Que ahorren los dem¨¢s

Ante los problemas de la contaminaci¨®n, del efecto invernadero, de la reducci¨®n de la capa de ozono y del cambio clim¨¢tico que se est¨¢ produciendo en la Tierra, en diciembre de 1997, 160 pa¨ªses se reunieron en la ciudad japonesa de Kioto en donde alcanzaron una serie de acuerdos para reducir las emisiones contaminantes. Es lo que se conoce mundialmente como el Protocolo de Kioto. Se asignaron una serie de cuotas permitidas de contaminaci¨®n por pa¨ªses hasta el a?o 2010; a la Uni¨®n Europea le correspondi¨® un recorte en sus emanaciones contaminantes del 8%. Pero ?qu¨¦ hacemos? Lo de siempre: hecha la ley, hecha la trampa. Uno de los acuerdos alcanzados fue el canje de emisiones, que consiste en que un pa¨ªs que haya emitido m¨¢s gases de los permitidos, puede utilizar la cuota no consumida por otra naci¨®n, siempre que le compense, mediante acuerdos entre ambas naciones. As¨ª que los pa¨ªses m¨¢s ricos les compran parte de su cuota a los pa¨ªses m¨¢s pobres, y seguimos contaminando.

Esto que al leerlo nos parece lejano, lo estamos haciendo todos a diario. Cuando caen cuatro gotas, en lugar de coger el paraguas sacamos el coche. Para ir al bar de la esquina, como quien dice, cogemos el coche. Nos lavamos los dientes y dejamos correr el agua del grifo hasta que acabamos. Como es verano, ponemos el aire acondicionado del coche incluso cuando la temperatura no es tan alta, cuando simplemente bajando un poco la ventanilla, ya ir¨ªamos bien. Dejamos encendido un televisor que nadie est¨¢ viendo, una bombilla que no hace ninguna falta. Y as¨ª sucesivamente. Que cada uno haga su propio an¨¢lisis.

Si fu¨¦ramos conscientes de la importancia que un poco de ahorro de cada uno de nosotros tiene para el planeta, otro gallo nos cantar¨ªa. Pero a todos nos pasa, que derrochamos. Hacemos el uso que nos parece de todo lo que est¨¢ a nuestro alcance para vivir mejor y pensamos: que ahorren los dem¨¢s.