Situaci¨®n l¨ªmite
Esta semana ha quedado visto para sentencia el proceso que se ha seguido en Espa?a contra los integrantes de la c¨¦lula de Al Qaeda implicados en el atentado del 11-S en Nueva York. Me parece que es oportuno recordarlo, porque nada parecido se ha vivido en Estados Unidos, en donde no se ha reaccionado al atentado de la manera en que debe hacerse en un Estado de derecho, sino que se ha reaccionado colocando a los sospechosos de ser terroristas en un territorio ajeno al mundo del derecho. Han sido recluidos en Guant¨¢namo, sin ser acusados de nada en concreto y sin permit¨ªrseles el ejercicio del derecho a la defensa; han sido secuestrados y trasladados a pa¨ªses en los que puedan ser interrogados bajo tortura cuando no han sido torturados por las propias autoridades americanas, en algunos casos incluso con la colaboraci¨®n de m¨¦dicos militares, que han consentido en vulnerar el secreto profesional y transmitir informaci¨®n sobre los detenidos a la Administraci¨®n penitenciaria para que pudieran hacer uso de la misma en los interrogatorios. La enumeraci¨®n es puramente ejemplificativa.
Todo esto ha ocurrido y sigue ocurriendo tres a?os despu¨¦s del 11-S, sin que se vislumbre la luz al final del t¨²nel. De complicarse la situaci¨®n tanto en Afganist¨¢n como en Irak, como parece que se est¨¢ complicando, es m¨¢s que probable que las pr¨¢cticas a las que acabo de hacer referencia no s¨®lo no disminuyan, sino que incluso se intensifiquen. Casi sin soluci¨®n de continuidad la presunci¨®n de inocencia se ha convertido en presunci¨®n de culpabilidad.
Quiere decirse, pues, que la falta de respeto por los derechos humanos de quienes se sospecha que pueden estar integrados o relacionados con el terrorismo isl¨¢mico ha dejado de ser la excepci¨®n para convertirse en cierta medida en la norma que preside la conducta de las autoridades americanas, como ha puesto de manifiesto la reacci¨®n judicial frente a los militares que han sido procesados y condenados por lo ocurrido en Abu Ghraib.
?Cabe esperar una reacci¨®n similar en Europa tras el atentado terrorista del 7-J en Londres? ?Es posible que asistamos a una degradaci¨®n de nuestros est¨¢ndares jur¨ªdicos parecida a la que se est¨¢ produciendo en Estados Unidos?
En Europa ser¨ªa mucho m¨¢s grave, porque nosotros no tenemos la opci¨®n de exportar la soluci¨®n del problema, como ha hecho Estados Unidos. La poblaci¨®n susceptible de ser considerada sospechosa de conexi¨®n con el terrorismo isl¨¢mico es muy superior en casi todos los pa¨ªses de la Uni¨®n Europea de lo que es dicha poblaci¨®n en Estados Unidos. Y adem¨¢s, crece en Europa a una velocidad muy superior a la que lo hace en Am¨¦rica. La transformaci¨®n f¨¢ctica de la presunci¨®n de inocencia en presunci¨®n de culpabilidad tendr¨ªa unas consecuencias mucho m¨¢s terribles en Europa de las que ha tenido en Estados Unidos, porque las sufrir¨ªamos en el interior mismo de nuestras sociedades.
Es obvio que la amenaza terrorista tiene que tener una respuesta policial. Pero no debe serlo menos que debe tener una respuesta educativa complementaria, en la que tienen que participar tanto los poderes p¨²blicos de los distintos pa¨ªses europeos como las comunidades isl¨¢micas residentes en cada uno de ellos. Sin seguridad no hay sociedad que pueda ser libre, ya que, como apunt¨® Montesquieu, "la libertad es la sensaci¨®n que cada uno tiene de su propia seguridad". Sin la contribuci¨®n de las comunidades isl¨¢micas a la soluci¨®n del problema terrorista, ninguna sociedad europea podr¨¢ sentirse segura y tendr¨¢ que recurrir a una respuesta exclusivamente policial, que puede conducirnos a todos a una situaci¨®n espantosa. No disponemos de mucho tiempo. Nos estamos aproximando a una situaci¨®n l¨ªmite.
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