La metamorfosis de Alcaraz
El l¨ªder de la AVT es un hombre emotivo que se ha convertido en azote del Gobierno y de otras v¨ªctimas de ETA
Se quita las gafas y saca un pa?uelo blanco, su voz se entrecorta como un tel¨¦fono m¨®vil que va perdiendo cobertura. Francisco Jos¨¦ Alcaraz llora con frecuencia. Dice que la ¨²ltima vez fue hace una hora. Llora cuando se le pregunta por su hermano ?ngel o por sus sobrinas Mirian y Esther, que murieron al amanecer del 11 de diciembre de 1987, cuando tres terroristas de ETA colocaron un coche bomba cargado con 50 kilos de explosivos junto a la casa cuartel de la Guardia Civil de Zaragoza. Durante los diez a?os siguientes, Francisco Jos¨¦ Alcaraz intent¨® enterrar aquella desgracia. Nunca hablaba del atentado. Tampoco era capaz de enfrentarse a las fotograf¨ªas de su hermano, que cuando muri¨® ten¨ªa 19 a?os, ni de sus sobrinas, que acababan de cumplir tres. Sin embargo ahora, y a pesar de las l¨¢grimas, Alcaraz parece otro hombre.
Durante diez a?os no fue capaz de mirar la fotograf¨ªa de su hermano muerto
Sus amigos dicen que es muy humano; sus cr¨ªticos, que pertenece a la extrema derecha
Natural y vecino de Torredonjimeno, provincia de Ja¨¦n, tiene 36 a?os y desde hace uno preside la Asociaci¨®n de V¨ªctimas del Terrorismo, la AVT, una organizaci¨®n que se define "apol¨ªtica y ben¨¦fica" y que naci¨® en 1981. Aquel a?o fueron asesinadas 42 personas por ETA y los GRAPO, pero tambi¨¦n por los Comandos Aut¨®nomos Anticapitalistas y por grupos de extrema derecha. Ni que decir tiene que las v¨ªctimas de entonces no contaban con el apoyo pol¨ªtico, social ni econ¨®mico que re¨²nen ahora, y era ese vac¨ªo el que pretend¨ªa llenar la AVT. Francisco Jos¨¦ Alcaraz ten¨ªa entonces 11 a?os y acababa de tomar una decisi¨®n importante.
Se hizo testigo de Jehov¨¢. Sus padres eran cat¨®licos, trabajadores y m¨¢s bien de izquierdas, pero ¨¦l abraz¨® su nueva fe con tanto ah¨ªnco -un rasgo de su car¨¢cter que conserva intacto- que se dedic¨® a vender biblias y a hacer apostolado entre sus vecinos, quienes, no obstante, pronto advirtieron que Francisco Jos¨¦ se alejaba de los Testigos de Jehov¨¢ para pasarse a la iglesia Evang¨¦lica. No tard¨® en darse cuenta de que tampoco all¨ª estaba el camino. Cuando explica aquellos desenga?os en cadena, Alcaraz utiliza las mismas palabras que escoge para abominar de la pol¨ªtica: "Me fui porque puedo coincidir con muchas ideas de cat¨®licos, mormones o testigos, pero si te encierras en una religi¨®n coartan tu libertad. Y la libertad tambi¨¦n se pierde cuando uno pertenece a un partido, cuando uno defiende una ideolog¨ªa. Al definirse de izquierdas o de derechas, uno ya est¨¢ perdiendo libertad".
Aunque so?¨® con ser veterinario, pronto se decidi¨® por la peluquer¨ªa y la est¨¦tica. Para prepararse se march¨® a Zaragoza, donde viv¨ªa su hermana, casada con un artificiero de la Guardia Civil. Francisco Jos¨¦ vivi¨® un tiempo en la casa cuartel, y anim¨® a su hermano ?ngel para que lo imitara. Es ah¨ª donde le naci¨® la culpa. Cuando el 11 de diciembre de 1987, a las seis de la ma?ana, los tres terroristas dejaron un Renault 18 junto a la tapia del cuartel y encendieron la mecha, Francisco Jos¨¦ Alcaraz ya se hab¨ªa vuelto a Torredonjimeno para montar una peluquer¨ªa, pero ?ngel a¨²n continuaba all¨ª. Al relatar todo aquello, Francisco Jos¨¦ deja entrever el infierno en el que habit¨® en silencio durante los diez a?os, uno tras otro, en los que no fue capaz de enfrentarse a la fotograf¨ªa del hermano muerto. Aparecen en el relato dos demonios recurrentes en la conversaci¨®n de Alcaraz: los pol¨ªticos -o ciertos pol¨ªticos- y los periodistas. "Cuando salimos con los f¨¦retros de la bas¨ªlica del Pilar nos tuvimos que refugiar porque nos tiraban monedas y mecheros. Y eran especialmente sus compa?eros de la prensa los que empezaron a tirarlos, s¨ª, s¨ª, la prensa. Porque cuando est¨¢bamos dentro sus compa?eros contaban chistes, se re¨ªan, y entienda que con 11 f¨¦retros all¨ª, vi¨¦ndolos muertos de risa, mi cu?ado les pidi¨® respeto y dijo que o se iban de dentro de la bas¨ªlica o cog¨ªamos los f¨¦retros y nos march¨¢bamos. As¨ª que los desalojaron y cuando sal¨ªamos fuera..., nos lo pagaron. Al d¨ªa siguiente, cuando llegu¨¦ a mi pueblo a enterrar a mi familia, que fue la ¨²nica vez que fui al cementerio, me encontr¨¦ con una pintada en el campo de f¨²tbol que pon¨ªa viva ETA, y eso que vivo en un pueblo de Ja¨¦n. Pero, siendo duro todo aquello, m¨¢s duro fue lo que public¨® su peri¨®dico al d¨ªa siguiente. Dijo que el Gobierno ten¨ªa informaci¨®n de que se pod¨ªa cometer un atentado all¨ª... Y a partir de ah¨ª no hablamos m¨¢s de aquello. Mi padre entr¨® en una depresi¨®n y falleci¨® a los pocos meses de c¨¢ncer, a consecuencia del disgusto. Han sido", concluye Alcaraz, "casi diez a?os sin poder ver [carraspea de emoci¨®n] las fotos de mi hermano y de mis sobrinas. Me ha costado mucho superarlo. Mi esposa me ha ayudado y, bueno, llevo ya cuatro o cinco a?os con las fotograf¨ªas de ellos en la cartera".
