La pol¨ªtica fiscal de Esperanza Aguirre
El autor cree exagerado presumir que la publicitada reforma impositiva de Aguirre tenga influencia significativa en el desarrollo econ¨®mico o en el bienestar de las familias.
El vigente sistema de financiaci¨®n auton¨®mica otorga a las comunidades aut¨®nomas una amplia capacidad normativa en varios impuestos (IRPF, patrimonio, sucesiones y donaciones, transmisiones patrimoniales y actos jur¨ªdicos y juego). El Gobierno de Esperanza Aguirre ha usado dicha capacidad normativa apuntando una pol¨ªtica fiscal insistentemente publicitada como una "rebaja selectiva de impuestos".
Seg¨²n el Gobierno regional, las medidas fiscales adoptadas para 2005 suponen un gasto fiscal estimado de 260 millones de euros. Cifra realmente modesta si se compara con los 13.312 millones de recaudaci¨®n prevista para el conjunto de impuestos. Con ese calado, es exagerado presumir de alguna influencia significativa en el desarrollo econ¨®mico regional o en el bienestar de las familias.
Los receptores de grandes herencias, los m¨¢s beneficiados por la reforma de Aguirre
Por el contrario, se registra un espectacular incremento de la recaudaci¨®n de algunos impuestos como el de transmisiones o actos jur¨ªdicos, muy superior a las rebajas fiscales tan publicitadas. Tal cosa ocurre por la evoluci¨®n del precio de la vivienda en Madrid y en absoluto obedece a la reducci¨®n del impuesto de sucesiones y donaciones. Tambi¨¦n crece la recaudaci¨®n por IRPF o por IVA, sin que sea posible establecer ninguna conexi¨®n con las medidas fiscales adoptadas por el Gobierno de Aguirre.
La bobada de asegurar que rebajar la tarifa o establecer deducciones en algunos impuestos conduce a un incremento de la recaudaci¨®n ha sido contundentemente desmentida en EE UU. El presidente Bush decidi¨® una rebaja fiscal importante con la consecuencia de que ha generado un d¨¦ficit espectacular en aquel pa¨ªs. La modestia de la rebaja adoptada por Aguirre se ve compensada, ampliamente, por las consecuencias fiscales del aumento del precio de la vivienda, del consumo y del empleo, factores todos ellos que justifican suficientemente la evoluci¨®n del incremento de la recaudaci¨®n de los principales impuestos, sin necesidad de explicaciones milagrosas.
Si alguna conexi¨®n se puede establecer entre la rebaja fiscal de la presidenta y el aumento de recaudaci¨®n en alg¨²n impuesto, ¨¦sta ha de ser la consecuencia de una competencia fiscal entre las comunidades aut¨®nomas. Puede suceder que estemos asistiendo a una "deslocalizaci¨®n" de patrimonios, cosa de la cual nadie deber¨ªa sentirse orgulloso. De advertirse este efecto, las comunidades afectadas reaccionar¨¢n adoptando las mismas medidas. La competencia fiscal entre autonom¨ªas no es una buena noticia para nadie.
Dentro de la modestia de la rebaja fiscal ya descrita, llama la atenci¨®n qu¨¦ impuesto ha sido elegido para actuar prioritariamente sobre ¨¦l. La principal medida consiste en eliminar el impuesto de sucesiones y donaciones. La carga fiscal que se pretende aliviar es la de aquellos ciudadanos que reciben un patrimonio bien sea por herencia o por donaci¨®n, es decir, sin esfuerzo alguno por su parte. ?Se considera que lo m¨¢s equitativo es mejorar el tratamiento fiscal de las herencias o de las donaciones? ?No es m¨¢s urgente mejorar el tratamiento fiscal de las rentas del trabajo?
Pero es que, adem¨¢s, suprimir este impuesto sin l¨ªmites, indiscriminadamente, convierte a los receptores de grandes herencias en los principales beneficiarios de la reforma. Puede ser razonable aliviar la carga fiscal de quien recibe como herencia un piso, una casita de vacaciones o que transmite a su hijo un modesto negocio. Pero ?es prioritario eliminar el impuesto para grandes herencias o grandes donaciones? Para Aguirre, s¨ª. Ella sabr¨¢ por qu¨¦.
La reforma fiscal de la presidenta es una reforma a plazos. Lo cual obedece a una decisi¨®n puramente propagand¨ªstica: vender una y otra vez la idea de que est¨¢n bajando los impuestos. En esta ocasi¨®n, se vende la supresi¨®n del impuesto de donaciones entre padres e hijos c¨®nyuges y parejas de hecho, con un gasto fiscal de unos ocho millones de euros.
El anuncio se produce tras la petici¨®n del Gobierno de Aguirre al Gobierno de Zapatero de m¨¢s financiaci¨®n, inventando, incluso, una inexistente deuda. Al parecer, lo que Aguirre pretende es que Zapatero suba impuestos para mejorar la financiaci¨®n de la Comunidad de Madrid mientras rebaja los que dependen de ella, aunque sea modestamente. Todo un recital de deslealtad institucional. O, m¨¢s bien, de cara dura.
Que Madrid necesita financiar mejor sus servicios p¨²blicos se aprecia con un par de datos. El gasto educativo por alumno sit¨²a a Madrid en el pen¨²ltimo puesto de las comunidades aut¨®nomas, con un 82% de la media. El gasto sanitario por habitante protegido coloca a Madrid en el ¨²ltimo lugar, con un 91% de la media de las autonom¨ªas.
Y, sin embargo, el sistema de financiaci¨®n auton¨®mica evoluciona en Madrid mejor que en ninguna otra comunidad. Entre 1999 y 2003 se ha registrado un aumento de un 40% en la financiaci¨®n por habitante, seg¨²n el Gobierno regional. Pero esta evoluci¨®n de los ingresos no se corresponde con la de los gastos destinados a los servicios p¨²blicos m¨¢s importantes. Se trata, claramente, de un problema de prioridades, ya, que pudiendo gastar m¨¢s en Sanidad y Educaci¨®n (entre otros servicios), se prefiere gastar en otros menesteres. Lo cual es tan leg¨ªtimo como inconveniente.
En resumen, la pol¨ªtica fiscal de Esperanza Aguirre, ni responde a la necesidad de mejorar los servicios p¨²blicos (¨¦sta deber¨ªa ser la verdadera prioridad) ni se puede considerar que ejerza una influencia positiva sobre la actividad o el empleo en la regi¨®n. Si acaso, su principal efecto va a ser desatar la competencia fiscal entre comunidades aut¨®nomas, justo lo que menos necesitamos.
Adolfo Pi?edo Simal es diputado del Partido Socialista de Madrid en la Asamblea regional y portavoz en asuntos de Presupuestos y Hacienda.
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