El 's¨ª' de Luxemburgo
Luxemburgo vot¨® s¨ª y, en verdad, dot¨® de algunos haces de luz al burgo que a¨²n formamos y conformamos quienes perseveramos en nuestra actitud rebelde de ser partidarios sensatos de la Constituci¨®n europea. El s¨ª luxemburgu¨¦s no es el remedio completo, definitivo, total, la panacea para solucionar la crisis generada tras los noes franc¨¦s y holand¨¦s, pero es una estupenda y pintiparada medida profil¨¢ctica para contrarrestar o frenar una pandemia que amenazaba con correr como la p¨®lvora y expandirse por todo el Viejo Continente.
Jean-Claude Juncker, coherente, congruente, consecuente, ha dado un par de lecciones y cachetes (al menos) a otros tantos dignatarios europeos. Ojal¨¢ que los hayan aprendido y aprovechado.
Aunque el 56,5% de s¨ªes luxemburgueses no es para tirar cohetes, s¨ª es un peque?o empuj¨®n (ya son doce m¨¢s uno los pa¨ªses que han refrendado la Carta Magna -y el segundo, tras Espa?a, que lo hace por refer¨¦ndum-) y no otro obst¨¢culo que hay que salvar.
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