?Del G-8 a un nuevo G-9?
Qui¨¦n debe sentarse a la mesa m¨¢s importante de la pol¨ªtica mundial? La pregunta ha estado presente en la reuni¨®n iniciada en Gleneagles el jueves, pero las respuestas son cada vez m¨¢s complicadas. ?G-7? ?G-8? ?G-8 + 5? ?G-22?
Hubo un tiempo, durante la crisis del petr¨®leo de los a?os setenta, en el que Estados Unidos cre¨® una cumbre informal denominada el Grupo de la Biblioteca. Reun¨ªa a altos responsables econ¨®micos de Estados Unidos, el Reino Unido, Francia, Alemania y Jap¨®n. En 1975, Francia elev¨® la categor¨ªa a jefes de Gobierno e insisti¨® en que estuviera tambi¨¦n Italia. Al a?o siguiente, Estados Unidos contrarrest¨® con la entrada de su Italia del otro lado del Atl¨¢ntico: Canad¨¢. Hab¨ªa, pues, siete osos en la mesa. Todos ellos eran importantes democracias industriales y potencias pol¨ªticas en el Occidente de la guerra fr¨ªa; Jap¨®n, pese a ser el Lejano Oriente, era un miembro honorario de Occidente. Al terminar la guerra fr¨ªa, a instancias de Washington, se a?adi¨® otro oso distinto: Rusia. Fue en 1998: el Gobierno de Clinton pensaba, con optimismo, que la Rusia de Yeltsin estaba empezando a ser una democracia y que con ese paso se le ayudar¨ªa a que siguiera si¨¦ndolo. A partir de ah¨ª fueron ocho.
?Qu¨¦ Estados debemos considerar como las principales potencias? ?Debe contar la riqueza 'per c¨¢pita' adem¨¢s de la gran econom¨ªa en su conjunto? ?Deben ser democracias?
Resulta cada vez m¨¢s absurdo que las grandes potencias de otros continentes no tengan presencia permanente en esta cumbre de la pol¨ªtica mundial
Para verg¨¹enza de todos menos de Putin, el a?o que viene le toca a Rusia ser la anfitriona de la reuni¨®n. Tal vez puedan celebrarla en Yalta
Ah, s¨ª, y tambi¨¦n se invit¨® a participar en cada cumbre anual al presidente de la Comisi¨®n Europea y al presidente de turno de la Uni¨®n. Es decir, 8 + 2 asistentes habituales. Mientras tanto, para aumentar la confusi¨®n, aparecieron otros dos grupos m¨¢s amplios: el G-20, de ministros de finanzas de pa¨ªses ricos y pobres, y el G-22, que representa en¨¦rgicamente los intereses de los pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo en las negociaciones comerciales desde la reuni¨®n de Canc¨²n en 2003. Para no hablar de otra coalici¨®n m¨¢s antigua, del "tercer mundo", denominada G-77.
El grupo central
En resumen, ?qui¨¦n ha estado en Gleneagles? El grupo central lo formaban los l¨ªderes del G-8 m¨¢s el presidente de la Comisi¨®n Europea. Como la presidencia de turno de la UE le corresponde al Reino Unido, no hab¨ªa necesidad de otro dirigente m¨¢s (Tony Blair ha sido dos en uno, casi una trinidad). No obstante, hubo una reuni¨®n de trabajo y una comida con los l¨ªderes de la India, China, M¨¦xico, Brasil y Sur¨¢frica, el secretario general de Naciones Unidas, los responsables de la Organizaci¨®n Mundial de Comercio y el Organismo Internacional de la Energ¨ªa At¨®mica, el presidente del Banco Mundial y el director ejecutivo del Fondo Monetario Internacional. No es que haya podido entrar cualquiera, pero s¨ª mucha m¨¢s gente que en la reuni¨®n ¨ªntima del Grupo de la Biblioteca, hace 30 a?os.
A diferencia del Consejo de Seguridad de la ONU, el G-8 es un organismo informal que puede ampliarse como quiera s¨®lo con el consentimiento de quienes ya son miembros. La pregunta de qui¨¦n deber¨ªa figurar en ¨¦l no es una mera cuesti¨®n para que se excite la gente de protocolo. Es la expresi¨®n de una serie de interrogantes fundamentales sobre el car¨¢cter de la pol¨ªtica mundial a principios del siglo XXI.
?Qu¨¦ Estados debemos considerar como los principales potencias de nuestro tiempo, y con qu¨¦ criteriops? ?Debe contar la riqueza per c¨¢pita adem¨¢s de ser una gran econom¨ªa en su conjunto? ?Deben ser democracias? ?Cu¨¢l es el equilibrio apropiado entre los Estados y las organizaciones internacionales? ?Y qu¨¦ tal si ofrecemos cierta representaci¨®n a las organizaciones no gubernamentales y los movimientos de protesta que esta semana han escenificado un festival de Edimburgo alternativo?
