Dos Valencias
Cada d¨ªa que pasa la ciudad de Valencia es m¨¢s potente, se la ve llegar. Y marcharse. A por nuevas cotas, a por sucesivos triunfos (pasajeros). Con mucha prisa y mucho cemento. Valencia est¨¢ luchando por ser una metr¨®poli, como ya auguran los arquitectos y los urbanistas. Por alcanzar, de verdad, esa condici¨®n de tercera capital de Espa?a. De ser una alternativa integradora y amable en la sorda dial¨¦ctica que sostienen Madrid y Barcelona. Valencia crece, se piensa, se esponja y ya se entrev¨¦ otra. La gran capital perif¨¦rica que mejor armoniza el sentir plural de esa naci¨®n de naciones que es Espa?a. Y tambi¨¦n, Valencia, el epicentro de un hinterland de dos millones de habitantes, lo que viene a dar en un tama?o similar a Bruselas y por encima de Dubl¨ªn o Amsterdam. Valencia quiere ser la Lisboa del Mediterr¨¢neo Ib¨¦rico. Ataviada de artistas y especuladores.
Valencia teje su malla de grandes proyectos. Y se adorna con esos signos que s¨®lo tienen las urbes que pisan fuerte, como los rascacielos que poblar¨¢n la fachada mar¨ªtima o la terminaci¨®n de la Ciudad de las Artes y las Ciencias en volandas de su gran escenario musical. A estos esplendores se unen los internacionales logros del IVAM, el palacio de Congresos, los todav¨ªa recientes triunfos del Valencia Club de F¨²tbol y no digamos ese gran asunto n¨¢utico-financiero de la Copa del Am¨¦rica, que cada d¨ªa asusta m¨¢s y para bien de todos. Y llegado aqu¨ª me paro porque el v¨¦rtigo no me deja continuar. Lo siento.
Y me cambio de p¨¢rrafo y profundizo en mi estupor. Y me refugio en otra Valencia, la que m¨¢s me gusta. Esa ciudad ¨ªntima que cada cual inventa y atiende. La ciudad donde uno vive. La que sirve y sugiere. Esa ciudad intemporal que nunca ser¨¢ metr¨®poli, sino pueblo de menos de mil personas, aquellas gentes que conocemos. O que conocimos y recordamos a veces. Una Valencia de nuestras cosas y de nuestras rutas. Valencia de las tardes lentas. Valencia del silencio, no siempre posible. Valencia de cuerpos y penumbras, de meditaciones melanc¨®licas y de muy recomendables pensamientos impuros.
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