Los musulmanes brit¨¢nicos temen represalias
Representantes de ocho religiones expresan su solidaridad con las v¨ªctimas en una marcha
Cientos de musulmanes de decenas de nacionalidades asistieron a la plegaria del viernes en la abarrotada mezquita de East London, cuyo im¨¢n, Abdul Qayyum, conden¨® con dureza los atentados terroristas contra Londres. Despu¨¦s de la oraci¨®n, representantes de ocho religiones participaron junto a los l¨ªderes isl¨¢micos en una marcha a la cercana estaci¨®n de Aldgate, donde estall¨® la primera bomba del jueves y murieron siete personas. Sin embargo, apenas solapado por la solidaridad interreligiosa y por la vida cotidiana, el miedo era palpable en este barrio en el que viven 75.000 musulmanes, la mayor concentraci¨®n del Reino Unido.
"En estos tiempos dif¨ªciles, algunos miembros de nuestra comunidad pueden sentirse inseguros s¨®lo porque son musulmanes. Pero estos acontecimientos terribles no tienen nada que ver con nosotros, los musulmanes de Londres han sido las v¨ªctimas al igual que el resto de sus conciudadanos", exclam¨® en su plegaria Abdul Qayyum, un religioso que cuenta con una importante influencia en el barrio. "En los momentos inmediatamente posteriores a estos acontecimientos terribles, debemos tener mucho cuidado de no propagar rumores falsos basados en informaci¨®n no fiable", agreg¨®.
Poco antes de la ceremonia religiosa, Muhammad Abdul Bari, presidente del Centro Musulm¨¢n de Londres anexo a la mezquita, aseguraba que hab¨ªa recibido mensajes amenazadores por correo electr¨®nico, aunque insisti¨® en que esto era algo habitual desde el 11-S. "Espero que los londinenses reaccionen sin violencia y que si hay incidentes sean aislados. Los musulmanes no tienen que caminar con la cabeza baja por lo que ha ocurrido porque no tiene nada que ver con ellos". Un portavoz de la Polic¨ªa Metropolitana, contactado por la tarde, asegur¨® que no hab¨ªa recibido ninguna denuncia por violencia sectaria, mientras que Ian Blair, jefe de Scotland Yard en Londres, habl¨® en una rueda de prensa de "uno o dos incidentes menores".
Ante una discreta presencia de las fuerzas de seguridad, un poco m¨¢s nutrida que cualquier otro viernes, d¨ªa sagrado para los musulmanes, decenas de personas abandonaban la mezquita en torno a las dos de la tarde: proced¨ªan de Somalia, Bangladesh, Pakist¨¢n, Argelia o Irak, algunos iban vestidos a la occidental, otros con largas barbas y chilabas. Fuera se repart¨ªa todo tipo de propaganda, desde anuncios de ferias hasta pasquines del grupo radical Hizb ut Tahrir, cuyo objetivo es establecer un califato que una a los todos los musulmanes del mundo.
"En un momento en que muchos dedos acusadores nos van a apuntar tenemos que unirnos como comunidad con una sola voz", se?alaba el texto repartido por miembros de este partido, cuyo representante en East London, Hasan Mugtada, conden¨® los atentados, pero tambi¨¦n la pol¨ªtica antiterrorista del Gobierno brit¨¢nico. "Muchos musulmanes tienen temor porque ha existido una pol¨ªtica del miedo contra nosotros y unas leyes por las que hemos sido perseguidos", manifestaba.
Los l¨ªderes religiosos reconocen la presencia de integristas en el barrio, aunque aseguran que se trata de una minor¨ªa sin peso entre la comunidad y, al igual que hicieron los imanes de las mezquitas londinenses de Regents Park y de Finsbury Park -que fue una plaza fuerte de los radicales hasta la detenci¨®n del im¨¢n Abu Hamza en mayo de 2004-, solicitaron a los fieles que colaborasen con la polic¨ªa en todo lo que fuese posible. "Nosotros trabajamos codo con codo con las fuerzas de seguridad", explica Muhammad Abdul Bari, el presidente del Centro Isl¨¢mico. En las puertas de la mezquita la condena es un¨¢nime, pero tambi¨¦n surgen voces que aseguran que "una mano negra, no Al Qaeda" est¨¢ detr¨¢s de los atentados.
Pese a los llamamientos a la concordia y a la presencia de altos representantes de todas las religiones, tambi¨¦n han pesado las declaraciones de otros l¨ªderes, como el presidente de la Asociaci¨®n de los Musulmanes de Londres, Ahmed Sheij, quien recomend¨® a los creyentes, especialmente a las mujeres con velo, que tuviesen "cuidado". "Nosotros no hemos pedido a nadie que se esconda. Las diferentes comunidades han vivido en paz desde hace muchos a?os en esta zona de Londres", afirma Muhammad Abdul Bari.
Pero esta tradici¨®n de convivencia no puede borrar la inquietud. Escasos en un pa¨ªs con una enorme tradici¨®n de convivencia, los disturbios no son desconocidos. En Londres vive 1 mill¨®n de los 1,6 millones de musulmanes que habitan en el Reino Unido. No s¨®lo temen posibles represalias, sino que comparten el temor al terrorismo. Dos de las cuatro bombas estallaron en estaciones de metro en barrios con una fuerte poblaci¨®n musulmana: Aldgate y Edgware Road, punto de reuni¨®n de la comunidad procedente de Oriente Pr¨®ximo.
De Sierra Leona a China
En una ciudad como Londres, en la que se hablan a diario cientos de idiomas, y a la que viajan en verano decenas de miles de turistas y estudiantes, algunos extranjeros sufrieron en carne propia los efectos de las cuatro explosiones.
El jefe de la Polic¨ªa Metropolitana de Londres, Ian Blair, coment¨® ayer que en el ataque indiscriminado murieron y resultaron heridos hombres y mujeres de varias nacionalidades.
Entre los fallecidos se hallan, adem¨¢s de ciudadanos brit¨¢nicos, nacionales de Sierra Leona, Australia, Portugal, Polonia y China.
Entre los centenares de heridos tambi¨¦n se encuentran personas de varios pa¨ªses de la Uni¨®n Europea (UE): Francia, Alemania, Italia y Dinamarca.
S¨®lo una espa?ola, de los 33.000 que residen en la capital brit¨¢nica, sufri¨® el efecto de uno de los estallidos. Silvia Mascar¨® Mart¨ªnez, menorquina de 28 a?os, result¨® con heridas leves y horas despu¨¦s de los atentados ya estaba en su domicilio.
No obstante, la Oficina de Informaci¨®n Diplom¨¢tica espa?ola se?alaba anteayer que en verano es imposible saber con exactitud cu¨¢ntos espa?oles se mueven por Londres.
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