Vladimir Ashkenazy inaugura el encuentro M¨²sica y Academia

Si un artista joven que avanza en madurez sobre sus a?os suele decidir la adjetivaci¨®n de prodigio, algo semejante podr¨ªa aplicarse a un curso y encuentro como el de Santander, que al iniciar su quinta andadura da cuanto prometieron y se propusieron su fundadora, Paloma O'Shea, sus colaboradores y sus patrocinadores.

El concierto inaugural en la sala Argenta del Palacio de Festivales no s¨®lo fue ejemplar sino tambi¨¦n emblem¨¢tico. La Orquesta Sinf¨®nica del encuentro con el maestro Ashkenazy ante el piano y en el pupitre directoral nos ofrecieron la abertura de Don Juan, el Concierto n¨²mero 9 (Jeunehomme), de Mozart en la primera parte y la Sinfon¨ªa en do, de Brahms, en la segunda, esto es un programa precioso y una verdadera lecci¨®n magistral. Y es que quienes forman los conjuntos que act¨²an en Santander son alumnos escogidos de centros musicales tan importantes como la Royal Academy y el Royal College, de Londres; el Conservatorio de Par¨ªs; la Academia Karajan y Eisler, de Berl¨ªn; las de Helsinki, Budapest, Praga y, como es natural, la Reina Sof¨ªa de Madrid. Habr¨ªa que ampliar la cita a cuantos siguen cada ma?ana las lecciones dictadas por primer¨ªsimos profesores de cada especialidad en el flamante conservatorio Jes¨²s de Monasterio de la capital c¨¢ntabra.

Tiempo habr¨¢ para detenerse en las particularidades que inundan el mapa de Cantabria de la mejor m¨²sica y las m¨¢s perdurables herencias. Lo de hoy son estos sorprendentes comienzos estabilizadores de los encuentros con un concierto que entusiasm¨® a cuantos llenaron la sala grande del palacio y ovacionaron justa y largamente a los j¨®venes maestros que componen la orquesta prodigiosa, a su ense?ante habitual, Peter Czsaba y al gran invitado para la ocasi¨®n, Vladimir Ashkenazy. Escuchamos y vivimos un Mozart tan fresco como el del concierto Jeunehomme y un Brahms l¨ªrico y transparente, igualmente heredero de Beethoven y de Schubert en la rara combinaci¨®n de los paisajes de la naturaleza y los del alma hechos m¨²sica como se hace en los a?os verdes de estos j¨®venes m¨²sicos, cuando el entusiasmo, la entrega y la pasi¨®n parecen magia de estreno o ciencia de misteriosa ponderaci¨®n.

Al final, qued¨® plenamente logrado aquel sabio lema de Eugenio D'Ors expresado en cuatro palabras: "La obra bien hecha", que comentar¨¢ otro pensador al apuntar que lo verdaderamente ¨²til es que cada cual haga justamente y lo mejor que sepa y pueda lo que tiene que hacer. Una larga cincuentena de conciertos seguir¨¢n al inaugural para dejar huella en quienes los protagonizan y cuantos los escuchamos.