El circo
El alcalde de M¨¢laga pone un circo y le crecen los enanos, al elefante se lo come el le¨®n y a la jirafa le entra tort¨ªcolis. No le pueden pasar m¨¢s cosas en menos tiempo. De la Torre, sin embargo, no desfallece. Y a pesar de la acumulaci¨®n de problemas, sigue vendiendo entradas para la funci¨®n sin cambiar los artistas y manteniendo los mismos n¨²meros circenses. Cualquier d¨ªa para que el espect¨¢culo salga adelante termina haciendo de enano, de elefante y de jirafa. Desde el inicio de la legislatura, hay gente en su entorno empe?ada en colocarlo en el filo de un alambre. Y la oposici¨®n, que se compr¨® un abono, asiste de espectador. De vez en cuando alguno se levanta para tensar el alambre y vuelve a sentarse a la espera de que el primer edil termine con los pies en el suelo. La oposici¨®n va a minar la credibilidad del alcalde sin disparar un tiro. Ya se ocupan de ello sus compa?eros de partido y sus asesores.
El alcalde es un excepcional malabarista. Es capaz de sostener tres pol¨¦micas a la vez con una misma mano y no desprenderse de ninguna. Todav¨ªa no hab¨ªa resuelto el problema de la polic¨ªa, que perdi¨® los papeles donde se relataba la vida privada de una concejala, y vuelve a pasarse el d¨ªa dando explicaciones. Ahora con el expediente de una piscina que se ha hecho el gerente de Urbanismo. A este cargo de confianza le colocaron su licencia de obra menor entre un paquete de solicitudes y la firm¨® sin apercibirse de que el autorizador se estaba autorizando a ¨¦l mismo. El gerente lament¨® su error. Que no debi¨® ser tan gordo, ya que logr¨® que los expedientes se colocaran de una forma tan extraordinaria que la primera licencia expedida fue la suya.
El PSOE ha hecho balance de los dos a?os de legislatura y dice que De la Torre sale a una pol¨¦mica por mes. Ninguna, seguramente, es de juzgado de guardia. Pero lo llamativo del caso es que se van acumulando y la mayor¨ªa siguen abiertas. Agota las pol¨¦micas, al igual que a la oposici¨®n, por aburrimiento, pero sin tomar una sola medida. Lo mismo sale en defensa de un concejal de su equipo, que de un alto cargo, o de una empresa privada. Ejerce de alcalde con indirectas y con rega?inas. Tiene una guarder¨ªa, en vez de un equipo de gobierno. Aparece un informe con la vida privada de una concejal, dice que hay que ser m¨¢s cuidadosos con lo que se escribe. Que los papeles demuestran que la concejala no da un palo al agua, sale al paso dici¨¦ndole que debe normalizar el horario de trabajo. Que el gerente de Urbanismo se auto concede una licencia sin darse cuenta, le recuerda que debe saber lo que firma. Cualquier d¨ªa les manda repeticiones.
Afortunadamente, De la Torre suple las carencias de su gobierno con la oposici¨®n, que le ofrece aire cuando atraviesa un momento de apuro. Hace una semana se inaugur¨® un tercer carril en un tramo de la ronda de M¨¢laga. El acto fue suspendido por Fomento, pero s¨®lo se suspendi¨® para el alcalde, y no para la ministra y algunos dirigentes del PSOE, entre ellos la portavoz municipal Marisa Bustinduy. Una indudable torpeza pol¨ªtica y un aut¨¦ntico malabarismo institucional que le ha permitido a De la Torre contratar otro elefante y darle un complejo vitam¨ªnico a la jirafa. Preparado para afrontar el siguiente traspi¨¦ de cualquiera de sus leones.
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