?frica salvable
La cumbre del Grupo de los Ocho (G-8), que se celebra esta semana, reunir¨¢ en Escocia a los l¨ªderes pol¨ªticos de los pa¨ªses m¨¢s ricos para estudiar la dif¨ªcil situaci¨®n de los m¨¢s pobres. Hasta ahora, el presidente George W. Bush se ha resistido a la llamada hecha por el primer ministro brit¨¢nico, Tony Blair, de doblar la ayuda a ?frica de aqu¨ª a 2010. Es un tr¨¢gico error, derivado de una mala comprensi¨®n de las dificultades a las que se enfrenta ?frica y de las responsabilidades de Estados Unidos. La pol¨ªtica estadounidense se basa en su mayor¨ªa en la idea de que ?frica puede salir de la pobreza extrema por sus propios medios, que gran parte de la ayuda se malversa debido a la corrupci¨®n, y que Estados Unidos ya proporciona cantidades generosas. Son suposiciones err¨®neas se mire por donde se mire: ?frica est¨¢ atrapada en la pobreza, muchos pa¨ªses est¨¢n bien preparados para usar la ayuda con eficacia y la aportaci¨®n estadounidense es min¨ªcula en relaci¨®n a sus promesas, a su riqueza y a las necesidades de ?frica.
?frica est¨¢ preparada para salir de la pobreza si Estados Unidos y otros pa¨ªses ricos ayudan
?frica padece tres problemas simult¨¢neos que la atrapan en la pobreza. En primer lugar, no produce suficientes alimentos. Al contrario que Asia, ?frica no experiment¨® una revoluci¨®n verde en la producci¨®n de alimentos. En 1965, India obten¨ªa una media de 854 kilogramos de grano por hect¨¢rea en uso, mientras que el ?frica subsahariana obten¨ªa casi lo mismo, 773 kilogramos por hect¨¢rea. Pero en 2000, India produc¨ªa 2.293 kg por hect¨¢rea, mientras que ?frica produc¨ªa s¨®lo 1.118.
En segundo lugar, las enfermedades causan m¨¢s estragos en ?frica que en cualquier otra parte del mundo. La pandemia de sida que sufre el continente es conocida por todos; su pandemia de malaria, que matar¨¢ a tres millones de personas y causar¨¢ mil millones de enfermedades este a?o, no. India control¨® la malaria despu¨¦s de los a?os sesenta, pero ?frica no, entre otras razones porque all¨ª los mosquitos portadores tienen una particular habilidad para transmitir la enfermedad.
En tercer lugar, ?frica est¨¢ econ¨®micamente aislada, debido a una mal¨ªsima infraestructura, a las grandes distancias por tierra, y a que muchos pa¨ªses carecen de salida al mar. Estas barreras geogr¨¢ficas mantienen a buena parte del continente, especialmente en las zonas rurales, alejada de la corriente principal del comercio internacional. Sin las ventajas del comercio, a buena parte del ?frica rural le resulta dif¨ªcil mantenerse en los niveles de subsistencia.
A lo mejor Bush piensa que Estados Unidos hace mucho por ayudar a superar estos problemas, pero la verdad es que la ayuda estadounidense es m¨ªnima. La Comisi¨®n para ?frica creada por Blair, as¨ª como el Proyecto del Milenio de Naciones Unidas, han establecido que ?frica necesita aproximadamente 50.000 millones de d¨®lares anuales de aqu¨ª a 2010. La parte proporcional que le corresponde a EE UU es aproximadamente 15.000 millones al a?o. Pero la ayuda oficial estadounidense a ?frica es de s¨®lo 3.000 millones de d¨®lares anuales, y buena parte de la misma se dedica a pagar los salarios de los asesores estadounidenses m¨¢s que a invertir en las necesidades africanas. Esta cantidad tr¨¢gicamente peque?a equivale s¨®lo a tres centavos por cada 100 d¨®lares de PIB de Estados Unidos, menos de dos d¨ªas de gasto militar.
Y no s¨®lo la ayuda estadounidense es una diminuta fracci¨®n de lo que deber¨ªa ser, sino que las explicaciones estadounidenses para no ayudar equivocan el blanco. Bush y otros dan a entender que ?frica malgasta la ayuda en corrupci¨®n. Pero pa¨ªses africanos pobres y de crecimiento lento como Ghana, Senegal, Mali, Benin y Malawi est¨¢n considerados menos corruptos que pa¨ªses asi¨¢ticos de r¨¢pido crecimiento como Vietnam, Bangladesh e Indonesia. De hecho, el propio Informe Estadounidense sobre los Retos del Milenio ha reconocido ya a dichos pa¨ªses africanos por su buen gobierno. Ciertamente, el buen gobierno es ¨²til en ?frica y en otras partes, pero la corrupci¨®n no deber¨ªa utilizarse como excusa para no ayudar. Respecto al hambre, la clave est¨¢ en ayudar a ?frica a conseguir su propia revoluci¨®n verde. Los pa¨ªses ricos deber¨ªan ayudar a los agricultores africanos a usar variedades de semillas mejoradas y m¨¢s abono, y a gestionar mejor el agua, mediante el regad¨ªo a peque?a escala, por ejemplo. Las t¨¦cnicas se conocen, pero los agricultores de ?frica son demasiado pobres para empezar. Aumentando la ayuda a los agricultores africanos para que puedan obtener m¨¢s alimentos (en lugar de enviar ayuda alimentaria desde Estados Unidos) ser¨ªa posible doblar o incluso triplicar el rendimiento de las cosechas. En cuanto a las enfermedades, la malaria podr¨ªa controlarse de aqu¨ª a 2008 usando m¨¦todos probados y de bajo coste. Pero, nuevamente, ?frica no puede pagarlos. El primer objetivo deber¨ªa ser el de distribuir mosquiteros de larga duraci¨®n tratados con insecticida a todos los pobres de las zonas rurales durante cuatro a?os. Los mejores c¨¢lculos demuestran que ?frica necesita unos 300 millones de mosquiteros, y que el coste por mosquitero, incluido el env¨ªo, es de aproximadamente 10 d¨®lares
lo que asciende a un total de 3.000 millones de d¨®lares. Este coste se repartir¨ªa en varios a?os. Adem¨¢s, ?frica necesita f¨¢rmacos contra la malaria, equipos de diagn¨®stico, y formaci¨®n para los sanitarios locales. Y en lo que respecta al aislamiento econ¨®mico, ?frica necesita ayuda con lo m¨¢s b¨¢sico -carreteras y puertos-, pero tambi¨¦n existe la oportunidad de enviar otras tecnolog¨ªas m¨¢s adelantadas. Los tel¨¦fonos m¨®viles y la conectividad a Internet podr¨ªan llegar a toda ?frica a bajo coste, poniendo fin al aislamiento de cientos de millones de personas. C¨¢lculos razonables cifran en 1.000 millones de d¨®lares el coste de una red de fibra ¨®ptica para toda ?frica que pueda llevar el servicio de conectividad a Internet y de tel¨¦fono a todas las aldeas y ciudades del continente.
?frica est¨¢ preparada para salir de la pobreza si EE UU y otros pa¨ªses ricos ayudan. Europa parece decidida a hacer m¨¢s, mientras que Estados Unidos parece el mayor obst¨¢culo. La Cumbre del G-8 proporciona la oportunidad de que Estados Unidos, que dedicar¨¢ 500.000 millones de d¨®lares a gastos militares este a?o, realice una aportaci¨®n duradera -y ciertamente m¨¢s barata- a la seguridad mundial salvando millones de vidas en ?frica y ayudando a sus pueblos a escapar de la pobreza extrema.
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