Embajadores del Reyno
En la ma?ana del pasado martes 5 de julio se verific¨® la primera mala cornada de los corrientes sanfermines. En efecto, esa ma?ana los peri¨®dicos informaban sucinta, escuetamente, de que el delegado del Gobierno de Navarra en Madrid, m¨¢s popularmente conocido como el Se?or Embajador Plenipotenciario del Reyno, hab¨ªa cesado en el ejercicio de sus ignotas funciones. Eso dec¨ªan todos los peri¨®dicos, excepto uno. Uno que, seguramente con acceso a fuentes privilegiadas, nos informaba amplia, profusamente -ya desde la primera plana y a tres columnas-, de que el Gobierno auton¨®mico, visto lo turbio de algunas cuentas de una fundaci¨®n del Embajador Plenipotenciario, hab¨ªa resuelto fulminarlo ipso facto. Preguntado el Se?or Embajador por sus impresiones tras el mal lance, dijo lo que es habitual en estas sanfermineras ocasiones: que se encontraba muy aturdido tras ser pateado por la manada y que su estado no era como para prodigarse en declaraciones a la prensa.
El Gobierno que acaba de empitonar a su propio embajador est¨¢ por la antigua denominaci¨®n
El cruento lance del que sali¨® volteado y, previsiblemente, herido de muerte pol¨ªtica el Se?or Embajador, es ciertamente extra?o, y la alegr¨ªa sanferminera no va ayudar mucho a que se haga luz sobre el caso. Don Ricardo de Le¨®n, hombre de prol¨ªficas inquietudes humanitarias, compartidas en algunas fundaciones ben¨¦ficas con esa ilustre visitante de los sanfermines que fue do?a Ana Botella, ya pas¨® momentos de apuro en su ¨¦poca de consejero foral, cuando los parlamentarios le solicitaron explicaciones que no acert¨® a dar. Pasado el mal rato, el Gobierno auton¨®mico, al quite, dio en crear la delegaci¨®n del Gobierno de Navarra en Madrid, organismo cuyas funciones son de una absoluta imprecisi¨®n, fuera de que el titular del alt¨ªsimo cargo ejerza con la debida dignidad la representaci¨®n del Reyno. Digo Reyno porque el Gobierno que acaba de empitonar a su propio embajador est¨¢ por la antigua, antiqu¨ªsima denominaci¨®n de la comunidad aut¨®noma.
La indefinici¨®n de las funciones del delegado coadyuv¨® a que, destinado don Ricardo en Madrid, se dedicase a sus consejos de administraci¨®n y a frecuentar la grata compa?¨ªa de gentes tan humanitariamente inquietas como do?a Ana Botella. Por el camino del humanitarismo, el Se?or Embajador lleg¨® a una nueva comparecencia ante el Parlamento foral. En el asunto que lo trajo de vuelta al Legislativo, se mezclaban su condici¨®n de consejero de MTS Tobacco -empresa participada por el Gobierno de Navarra- y la de directivo de Humanismo y Democracia, fundaci¨®n de los populares, gracias a la que MTS Tobacco obtuvo ventajas en el Irak de Sadam Hussein, poco antes del chaparr¨®n. El Gobierno estuvo de nuevo al quite.
De Irak tras el chaparr¨®n sabe mucho don Mario Vargas Llosa, que por esas cosas del regreso de la i griega -"Reyno de Navarra, Tierra de Diversidad"-, fue ayer solemnemente investido, por un sonriente jefe de Gobierno, Bodeguero Mayor del Reyno. El t¨ªtulo data de cuando los Teobaldos. Vamos, de la noche de los tiempos forales. Las funciones, m¨¢s all¨¢ de que no nos ag¨¹en el vino y la alta representaci¨®n diplom¨¢tica, son imprecisas. Como las de un embajador honorario -cosa de la que est¨¢bamos necesitados tras el mal lance del pasado martes- o un nobel.
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