Paula O'Rourke
Paula O'Rourke viv¨ªa en Albuquerque, New Mexico, y se mud¨® a Athens, Georgia. Al llegar fue al banco con un cheque con membrete del sitio de procedencia y el empleado le dijo que no se lo pod¨ªan pagar, que all¨ª no aceptaban pesos. Paula le explic¨® que New Mexico es un estado de Estados Unidos de Am¨¦rica, que no se trata de otro pa¨ªs, que no era un cheque mexicano, que estaba en d¨®lares. El empleado llam¨® al director de la sucursal, que confirm¨® la imposibilidad de hacer efectivo ese tal¨®n extranjero. Ella insisti¨®, alucinada y probablemente irritada, hasta que finalmente apareci¨® alguien con conocimientos de geograf¨ªa y se lo pagaron.
Un amigo suyo, llegado con ella desde aquel Estado fronterizo, consigui¨® trabajo en una escuela del m¨¦todo Montessori, o sea, inscrita en una tradici¨®n pedag¨®gica que podemos asumir que est¨¢ por encima del promedio estadounidense. Pues bien: fue presentado a la clase como un maestro "de un pa¨ªs en el que se habla otro idioma".
Paula es una pelirroja alta que contrasta con la mayor¨ªa de los habitantes del barrio chino. Eso es bueno, ya que en la variedad est¨¢ el gusto
Paula O'Rourke vive en Barcelona desde hace dos a?os y medio. Se compr¨® un piso en la calle de Sant Pau, en pleno coraz¨®n del barrio chino. Una pelirroja muy alta con pinta de irlandesa, venida de un pa¨ªs m¨¢s rico que Espa?a, contrasta con la mayor¨ªa de los habitantes de la zona. Y eso es bueno, ya que en la variedad est¨¢ el gusto.
En la Baixada de Viladecols, sobre la plaza de los Traginers, junto a los a¨²n s¨®lidos vestigios de las murallas romanas de Barcelona, hay una teter¨ªa llamada La Clandestina. Es un lugar ideal para que alguien te cuente su vida. La decoraci¨®n es oriental, la camarera -por supuesto- argentina y la clientela babil¨®nica, cosmopolita y cool.
Paula naci¨® en Boston, pero vivi¨® en muchos sitios dentro de Estados Unidos, ya que su padre era un vendedor viajero. Estudi¨® mercadotecnia y despu¨¦s enfermer¨ªa. Tambi¨¦n es m¨²sica. En la universidad se encargaba de la log¨ªstica de los conciertos, las contrataciones y eso. As¨ª se acerc¨® al mundo del rock, m¨¢s af¨ªn a su mentalidad que el ambientillo del mercadotecnia y la enfermer¨ªa. Un d¨ªa, en el ensayo de un grupo, falt¨® el bajista. Alguien le pidi¨® que tocara, cosa que nunca hab¨ªa hecho. Lo hizo tan bien que acab¨® reemplaz¨¢ndolo. No es nada f¨¢cil tocar el bajo -pocas mujeres lo hacen-, pero Paula consigui¨® uno y practic¨® y practic¨®.
De hecho, el cronista la conoci¨® en un concierto de Eric McFadden en Sidecar. Eric es el ex marido de Paula. Es un guitarrista de cierto renombre: en su curr¨ªculo figura nada menos que una temporada en la banda de George Clinton, el gran maestro del funk sicod¨¦lico. Eric vino a Barcelona sin bajista porque aqu¨ª vive su ex. Son buenos amigos. Baterista, Eric y Paula: un excelente concierto de rock.
Paula tiene su propio grupo, llamado Tiny, con el que ha grabado varios ¨¢lbumes. En su banda compone y canta. Y toca el bajo, que parece enorme en sus manos.
Nuestra barcelonesa adoptiva regresa cada tanto a EE UU para trabajar unos meses como enfermera. Titular de un pasaporte irland¨¦s, tiene derecho a hacerlo en la Uni¨®n Europea, pero a¨²n no ha logrado homologar su t¨ªtulo.
Los ¨²ltimos a?os antes de largarse hab¨ªa vivido en San Francisco. No es la Am¨¦rica profunda, pero ya no quiere vivir all¨¢. Vendi¨® su casa, puso todos los huevos en la misma canasta: quem¨® las naves.
Su desencanto fue creciendo con progresi¨®n geom¨¦trica a partir del 11 de septiembre y la consiguiente guerra de Irak.
A la paranoia reinante se sum¨® la desaz¨®n de comprobar que sus propios compa?eros de trabajo, m¨¦dicos y personal sanitario, aprobaban la invasi¨®n de Irak, dec¨ªan: "Por lo que nos han hecho con las Torres Gemelas".
La puntilla lleg¨® cuando su mejor amigo, necesitado de un trasplante de h¨ªgado, muri¨® al no poder pag¨¢rselo. Conociendo el sistema sanitario por dentro, eso fue m¨¢s de lo que pudo soportar.
Hab¨ªa conocido Barcelona en su luna de miel. En La Clandestina, sin reloj: "Estoy avergonzada de ser norteamericana. Hasta he compuesto una canci¨®n en la que lo digo con todas las letras. Aqu¨ª puedo caminar por la calle, conocer gente interesante. ?Dormir la siesta! All¨¢ coger¨ªan la calculadora y dir¨ªan 'tantas horas por d¨ªa, tanto dinero menos al a?o; ?imposible!'. Incluso el tema de la m¨²sica es mejor en Espa?a. En Estados Unidos todo el mundo quiere ser una estrella de rock. Pero la mayor¨ªa de quienes lo consiguen son chicos ricos. En los sitios peque?os hay tanta demanda que hay que pagar para tocar".
La descomposici¨®n del imperio americano no es un espect¨¢culo agradable. Todos seremos salpicados. Mientras el astro masivo implosiona y se convierte en un agujero negro, los esp¨ªritus m¨¢s sensibles se exilian voluntariamente y podemos disfrutar de su presencia.
Si adem¨¢s de sensibles son listos, eligen Barcelona.
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