La belleza y la c¨®lera
Estado de cosas, orden establecido, statu quo: tres personas distintas y una entidad com¨²n contra la que disparan los heterodoxos que no pueden soportar la distancia entre lo que tenemos y lo que anhelamos. El ¨²ltimo libro de Luis Antonio de Villena (Madrid, 1951) es un compendio de poemas sobre el deseo, y por tanto contra la realidad instituida, pues el deseo que se ense?orea de estas p¨¢ginas ha asediado las convenciones sociales, y no pocas veces ha debido retirarse ante sus muros inexpugnables. Por esa raz¨®n Los gatos pr¨ªncipes est¨¢ recorrido por una insurgencia ejemplificada en el af¨¢n de los cuerpos y la soberan¨ªa del esp¨ªritu. Pero el estado de cosas est¨¢ recubierto por una costra cori¨¢cea que le permite resistir los embates sin apenas magulladuras. Si en Las herej¨ªas privadas (2001), cuyos poemas fueron escritos al tiempo que ¨¦stos, el poeta mojaba su pluma en el dolor de una infancia y una adolescencia hostigadas por la intolerancia, aqu¨ª lo hace en la altaner¨ªa del yo, apostado en una madurez que mira al entorno con desprecio y con ira. Estos sentimientos le llevan a reclamar la invasi¨®n de los b¨¢rbaros -"las naves negras de los africanos"- o alguna calamidad apocal¨ªptica que arrase la Sodoma que, por paradoja, no es el recinto del libertinaje, sino el presidio del orden. Por aqu¨ª y por all¨¢ asoman las se?ales de un presente dionisiaco y euf¨®rico, eterno en su fugacidad, cuya libertad juvenil ha sido debelada por la represi¨®n, la masa, el plato de garbanzos, el dogal y el misal, sublimados, eso s¨ª, por la cultura mediante disfraces muy aparentes que se escriben con may¨²sculas: la Justicia, la Democracia, la Protecci¨®n al D¨¦bil... El libro defiende una propuesta hedonista codificada, que se afirma en tiradas confesionales a las que cabr¨ªa exigir una formulaci¨®n l¨ªrica capaz de penetrar las escamas ling¨¹¨ªsticas de la convenci¨®n. Sin embargo, el contramodelo por el que aboga est¨¢ construido con un lenguaje denotativo, sin los borborigmos de la ret¨®rica, s¨ª, pero tambi¨¦n sin el aliento visionario que, al verbalizarse con un lenguaje distinto al del poder que impugna, hubiera enriquecido el mero referencialismo y las serias pr¨¦dicas de esa moral otra: "La tibieza est¨²pida se ha convertido en Ley / y ha vaciado el entero significado de las palabras". Cabr¨ªa, por ello, preguntarse si para levantar un altar a la belleza exc¨¦ntrica no hubiera convenido algo m¨¢s que la imprecaci¨®n de un tiempo donde no hay "pol¨ªtica ni pensamiento"; el tiempo, en fin, "m¨¢s cobarde de la Historia".
LOS GATOS PR?NCIPES
Luis Antonio de Villena
Visor. Madrid, 2005
76 p¨¢ginas. 6 euros
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