Al servicio de la Generalitat

La fusi¨®n de las dos grandes cajas de ahorro valencianas, Bancaixa, asentada en Valencia y con sede social en Castell¨®n, y la CAM, mayoritaria en Alicante, es un sue?o que han acariciado todos los sucesivos presidentes de la Generalitat valenciana para apoyarse en un brazo financiero de primer orden. Eduardo Zaplana, actual portavoz del PP en el Congreso y ex presidente de la comunidad, tradujo su empe?o en una ley auton¨®mica que modific¨® la representaci¨®n institucional en las cajas de ahorro y cre¨® un grupo de consejeros generales en representaci¨®n de la Generalitat Valenciana antes inexistentes, en detrimento de los consejeros de los ayuntamientos, los impositores y las entidades fundacionales. Como resultado, los representantes designados por las administraciones auton¨®mica y local se convirtieron en mayoritarios por primera vez en las asambleas de ambas cajas.

El control pol¨ªtico aflora ahora en un episodio esperp¨¦ntico: el enfrentamiento en el seno del PP ha herido de muerte a la CPE

La implicaci¨®n de ambas cajas deriv¨® en 2002 en la constituci¨®n de Cartera de Participaciones Empresariales

El socialista Joan Lerma hab¨ªa implicado antes a las dos grandes cajas en una entidad dise?ada como un fondo de capital riesgo (Invercova). Pero cuando lleg¨® Zaplana embarc¨® a Bancaixa y a la CAM en el n¨²cleo duro de Terra M¨ªtica, el parque tem¨¢tico de Benidorm que hoy atraviesa una suspensi¨®n de pagos. Las dos cajas valencianas se han visto forzadas a elevar su participaci¨®n en el complejo de ocio a trav¨¦s de ampliaciones de capital y controlan en conjunto el 40% del capital de la sociedad, un proyecto impulsado por la Generalitat valenciana que Zaplana siempre defini¨® como emblem¨¢tico y que tras cuatro a?os en marcha arrastra una deuda de 218 millones de euros.

Las dos cajas valencianas se implicaron tambi¨¦n en la construcci¨®n y gesti¨®n de un nuevo hospital comarcal en la localidad de Alzira, de la mano de Adeslas. El hospital de Alzira, financiado con dinero p¨²blico pero gestionado por "la iniciativa privada", se present¨® como paradigma del nuevo modelo sanitario impulsado por el Partido Popular. Torrevieja y D¨¨nia dispondr¨¢n en breve de centros similares.

A la luz del poder

La implicaci¨®n de ambas cajas, siempre en la misma proporci¨®n, en proyectos mayoritariamente alumbrados desde el poder, deriv¨® en la constituci¨®n de Cartera de Participaciones Empresariales, una sociedad conjunta, en septiembre de 2002, apenas dos meses despu¨¦s de que Zaplana dejara la presidencia del Gobierno auton¨®mico para ser ministro de Trabajo. Dos meses despu¨¦s, el gobierno auton¨®mico, presidido por Jos¨¦ Luis Olivas, adaptaba la ley de cajas a la nueva norma estatal y recortaba, ligeramente, la presencia de representantes pol¨ªticos en las asambleas de las cajas. De un mayoritario 56% pasaron a tener un potente 50%.

Jos¨¦ Luis Olivas, que hab¨ªa sido secretario general del PP de la Comunidad Valenciana, consejero de Econom¨ªa de Zaplana entre 1995 y 1999 y vicepresidente econ¨®mico del Gobierno auton¨®mico hasta que accedi¨® a la presidencia de la Generalitat en julio de 2002, fue elegido presidente de Bancaixa en enero del a?o pasado. La reducci¨®n del peso pol¨ªtico de la asamblea de la caja result¨® en el nombramiento de Olivas y la incorporaci¨®n de destacados cargos socialistas al consejo de la caja valenciana, entre ellos el que fuera responsable de finanzas del partido en la Comunidad Valenciana, Josep Mar¨ªa Catalu?a.

Olivas se ha puesto el traje de financiero y finge un absoluto desapego hacia la cosa pol¨ªtica. Francisco Camps, presidente de la Generalitat valenciana desde hace dos a?os, parece evitar la presi¨®n sobre las dos entidades. De hecho, consinti¨® la suspensi¨®n de pagos de Terra M¨ªtica tres meses despu¨¦s de llegar al poder, al negarse a aportar m¨¢s fondos p¨²blicos o apretar a las cajas para que lo hicieran.

El control pol¨ªtico ejercido sobre las dos grandes cajas valencianas aflora ahora en un episodio esperp¨¦ntico. El enfrentamiento en el seno del PP de la Comunidad valenciana entre dos bandos supuestamente alineados con el actual presidente, Francisco Camps, mayoritario en Valencia y Castell¨®n, y su predecesor, Eduardo Zaplana, mayoritario en Alicante, ha herido de muerte a Cartera de Participaciones Empresariales (CPE), la sociedad conjunta que se instituy¨® como remedo de una fallida fusi¨®n.

La renovaci¨®n del consejo de CPE est¨¢ pendiente desde hace meses. La designaci¨®n de los representantes de la CAM se ha convertido en campo de batalla entre valencianos y alicantinos. Si no se resuelve en los pr¨®ximos d¨ªas, la sociedad podr¨ªa incluso disolverse. Bancaixa finge que CPE es un instrumento que puede ser ¨²til, pero ninguna de las cajas perder¨ªa nada con su desaparici¨®n. S¨®lo quedar¨ªa en cuesti¨®n la Generalitat valenciana, incapaz de sostener el ¨²nico punto de encuentro entre las dos grandes cajas valencianas que tanto persigui¨® en a?os pasados. El empe?o pol¨ªtico a favor de la fusi¨®n se torna, ahora, un mal sue?o.