Los turistas brit¨¢nicos piensan que los ataques eran inevitables
Tal vez sea la renombrada flema brit¨¢nica, aunque m¨¢s bien parece resignaci¨®n ante algo que se esperaba desde el 11 de septiembre, y a lo que s¨®lo faltaba por concretar fecha y lugar. Tanto la colonia inglesa en Fuengirola (M¨¢laga) como los turistas a los que los atentados de Londres han encontrado fuera de su pa¨ªs coinciden: aunque terrible, el ataque terrorista que ha causado m¨¢s de medio centenar de muertos en el coraz¨®n de la capital brit¨¢nica era inevitable. No ha sorprendido a nadie, ni ha interrumpido su ritmo de vida.
La frase m¨¢s escuchada es "it was expected (se esperaba)". La pronuncia Robert Brandford, un turista de Lancashire, al norte de Inglaterra, que cena en una terraza en Fuengirola junto a su mujer y su hijo. Tambi¨¦n Claire, que hoy vuelve a la misma regi¨®n tras pasar dos semanas de vacaciones con una amiga. "No pod¨ªan evitarlo, nadie sab¨ªa d¨®nde ni cu¨¢ndo iba a suceder", dice ante una cerveza. En los locales de la zona de Los Boliches, poblados de ingleses, no hay se?ales visibles de duelo. Ni crespones negros, ni banderas. De momento, s¨®lo el Ayuntamiento ha organizado cinco minutos de silencio, ha decretado tres d¨ªas de luto oficial y tiene previsto celebrar una misa por los fallecidos.
"Si vives y trabajas en Londres, siempre esperas que haya un atentado", asegura Scott Shepard, de 37 a?os, que desde hace uno regenta un bar en este barrio. Shepard habla desde la experiencia de dos d¨¦cadas en la capital, durante las cuales el IRA cometi¨® varios atentados, aunque reconoce que "nunca hab¨ªa vivido un ataque as¨ª, coordinado". Para este ingl¨¦s, que ofrece desayunos con beicon, huevos, y alubias en el paseo mar¨ªtimo de Fuengirola, la reuni¨®n del G-8 ha hecho de Londres un "objetivo m¨¢s f¨¢cil", ya que toda la atenci¨®n estaba centrada en Escocia.
Resignados
Shepard habl¨® con sus amigos de la capital al d¨ªa siguiente de las explosiones. "Estaba tranquilo por ellos, porque sab¨ªa que a esa hora ya estaban trabajando", dice. "Est¨¢n resignados a que pasen estas cosas", afirma. Tampoco los clientes brit¨¢nicos que se enteraron de los atentados en su bar se mostraron conmocionados. "Despu¨¦s de Madrid, el impacto ante la violencia es menor".
Joanna Gibbons regenta el pub que sus padres abrieron hace 30 a?os en la Costa del Sol, donde seg¨²n las estimaciones del consulado residen unos 300.000 brit¨¢nicos. No ha notado una actitud especial en sus clientes, aunque opina que "es distinto cuando est¨¢s aqu¨ª, se ve todo con m¨¢s distancia". Pese a ello, algunos residentes s¨ª vivieron momentos de preocupaci¨®n. Tam Butland, jubilada, cuenta que su ¨²nico hijo, Edmund, trabaja en Londres, y suele coger uno de los trenes atacados, aunque una hora antes. "Trat¨¦ de llamarle al m¨®vil, pero la l¨ªnea estaba colapsada. Estuve muy preocupada hasta que me llam¨®", dice. Tiene previsto viajar a Londres este mes y tiene miedo. "Simplemente rezo", dice con los dedos cruzados.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.