Ruiz Ortega re¨²ne 14 grandes ¨®leos recientes de gesto potente y color

Cuadros exultantes de color, el trazo gestual y vivo y la mancha potente es lo que se descubre en las 14 grandes obras que el pintor Roberto Ruiz Ortega (Sestao, 1967) presenta hasta septiembre en la galer¨ªa bilba¨ªna Col¨®n XVI (calle Henao, 10). El artista, que ha regresado a la pintura tras un par¨®n de 10 meses, traslada al lienzo todo lo almacenado en ese tiempo, la necesidad de dar rienda suelta a su capacidad expresiva.

?leo, lienzo y pincel es todo lo que necesita Roberto Ruiz Ortega para crear. Pintura en estado puro, sin aditivos, sin otra b¨²squeda m¨¢s que en la propia pintura. Son el color y la mancha lo que gu¨ªan sus manos, primero de modo intuitivo y despu¨¦s, reflexivo. Las 14 obras, sin t¨ªtulo, que cuelgan de las paredes de Col¨®n XVI hacen estallar de color las paredes de la galer¨ªa e infunden al ambiente una atm¨®sfera optimista y vibrante. Todos ellos han sido pintados en 2005, en los primeros meses, "hasta abril", como indica el autor. "Ha sido un periodo corto pero muy intenso. Hac¨ªa mucho que no pintaba tantas horas", reconoce.

Un traslado y otras circunstancias familiares le han hecho mantenerse apartado de la pintura durante diez meses, un tiempo que parece haber reposado en su interior para despu¨¦s, cuando Ruiz Ortega ha podido retomar los pinceles, estallar con fuerza y creatividad. El pintor se ha atrevido entonces, sabiendo que ser¨ªan las grandes paredes de Col¨®n XVI quienes los albergar¨ªan, a abarcar cuadros de mayores dimensiones de los que hab¨ªa estado realizando antes. As¨ª, la primera sala de la galer¨ªa presenta cuatro ¨®leos, dos de ellos de 2,5 x 2,5 metros y otros dos de 2 x 2.

"Me apetec¨ªa pintar ese tama?o; el tipo de pintura que hago lo pide. El gesto tiene otra dimensi¨®n", explica Ruiz Ortega, que reconoce que el formato grande le obliga a una labor f¨ªsica, ya que da "muchas vueltas" a los cuadros. El artista intuye que seguir¨¢ con grandes cuadros, donde puede moverse con m¨¢s libertad, aunque regresar¨¢ a formatos "m¨¢s asequibles".

En el nuevo trabajo de Ruiz Ortega hay naranjas, rojos, azules, verdes, rosas, amarillos, luminosidad a raudales e intensidad. Sin embargo, el pintor afirma: "No le doy ning¨²n valor al color". Ruiz Ortega, que se embarca en varios cuadros al mismo tiempo, comienza a trabajar manchando sin una idea preconcebida, sin un camino marcado de antemano. "Luego la propia pintura me va llevando. Utilizo un color u otro por una simple cuesti¨®n de contrapunto. Cada cuadro respira de manera diferente", comenta.

El artista vizca¨ªno se ci?e al ¨®leo y el lienzo para crear, los elementos b¨¢sicos de la pintura. "No necesito m¨¢s; me es suficiente con esto", dice tajante. "Con esto se puede decir todo lo que se tiene que decir. Con pincel y ¨®leo puedo decir lo mismo que con una instalaci¨®n", indica. Y defiende el caracter experimental del ¨®leo, que le hace no necesitar indagar con otros elementos. "Utilizar los materiales b¨¢sicos de la pintura no significa realizar menos experimentaci¨®n. Cada pincelada es una aventura", explica.