El amigo visionario de Villalonga

Bernie Ebbers se ha ca¨ªdo del caballo. A sus 63 a?os, ha pasado de ser el empresario m¨¢s famoso de Canad¨¢ a su m¨¢s egregio convicto. El cowboy de las telecomunicaciones, como se le conoc¨ªa, ten¨ªa una afici¨®n a los ranchos (lleg¨® a poseer el m¨¢s grande de Canad¨¢) s¨®lo comparable a sus predicciones sobre un mundo global en el que todos sus integrantes estar¨ªan comunic¨¢ndose compulsivamente todo el d¨ªa, por tel¨¦fono fijo o m¨®vil, e-mail o videoconferencia.

El Dorado Tecnol¨®gico de este cultivador de amistades peligrosas, como la del ex presidente de Telef¨®nica Juan Villalonga, otro se?ero visionario, ha resultado ser un erial para los confiados accionistas que compraron en junio de 1999 t¨ªtulos a 64 d¨®lares que hoy no valen nada. El propio Ebbers se hizo conceder un pr¨¦stamo de 366 millones de d¨®lares para comprar t¨ªtulos que luego result¨® su ruina.

Repartidor de leche, portero de discoteca, administrador de un peque?o motel, en 1983 tuvo la brillante idea de hacerse rico comprando minutos al por mayor a AT&T y revendi¨¦ndolos a los consumidores. As¨ª naci¨® WorldCom (WC), que absorbi¨® hasta 75 sociedades, hasta dar el gran salto con el lanzamiento de una OPA hostil por MCI.

Villalonga, que pon¨ªa a Ebbers como ejemplo de gestor del futuro, se meti¨® en medio y anunci¨® una alianza a tres bandas con WC y BT. El pacto qued¨® en una foto y en un puesto efimero en el consejo de Telef¨®nica para Ebbers. Villalonga quiso tener su WC particular y desarroll¨® operaciones como Terra, por la que multitud de accionistas tuvieron grandes p¨¦rdidas.