Las llevaba el 15 de diciembre de 2004 cuando compareci¨® ante la comisi¨®n parlamentaria del 11-M. Era la primera vez que Alcaraz, presidente de la AVT desde unos meses antes, se asomaba a las c¨¢maras de televisi¨®n, pero casi no le hicieron caso. Su intervenci¨®n se produjo despu¨¦s de la de Pilar Manj¨®n, la portavoz de los afectados por la matanza de Madrid, que con su discurso conmocion¨® al pa¨ªs. Se puede decir que a partir de aquel d¨ªa la actitud de Alcaraz no ha hecho m¨¢s que endurecerse.
"Yo s¨®lo tengo la EGB y cursos de tricolog¨ªa". A Francisco Jos¨¦ Alcaraz ya le iban bien sus cl¨ªnicas especializadas en implantes de cabello cuando, superado el trauma, decidi¨® entrar en el mundo de las v¨ªctimas. Hizo amigos. "Es un hombre sencillo, muy emotivo, muy humano", dice Gotzone Mora, profesora de la Universidad del Pa¨ªs Vasco, "y tiene las ideas muy claras. No duda". Pero tambi¨¦n sembr¨® y cosech¨® enemigos. "Le mueven dos cosas. La vanidad", explica Manuel Quesada, un polic¨ªa que sobrevivi¨® a dos atentados y que pertenece a la asociaci¨®n andaluza de v¨ªctimas, "y su afici¨®n a la pol¨ªtica. Aunque diga que no es del PP, pertenece a la extrema derecha". Dice Quesada que Alcaraz se est¨¢ confundiendo de objetivo: "Nos ataca a nosotros y ataca al Gobierno, cuando su lucha tiene que ser contra ETA". Es una opini¨®n que comparte Joaqu¨ªn Vidal Ortiz, presidente de las v¨ªctimas andaluzas: "Llora mucho, pero a la vez que llora practica el te pill¨¦. Nos grababa conversaciones y nos meti¨® en los tribunales. Le ganamos dos veces y fue cuando se fue y fund¨® la otra asociaci¨®n, la que lleva su mujer".
Se llama Verde Esperanza y, efectivamente, la dirige Carmen ?lvarez. En su p¨¢gina web se informa de la concesi¨®n del ¨²nico premio de la asociaci¨®n a ?ngel Acebes y de la participaci¨®n de Alcaraz en un curso sobre Nacionalismo y Totalitarismo en compa?¨ªa de destacadas figuras del PP y de su ¨®rbita de pensamiento. "No soy de ning¨²n partido", se defiende Alcaraz, quien culpa una y otra vez a la prensa de situarlo a la vera del PP, y a?ade: "La mayor politizaci¨®n es cuando se nos trata de politizar diciendo que estamos politizados...". A rengl¨®n seguido, el presidente de la AVT amenaza con seguir organizando manifestaciones en contra del Gobierno, considera indispensable la dimisi¨®n de Gregorio Peces-Barba y califica de "traici¨®n" la actual pol¨ªtica antiterrorista.
Su ¨²ltima decisi¨®n ha sido destituir por burofax a Daniel Portero como portavoz de la AVT en los juicios contra etarras y al abogado Pedro Cerrac¨ªn, que lleva ocho a?os trabajando para las v¨ªctimas, los dos ¨²ltimos preparando el inminente juicio contra Ekin, el supuesto entramado pol¨ªtico vinculado a ETA cuyo sumario consta de 2.000 tomos. Alcaraz justific¨® los despidos declarando que se lo hab¨ªan pedido much¨ªsimos asociados, a lo que Daniel Portero replic¨® ayer: "Si Alcaraz cree que much¨ªsimos socios son 125 o 150 que asistieron a la ¨²ltima asamblea, habr¨¢ que recordarle que la AVT tiene 4.000...".
Daniel Portero es uno de los hijos del fiscal jefe del Tribunal Superior de Justicia de Andaluc¨ªa asesinado por ETA. Se da la circunstancia de que fueron ¨¦l y su hermano Luis quienes franquearon a Alcaraz la puerta de la AVT. "De todas formas, lo esperaba", reconoce Daniel, "no s¨¦ por qu¨¦ lo hace, pero est¨¢ dividiendo a las v¨ªctimas. Desde que lleg¨® al cargo ha sufrido una metamorfosis".
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