Familia unida
En el d¨ªa de la ofrenda infantil a San Ferm¨ªn, la letrilla que dice, "A San Ferm¨ªn pedimos, por ser nuestro patr¨®n, nos gu¨ªe en el encierro, d¨¢ndonos su bendici¨®n", este a?o se convirti¨® en: "A San Ferm¨ªn pedimos, por ser nuestro patr¨®n, nos guarde a la familia, d¨¢ndole su bendici¨®n".
Cosas de la actualidad del pa¨ªs. El d¨ªa de la ofrenda infantil es el d¨ªa del ni?o. Del ni?o al jubilado, pasando por el mozo -t¨¦rmino con el que a menudo nos referimos a un paisano fond¨®n, que pese a haber rebasado hace rato los cuarenta, se resiste a dejar las joviales pr¨¢cticas de su mocedad-, todo el mundo tiene su d¨ªa, su momento estelar: su momentico. Igual que todo el mundo tiene su premio, y no me refiero a las pedreas de osos amorosos que caen en las barracas de la feria o en la t¨®mbola de caridad. Me refiero a que, hasta la Hermandad de la Pasi¨®n ha entregado un premio en el curso del guirigay festivo: el premio a la fotograf¨ªa que mejor hab¨ªa sabido captar el ambiente penitencial del ya lejano Viernes de Pasi¨®n.
La leyenda cuenta que en su ¨¦poca pagana, el santo lanzaba con nervio la 'azkona'
Para que luego digan que el surrealismo hisp¨¢nico -facci¨®n Bu?uel- no tiene futuro. Al caer est¨¢ el struendo de Iru?a, otro espont¨¢neo homenaje a Bu?uel, que este a?o se ha visto enriquecido con la instituci¨®n, en el d¨ªa de la ofrenda, del struendo infantil.
Por lo dem¨¢s, y hablando de surrealismo hisp¨¢nico, la primera edil del Ayuntamiento Pamplona declar¨® ante las c¨¢maras que la procesi¨®n del pasado d¨ªa de San Ferm¨ªn hab¨ªa sido "la mejor de las siete que ha tenido ocasi¨®n de vivir como alcaldesa". ?Para cuando en la prensa, o al menos en la hoja parroquial, una secci¨®n de cr¨ªtica de procesiones?
En la ofrenda infantil, el santo sale a la calle bajo un toldo con cierto aire andalus¨ª. El d¨ªa se impregna de rocieros aromas. Junto al santo queda una reja en la que las criaturas van ensortijando manojos de claveles. Los oficiantes de la ceremonia previnieron a las madres -los padres, ?d¨®nde andar¨ªan!- de que, en este momento de tribulaci¨®n, vivimos el peligro del regreso al temido paganismo.
Era pertinente, pues, recordar que San Ferm¨ªn hizo el camino inverso. Nacido en el seno de una familia pagana, no s¨®lo abraz¨® la fe, sino que dedic¨® su vida a la extinci¨®n del paganismo y al triunfo de la familia cristiana.
La leyenda de San Ferm¨ªn -ya que estamos en ella- da cuenta de un hecho menos conocido: el santo, en su ¨¦poca pagana, "lanzaba con nervio la azkona". Por ese lado no hay peligro de que se pierda su legado: a la largo y ancho de las torrenciales fiestas patronales que siguen a las de Pamplona, el continente navarro bulle de concursos de lanzamiento de azada, de boina y hasta de m¨®viles sin bater¨ªa.
La familia est¨¢ en peligro, pues, y la curia sigue hegeliana: por la familia -a trav¨¦s de lo que Hegel llam¨® "raz¨®n objetiva" y el arzobispo navarro ha rebautizado como "moral objetiva"- hacia el esp¨ªritu. Sabedora de que vivimos horas en las que urge reafirmar a Hegel, la alcaldesa de Pamplona acudi¨® a la ofrenda foral no s¨®lo con el ni?o -como era su tradicional costumbre-, sino con toda la familia.
Cosas de la actualidad del pa¨ªs y de la dial¨¦ctica sanferminera, por las que el d¨ªa del ni?o fue el d¨ªa de pedir a San Ferm¨ªn por la familia entera.
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