La verdad es que no tengo una opini¨®n clara al respecto; mejor dicho, no s¨¦ c¨®mo podr¨ªa hacerse. Supongo que la mezcla de Estados y organizaciones internacionales est¨¢ bien, aunque no s¨¦ por qu¨¦ tiene que contar la UE con dos representantes, mientras que, en mi opini¨®n, el secretario general de la ONU deber¨ªa estar por derecho propio. Pero las preguntas m¨¢s acuciantes son seguramente las dos primeras.
El rasgo que define al G-8 es que se trata del club de los ricos y poderosos; poderosos, sobre todo, porque son ricos. Hay dos formas de considerar que un pa¨ªs es rico o tiene poder econ¨®mico: por su PIB total o por su PIB per c¨¢pita. Seg¨²n el primer criterio, China es la segunda econom¨ªa del mundo (si empleamos paridades de poder adquisitivo, m¨¢s realistas que los tipos de cambio del mercado) pero, de acuerdo con el segundo, est¨¢ mucho m¨¢s abajo. Luxemburgo encabeza la lista per c¨¢pita, pero es el n¨²mero 93 por PIB total. En mi libro Free world figura un mapa en el que he intentado combinar las dos formas de medir. En ¨¦l, los pa¨ªses son bloques geom¨¦tricos cuyo tama?o es proporcional al PIB total. Pero cada bloque est¨¢ sombreado con arreglo a la renta per c¨¢pita, de forma que el m¨¢s oscuro es el que tiene una renta anual per c¨¢pita superior a 25.000 d¨®lares de promedio. As¨ª, Estados Unidos es un bloque gigante y negro, Luxemburgo es negro, pero peque?o (tan peque?o que no se ve), y China es grande, pero de color gris claro. O sea, China es grande, pero pobre; un gigante econ¨®mico y, al mismo tiempo, un pa¨ªs en v¨ªas de desarrollo.
Ahora bien, con el m¨¢ximo respeto posible hacia el Gran Ducado de Luxemburgo, no creo que ni siquiera el propio gran duque piense que su pa¨ªs -con una poblaci¨®n aproximada de 470.000 habitantes- tiene verdadero derecho a formar parte del G-8. ?Pero qu¨¦ ocurre con China? ?Qu¨¦ ocurre con la India? Ambas econom¨ªas son mayores que la de Alemania, si se mide el PIB total seg¨²n la paridad de poder adquisitivo. Y ambos pa¨ªses est¨¢n creciendo a un ritmo mucho m¨¢s r¨¢pido que las viejas y cansadas econom¨ªas de Occidente. Cada uno de ellos tiene m¨¢s de 1.000 millones de habitantes; entre los dos acogen a m¨¢s de un tercio de la humanidad. Muchos de los asuntos que hoy destaca el G-8, como el alivio de la pobreza y las emisiones de CO2 que contribuyen al cambio clim¨¢tico, s¨®lo pueden abordarse con la participaci¨®n de estos dos gigantes. Son las grandes potencias del futuro. ?No deber¨ªan tener un puesto permanente en la mesa principal?
Legitimidad
Y si entran la India y China, ?por qu¨¦ no Brasil? En el cuadro del tama?o de la econom¨ªa (siempre por paridad de poder adquisitivo) ocupa el d¨¦cimo puesto, por delante de Canad¨¢. Es m¨¢s, a diferencia de China, es una democracia. Y eso tambi¨¦n importa. En la p¨¢gina de preguntas frecuentes dentro de la p¨¢gina web del Gobierno brit¨¢nico, alguien supuestamente interesado ha planteado: "?Qu¨¦ legitimidad tiene el G-8?". La respuesta: "Los pa¨ªses del G-8 est¨¢n representados en la cumbre por los jefes de Estado o de Gobierno, personas democr¨¢ticamente elegidas para dirigir los Gobiernos de sus pa¨ªses". Excepto Vlad¨ªmir Putin, claro, cuya ¨²ltima elecci¨®n no fue ni libre ni justa, decididamente. Pese a ello, para verg¨¹enza de todos menos suya, el a?o que viene le toca a Rusia ser la anfitriona de la reuni¨®n. Tal vez puedan celebrarla en Yalta.
En un mundo ideal, los Estados miembros del G-8 -o G-X- ser¨ªan las democracias que poseyeran las mayores econom¨ªas del mundo. Eso significar¨ªa expulsar a Rusia e incluir a la India y Brasil, para formar un nuevo G-9. Me gusta la idea. El tama?o importa, pero tambi¨¦n importa la libertad.
Claro que ?imag¨ªnense la indignaci¨®n en Mosc¨²! ?Piensen en la ira de Pek¨ªn! As¨ª que el G-8 seguir¨¢ arregl¨¢ndoselas como pueda: ya no est¨¢ s¨®lo Occidente, pero tampoco est¨¢n todos. Sin embargo, con el tiempo, a medida que dejemos el siglo americano para adentrarnos en el siglo asi¨¢tico, resultar¨¢ cada vez m¨¢s absurdo que las grandes potencias de otros continentes no tengan presencia permanente en esta cumbre informal de la pol¨ªtica mundial.
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