Perforadoras contra limoneros
Los vecinos de O'Donnell soportan con creciente indignaci¨®n las obras del t¨²nel
"?Mira mi limonero! Est¨¢ quemado...", exclama Pedro Bermejo. Pedro es el portero del edificio 21 de la calle de O'Donnell. ?l ha visto c¨®mo las obras de la prolongaci¨®n del t¨²nel de su calle han aniquilado lo m¨¢s preciado que ten¨ªa. "Lo plant¨¦ as¨ª de chiquitito, y le puse abono del pueblo". El tubo de escape de la m¨¢quina que perfora el t¨²nel da directamente al limonero de Pedro. El calor lo quem¨®. El portero llam¨® a la polic¨ªa, pero no hab¨ªa nada que hacer. "Las obras son las obras", cuenta que le explicaron. Hoy, el ¨¢rbol est¨¢ remendado y ofrece peque?os signos de vida.
El edificio donde trabaja Pedro est¨¢ totalmente aislado. Vallas por todas partes, y las m¨¢quinas justo enfrente del portal. Por eso, el tubo de escape no preocup¨® s¨®lo al portero.
Los vecinos del inmueble se reunieron para saber c¨®mo pod¨ªa afectar aquello a sus vidas. Ahora, diez meses despu¨¦s del inicio de la remodelaci¨®n de la zona, ya lo saben. "Es el ruido, pero tambi¨¦n el polvo que sube y el calor que desprende", afirma la mujer de Pedro.
Las personas que viven en los primeros pisos de esta casa son las que m¨¢s oyen los ruidos de las m¨¢quinas perforadoras. Adem¨¢s, m¨¢s de 25 camiones desfilan cada d¨ªa recogiendo la tierra que las tuneladoras desplazan. "?Un olor...! Ya te puedes imaginar.". Desde que las m¨¢quinas se instalaron frente al portal del n¨²mero 21 de la calle de O'Donnell, Pedro ya no puede salir a la calle para tomar el aire. "Si me pongo ah¨ª", se?ala con el dedo la valla de la empresa constructora, "me asfixio de calor".
Ya no hay autobuses que pasen por su acera, ni taxis, y los coches los tienen que aparcar lejos porque la calle est¨¢ cortada. Son las molestias, los ruidos o los olores. Dicen que est¨¢n hartos.
"Y, lo peor, nos tememos que esto no acabe cuando est¨¢ previsto". El Ayuntamiento ha puesto un plazo de 18 meses, pero ya llevan desde octubre y los operarios ponen cara de interrogante incr¨¦dulo cuando les preguntan si acabar¨¢n a tiempo. "Pues no lo s¨¦, porque a¨²n queda mucho por excavar aqu¨ª", dice el jefe de la obra de O'Donnell.
Normalmente, los operarios de esta zona trabajan de ocho de la ma?ana a ocho de la tarde, pero "ocasionalmente" se quedan hasta m¨¢s tarde. Son las once de la noche y todav¨ªa est¨¢n faenando. Pedro se va de vacaciones.
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