15 a?os y una semana

Las elecciones del pasado domingo han sido las m¨¢s disputadas en la historia reciente de Galicia, y en las que m¨¢s se jugaban todos los contendientes. Incluso en las filas socialistas, que desde la llegada de Manuel Fraga a la Xunta presentaron cuatro candidatos distintos y pasaron de ser segunda a tercera fuerza en un Parlamento de tres (PP, BNG y PSdeG), se dec¨ªa abiertamente que ¨¦sta era la primera vez en que hab¨ªa posibilidades reales de cambio. Los resultados les dieron la raz¨®n. Un 45% de los electores apostaron por la continuidad de Fraga y del PP (37 esca?os), frente a un 52% que apoyaron la alternativa socialista (25) y nacionalista (13), fuerzas que tambi¨¦n por primera vez reconoc¨ªan su disposici¨®n a pactar. Sin embargo, despu¨¦s de 15 a?os tendr¨¢n que esperar, como pronto, hasta ma?ana o el martes, cuando se haga el recuento del voto emigrante, para celebrar la victoria. O no.

Fraga ha encargado dos borradores de discurso, uno para cada posibilidad

Touri?o: "Galicia quiere un cambio, pero parece que eso depende de los gallegos del exterior"

La sensaci¨®n m¨¢s extra?a es que no llegan faxes, o muy pocos. Si la actividad de una Administraci¨®n -o al menos su af¨¢n en demostrarla- se refleja en la producci¨®n de notas y comunicados, la Xunta de Manuel Fraga ha funcionado esta semana a medio gas. La veintena larga de e-mails diarios del mes pasado se ha reducido a la mitad. "Es cierto que hay menos actividad. En verano suele bajar. Y tampoco es el momento de vender grandes proyectos, aunque todo depende del estilo de cada consejero. En algunos departamentos se pelea hasta el final y en otros reina la sensaci¨®n de que esto se acaba", comentan fuentes de la Xunta.

Los funcionarios coinciden en que los ¨¢nimos en la Administraci¨®n, adem¨¢s de bajos, van por barrios. "Nadie firma nada. En consejer¨ªas como Sanidad, Medio Ambiente o Agricultura ya est¨¢n recogiendo los papeles, en la de Pol¨ªtica Territorial siguen contra viento y marea", asegura el presidente del comit¨¦ de personal, Xan Carlos Ansia. "Ahora me cruzo en la cafeter¨ªa de San Caetano

[el edificio administrativo de la Xunta] con cargos que no hab¨ªa visto en a?os, a los que los camareros llevaban las consumiciones al despacho. En general, est¨¢n m¨¢s amables".

Lo que tambi¨¦n es general en todos los departamentos es la petici¨®n de reconocimiento de grado, es decir, aquellos funcionarios que ejercieron durante a?os cargos de libre designaci¨®n piden que se les reconozca el nivel retributivo que disfrutaron para conservarlo en su nuevo destino.

Desde el domingo, Fraga ha mantenido su horario habitual, "que es lo que hace que aguante tanto", seg¨²n gentes de su entorno. Y est¨¢ m¨¢s amable. "El lunes estaba genial, con el orgullo de haber mantenido el tipo despu¨¦s de una legislatura espantosa, pero el martes se vino un poco abajo. Mantiene las esperanzas, no muchas, y dispuesto a asimilar lo que venga", aseguran. De hecho, si la jornada del 14 de marzo de 2004 Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero mand¨® preparar un ¨²nico discurso, el de la victoria, ahora Fraga ha encargado dos borradores, uno para cada posibilidad, con el aviso de que aguantar¨¢ otros cuatro a?os (hasta cumplir los 86) en lo que toque: presidente del Gobierno aut¨®nomo o l¨ªder de la oposici¨®n. "Todos somos conscientes, y ¨¦l m¨¢s, de que es el ¨²nico que mantiene la unidad del PP gallego. Pero si perdiera y optara por quedarse en Galicia, ni siquiera tendr¨ªa una casa, porque la de Perbes es un chal¨¦ de verano. Tendr¨ªa que irse a Madrid con sus hijas, pero no va a querer", dice un ex miembro de su Gobierno.

