajo acecha una oscura lucidez que recibe el miedo a tientas. En realidad, es la mezcla de humor y horror y estos cuentos muestran todas las gradaciones, desde el humor negro hasta lo macabro, desde lo siniestro hasta la crueldad. Bierce no era precisamente un amante de la humanidad, su infancia y su juventud le proveyeron, al parecer, de una mezcla de misantrop¨ªa y desconfianza en el ser humano que s¨®lo por medio del humor pod¨ªa hacer expresable. A veces, sin embargo -como en El suplicante o Un vagabundo infantil-, queda impregnada la crueldad del relato por un ramalazo de compasi¨®n. Se expresaba maravillosamente a las claras; v¨¦ase esta formidable imagen a t¨ªtulo de ejemplo: "Hac¨ªa una noche especialmente fr¨ªa y clara, como el coraz¨®n de un diamante". Le¨ªdo hoy, Ambrose Bierce resulta imprescindible para la buena salud mental y literaria y es de desear que por fin encuentre a sus lectores espa?oles.
La s¨¢tira, en cambio, estuvo
m¨¢s cerca de sus columnas y art¨ªculos period¨ªsticos, y as¨ª se muestra en uno de sus libros m¨¢s celebrados: El diccionario del diablo. La s¨¢tira tiene un punto de castigo, de flagelo, y no necesita tirar de lo siniestro o lo macabro para impresionar el esp¨ªritu del lector. Aqu¨ª el humor parece m¨¢s jovial y el ingenio se hace valer m¨¢s por s¨ª mismo. Bierce se lanz¨® a componerlo cuando estaba en la plenitud de su ¨¦xito, continu¨® a pesar de situaciones adversas y lo dio por bueno para sus obras completas con notables ausencias. Esta edici¨®n espa?ola tiene el m¨¦rito de corresponderse con la realizada por Ernesto J. Hopkins, que repone entradas eliminadas por Bierce por prejuicios literarios y rastrea y rescata otras que se consideraban perdidas. El conjunto es un libro para tenerlo a mano y hojearlo siempre. Incluso puede ser muy bueno acudir a ¨¦l despu¨¦s de leer uno o dos cuentos de ?Pueden suceder tales cosas? para cerrar el d¨ªa. Ambos libros ofrecen una cuidada traducci¨®n.
Y como lo suyo es que cada palo aguante su vela y para dar ejemplo, aqu¨ª traigo a colaci¨®n bien oportunamente una de las entradas del Diccionario, la que responde a "cr¨ªtico": "Persona que alardea de ser dif¨ªcil de complacer porque nadie pretende complacerle".
Ambrose Bierce. ?Pueden suceder tales cosas? Varios traductores. Valdemar. Madrid, 2005. 448 p¨¢ginas. 22,90 euros. El diccionario del diablo. Traducci¨®n de Vicente Campos. Galaxia Gutenberg/C¨ªrculo de Lectores. Barcelona, 2005. 480 p¨¢ginas. 18,90 euros.
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