Los nuevos socios reclaman los fondos

Tony Blair ha asumido esta semana la presidencia de la Uni¨®n mientras su Gobierno lanzaba una ofensiva en los pa¨ªses de la ampliaci¨®n dirigida a recuperar la confianza all¨ª perdida por su negativa a aprobar los presupuestos de la Uni¨®n para el periodo 2007-2013, que incluyen las ayudas a los nuevos socios. Son apoyos cruciales para la gran misi¨®n que se ha impuesto. La primera decisi¨®n de Blair como presidente ha sido convocar en oto?o una cumbre extraordinaria en la que los Veinticinco debatan sobre la futura direcci¨®n de la Uni¨®n y la reforma del modelo social europeo.

El no de Blair en la cumbre europea de junio a las Perspectivas Financieras (Presupuesto) de la Uni¨®n para el periodo 2007-2013 cre¨® amargura entre los 10 pa¨ªses de la ampliaci¨®n, que se sintieron traicionados por su gran adalid y ve¨ªan escaparse miles de millones de euros necesarios para su econom¨ªa. "Hubo falta de informaci¨®n y est¨¢n muy preocupados por el calendario. Conf¨ªan en que haya acuerdo, pero les preocupa mucho el cu¨¢ndo", explica Jack Straw, ministro de Asuntos Exteriores brit¨¢nico, al comentar las visitas del viceprimer ministro, John Prescott, y de su ministro para Europa, Douglas Alexander, a Polonia, Lituania, Hungr¨ªa, Rep¨²blica Checa y Eslovaquia, que seguir¨¢n con los otros pa¨ªses de la ampliaci¨®n. Un retraso en el presupuesto supondr¨¢ para estos pa¨ªses retrasos en la llegada de los fondos.

Blair ha prometido en todos los foros que intentar¨¢ sacar adelante el Presupuesto en este semestre, al tiempo que reconoce que es una tarea muy dif¨ªcil. Una alta fuente de su Gobierno concede en privado que "lo m¨¢s probable es que no haya presupuesto hasta el primer trimestre del a?o que viene", bajo presidencia austriaca. Gordon Brown, el ministro de Hacienda, resta valor al calendario y recuerda que ya en el pasado hubo alguna ocasi¨®n en que el acuerdo se alcanz¨® en el ¨²ltimo minuto.

Para Blair, Brown y Straw lo crucial es que bajo su presidencia se debata sobre la futura direcci¨®n de la Uni¨®n, c¨®mo hacerla competitiva en un mundo globalizado. Es una discusi¨®n en la que la disputa presupuestaria encarna las posiciones enfrentadas. Londres se niega a aceptar el reparto propuesto por considerar que dedica demasiado dinero a la agricultura, un sector en declive relativo en el sistema productivo de la Uni¨®n. Desear¨ªa ver rebajados los fondos dedicados al sector para potenciar los enfocados al desarrollo, la investigaci¨®n, la educaci¨®n y las reformas estructurales, armas para competir en el siglo XXI. Para Francia, primer beneficiario del presupuesto agr¨ªcola, las intenciones brit¨¢nicas son anatema.

Londres se deshace en esfuerzos para congraciarse con los pa¨ªses de la ampliaci¨®n, porque les quiere como aliados en el debate sobre el modelo social europeo y el futuro de la UE. El mensaje que se les hace llegar en todas las visitas es: "Siempre estuvimos a favor de la ampliaci¨®n y somos de los pocos pa¨ªses que han dejado abiertas las puertas a sus trabajadores", se?ala Blair. "Estoy dispuesto a encontrar un acuerdo presupuestario y a que los pa¨ªses de la ampliaci¨®n sean bien tratados".

Blair mantiene que el actual modelo europeo necesita reformas a fondo, porque es intolerable seguir con un sistema que mantiene 20 millones de desempleados. Pone como ejemplo los cambios estructurales y la flexibilizaci¨®n introducidos por su Gobierno, que, sin renunciar a la protecci¨®n social, ha reducido sensiblemente el paro. En la estrategia reformista, los pa¨ªses de la ampliaci¨®n son aliados naturales de Londres. Douglas Alexander dice que es pronto para saber si en sus visitas les ha convencido, pero recuerda c¨®mo en su anterior responsabilidad en calidad de ministro de Comercio muchos de sus colegas de la ampliaci¨®n hab¨ªan "estudiado en Estados Unidos y entend¨ªan muy bien por su pasada experiencia profesional c¨®mo funciona el mundo de la econom¨ªa y de la empresa".