Bendecido
No ha olvidado Juan Luis Guerra sus buenas artes con el merengue, ese ritmo dominicano machac¨®n y repetitivo que desde hace m¨¢s de dos d¨¦cadas ha ayudado a difundir por el mundo. Lo trajo a Espa?a a comienzos de la d¨¦cada pasada cargado de fondo social, adornado con hermosas letras llenas de im¨¢genes po¨¦ticas y un compromiso con el tercer mundo caribe?o que hasta entonces s¨®lo hab¨ªa tenido un profeta: Bob Marley.
Entonces, canciones como Ojal¨¢ que llueva caf¨¦, La bilirrubina, Visa para un sue?o o Woman del Callao, se convirtieron en verdaderos fen¨®menos de popularidad, y logr¨® que por estos pagos se reparara en el merengue como un g¨¦nero que conjugaba lo divertido del baile con la reflexi¨®n. Todo ese recuerdo que quedaba de ¨¦l, que se hab¨ªa prodigado tan poco por Espa?a en los ¨²ltimos a?os, se revivi¨® en su concierto de Madrid.
Juan Luis Guerra y 4.40
Juan Luis Guerra (voz y guitarra). 4.40: Adalgisa Pantale¨®n, Roger Zayas y Quico Rizek (voces). Orquesta: Yasmina Rosado (piano, teclado y direcci¨®n musical), Juan de la Cruz Johnny Chocolate (tambora), David Armengol (congas y percusi¨®n)... y otros. Auditorio del Parque Juan Carlos I (Madrid), 12 de julio de 2005.
Se sab¨ªa que andaba ahora muy metido en asuntos religiosos. Su conversi¨®n a la fe evang¨¦lica hab¨ªa marcado sus ¨²ltimas obras, pero s¨®lo aludi¨® a ello en un par de ocasiones. "No hay amor m¨¢s grande que el del que da la vida por sus amigos. Eso es lo que hizo Jes¨²s por m¨ª, y por ti", dijo al presentar uno de los temas de su reciente Para ti, canci¨®n que tambi¨¦n cant¨® dedic¨¢ndosela al "gran Dios que tenemos en los cielos". Ayudado por una veintena de m¨²sicos soberbios, el resto fue merengue trepidante, alguna salsa -enlaz¨® de corrido Mil razones para amarte, Carta de amor y Qui¨¦reme otra vez-, y unas cuantas bachatas, ese bolero dominicano que se diferencia del mexicano o cubano por ser m¨¢s po¨¦tico y menos canalla. Junt¨® tambi¨¦n Estrellitas y duendes, La espinita y Fr¨ªo, fr¨ªo, pero dej¨® sola, para que el p¨²blico la cantara, la sublime bachata Burbujas de amor, acaso la canci¨®n m¨¢s rom¨¢ntica y sensual escrita jam¨¢s en castellano. Bendecido mucho antes por el merengue y la m¨²sica tropical que por Dios, Juan Luis Guerra volvi¨® a demostrar que es uno de los grandes. Que su concepto de lo latino est¨¢ a a?os luz de eso que se quiere meter en un mismo saco y que incluye hermosos apolos de cadera f¨¢cil y nada de sustancia en su discurso. Todav¨ªa escuece escucharle El costo de la vida, que en 1992 dedic¨® a los dispendios del Quinto Centenario, o Visa para un sue?o, con todo el drama detr¨¢s del que se ve obligado a abandonar su pa¨ªs para buscarse la vida en otro. Pero se goza con los acordes de La gallera y el desenfreno de La bilirrubina, donde seguro que no es pecado que los cuerpos se junten tanto al bailar.
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