Las sensaciones son muy distintas en la oposici¨®n, aunque en el fuero interno de sus dirigentes siga anidando un rescoldo de desconfianza ante lo que pueda pasar. El probable sucesor de Fraga -si los votos de los ausentes no enmiendan la decisi¨®n de los presentes-, el socialista Emilio P¨¦rez Touri?o, disfrut¨® hasta el martes pasado de la familia (le visitaron su hijo y su nieto de Madrid), ley¨® La rep¨²blica de los sue?os, de N¨¦lida Pi?¨®n, y pas¨® alguna tarde en su aldea de Angueira (Padr¨®n). El viernes desconect¨® el m¨®vil y se fue de viaje con rumbo desconocido.

En todo ese tiempo, revis¨® papeles (organigramas de la Xunta, informes sobre distintos temas) y, sobre todo, intent¨® mantener la serenidad ante la que considera "la extra?a sensaci¨®n, la nube que se quiere generar de que aqu¨ª no ha pasado nada, cuando los resultados son inequ¨ªvocos. Galicia ya ha dicho que quer¨ªa un cambio plural, pero parece que eso es como si no hubiese existido, como si la decisi¨®n la fuesen a tomar en exclusiva los gallegos del exterior", confiesa Touri?o, que reconoce que le ha llamado "media humanidad", pero nadie para postularse para un cargo. "Faltan tres semanas para que se constituya el Parlamento, y el Gobierno se formar¨¢ a primeros de agosto. Queda mucho tiempo para debatir programas y pensar en nombres".

Su futuro socio, el portavoz nacional del BNG, Anxo Quintana, reconoce que "la verdad pura y dura" es que el domingo sufri¨® una decepci¨®n. "Esper¨¢bamos m¨¢s, pero se compens¨® con la satisfacci¨®n de que el PP perd¨ªa la mayor¨ªa", confiesa. Desde entonces, el reci¨¦n estrenado l¨ªder nacionalista ha dado ruedas de prensa, mantenido una reuni¨®n de la ejecutiva de la organizaci¨®n, una comparecencia y una votaci¨®n en el Senado ("fui a votar a favor de la ley de matrimonios homosexuales, tal y como dije en campa?a"), y anteayer mantuvo tres o cuatro reuniones. En total, 2.000 kil¨®metros, "la semana m¨¢s relajada despu¨¦s de un a?o fren¨¦tico".

"Mucha gente me para por la calle, pero para felicitarme, no como otras veces". El choque fue en Madrid. "Not¨¦ muchas miradas por la calle, y pens¨¦ que hab¨ªa sido la campa?a, hasta que vi en un peri¨®dico gratuito mi foto a todo trapo con el titular 'El nuevo Carod Rovira' y entend¨ª las miradas. Bien, si eso hace que se hable de Galicia por otra cosa que no sean ciertos fen¨®menos esot¨¦ricos...", ironiza Quintana.

Hay otros sectores que tambi¨¦n contienen el aliento desde el domingo. En concreto, aquellos a los que el presidente gallego en funciones ha echado parte de culpa del resultado (adem¨¢s de a Jos¨¦ Blanco, el secretario de organizaci¨®n del PSOE): Burla Negra y Nunca M¨¢is. "Esto parece Pesadilla en San Caetano", bromea el actor Miguel de Lira, uno de los animadores del colectivo Burla Negra, que confiesa que el domingo tuvo la reacci¨®n de los clowns, re¨ªr y llorar al mismo tiempo. "Desde fuera pueden parecer unas elecciones muy gallegas, en las que no se sabe el resultado, pero desde aqu¨ª

[Carnota, al sur de la Costa da Morte] lo que no se entiende, gente del PP incluida, es c¨®mo vota gente que no ha pisado estas tierras y no lo pueden hacer los que se han ido a trabajar a Canarias".

Mabel Rivera, la actriz revelaci¨®n de Mar adentro, portavoz del filme colectivo Hai que botalos, reconoce que sigue "en ascuas, entre la esperanza y el desasosiego", al tiempo que afirma que "gane quien gane, ya no hay vuelta atr¨¢s en ganar espacios de libertad de cr¨ªtica". De hecho, est¨¢ montando un documental sobre las pr¨¢cticas de obtenci¨®n del voto emigrante. Y hoy est¨¢ convocada en Santiago una cadena humana que unir¨¢ las estatuas de Castelao y Pablo Iglesias. Se llama "Ga?amos n¨®s" (Ganamos nosotros).