La vida es una raz¨®n para huir

El premio en memoria del editor y escritor Mario Lacruz ha comenzado con buen pie pues la novela ganadora es estupenda. Un joven franc¨¦s en los a?os sesenta huye de Espa?a y de un amor conflictivo, llega a un pueblo de los Andes, se instala en un hotel decr¨¦pito y establece relaciones con un grupo de personajes opacos que mantienen entre s¨ª unos lazos que ¨¦l no es capaz de concretar. La mente del protagonista, el foco central de la narraci¨®n, percibe gestos y palabras, bucea y medita, en busca de una verdad que se acerca o se distancia seg¨²n el momento. Uno de los grandes m¨¦ritos de la novela es c¨®mo se produce una conexi¨®n entre el lector y esa mente tenaz e indagatoria a la que asistimos en todas sus percepciones y decisiones. Lo anterior ocupa la primera y tercera parte de la novela. En medio, la segunda sirve de contrapunto y clarificaci¨®n proyectando significados hacia la parte anterior y la posterior. Hay ah¨ª un relato que se desarrolla en Londres unos a?os antes en una tarde y una noche de acci¨®n arrebatadora. Quien narra es el personaje m¨¢s rotundo de la novela, Mira, "una esp¨ªa de altos vuelos", que enlaza los dos fragmentos narrativos de una forma original. En lugar del ritmo pausado de las otras partes aqu¨ª hay ritmo fren¨¦tico, colores vivos y una acci¨®n que va desde el melodrama al cuento de hadas. El estilo fraguado por Eduardo Gallarza (Madrid, 1962), autor de la novela El Soviet de los vagos (Lengua de Trapo, 1999), para contar esta historia es admirable. Las palabras no s¨®lo ocupan su lugar en el orden de la narraci¨®n, sino que expresan la emoci¨®n producida por una luz fugaz o un gesto casi inaprensible.