11 muertos en un incendio forestal que arrasa miles de hect¨¢reas en Guadalajara
Las v¨ªctimas formaban parte de los equipos de ret¨¦n que combat¨ªan las llamas, ocasionadas por una barbacoa
Once muertos, tres desaparecidos, 600 evacuados y m¨¢s de 4.500 hect¨¢reas devastadas. ?ste es el resultado del incendio que anoche segu¨ªa fuera de control en Guadalajara. Las llamas se originaron el s¨¢bado en una barbacoa encendida en el paraje de Los Jarales, en Riba de Saelices. Propagado por el viento, el fuego se extendi¨® r¨¢pidamente y ayer, en un barranco, cerc¨® a un ret¨¦n antiincendios, ocasionando la muerte de 11 de sus integrantes. Otros tres segu¨ªan anoche desaparecidos. El incendio, el m¨¢s mort¨ªfero de los ¨²ltimos 15 a?os, oblig¨® a evacuar cuatro pueblos.
El presidente regional, Jos¨¦ Mar¨ªa Barreda, y la vicepresidenta del Gobierno central, Mar¨ªa Teresa Fern¨¢ndez de la Vega, se trasladaron anoche a Alcolea del Pinar, localidad donde se cre¨® un centro de crisis. All¨ª, la vicepresidenta fue recibida en los alrededores del Ayuntamiento con los abucheos de unos 150 vecinos, la mayor¨ªa mujeres evacuadas de los pueblos de Luz¨®n y Santa Mar¨ªa del Espino, que se quejaron de la tardanza y de la escasez de los medios utilizados contra el fuego. Los pol¨ªticos "vienen por la noche, como los lobos", dijo una de las afectadas.
El alcalde de Riba de Saelices, Jos¨¦ Luis Samper, exigi¨® ayer que el "peso de la ley caiga ¨ªntegramente sobre los responsables". "Se han cargado las vidas de chicos de 20 a?os", remach¨®. El alcalde se?al¨® que ¨¦l hab¨ªa hablado con uno de los excursionistas -"un grupo de 10 o 12 personas- para advertirle del peligro que representaba prender fuego en esos parajes. Una persona prestar¨¢ hoy declaraci¨®n ante la Guardia Civil como presunta responsable del siniestro, aunque de momento no se ha producido ninguna detenci¨®n.
La muerte de los 11 agentes forestales ocurri¨® entre las 14.20 y las 15.00, pero la Guardia Civil y los servicios de extinci¨®n de incendios no se percataron de la falta de este ret¨¦n hasta bien avanzada la tarde. Cuando la Guardia Civil y los bomberos accedieron al lugar, se toparon con dos camiones cisterna y tres todoterrenos completamente calcinados.
"Creemos que las llamas les han rodeado y que no les ha dado tiempo a salir. Seguro que ha cambiado el viento sin que se dieran cuenta", se?al¨® anoche la delegada del Gobierno en Castilla-La Mancha, Mar¨ªa del Carmen Valmorisco.
Los vecinos de Santa Mar¨ªa del Espino intentaron evitar que el ret¨¦n forestal, con base en Cogolludo, se metiera entre el fuego, seg¨²n Agust¨ªn Ortega, un gran conocedor de la zona arb¨®rea de este municipio de Guadalajara que habl¨® con ellos justo antes de que bajaran por una especie de talud: "Les dije: tened cuidado. Y el que estaba como jefe de todo el ret¨¦n me respondi¨®: "Los valientes son los primeros que mueren". Yo conozco el terreno y sab¨ªa que iban mal, pero no me han hecho caso y han seguido".
El presidente de Castilla-La Mancha, Jos¨¦ Mar¨ªa Barreda, confirm¨® anoche que la identidad del primero de los 11 muertos era la de F¨¦lix Mansilla, el encargado de coordinar el ret¨¦n siniestrado.
Los fallecidos hab¨ªan montados en cinco veh¨ªculos, en los que bajaron esa especie de talud y empezaron a extinguir el fuego. Ortega se asom¨® a ese cerro y sali¨® corriendo: "Daos prisa que el fuego est¨¢ ah¨ª". En menos de dos minutos este vecino oy¨® tres explosiones. "Fueron como tres bombas". Los 11 integrantes del ret¨¦n acababan de fallecer.
Uno de los principales problemas con que se ha encontrado el servicio de Bomberos para luchar contra esta tragedia es el viento cambiante, que ha impedido controlar las llamas, cuyo frente anoche era de unos 30 kil¨®metros. A eso hay que unir la sequedad y las altas temperaturas registradas todo el d¨ªa.
La indignaci¨®n de los vecinos de Santa Mar¨ªa era patente: "No han puesto los medios necesarios para acabar con este incendio, les ha pillado el toro. Ayer [por el s¨¢bado] se podr¨ªa haber solucionado si hubiesen tomados las medidas que ped¨ªamos los vecinos", explicaba Esther Ib¨¢?ez, una vecina del municipio afectado. "Se han dormido en los laureles. Las llamas estaban al lado de nuestras casas y no se les ocurre otra cosa que decirnos a las cinco de la madrugada ?que nos vayamos a dormir y que cerremos las ventanas!", se?al¨® otra vecina indignada. A las dos de la tarde fueron desalojados unos 200 vecinos de este municipio y trasladados a la localidad de Alcolea del Pinar. Precisamente, aqu¨ª llegaron Barreda, la delegada del Gobierno y los alcaldes de los cuatro municipios afectados.
El incendio, desatado por la imprudencia de un grupo de personas que hac¨ªa una barbacoa, se extendi¨® hasta estos municipios, oblig¨® al desalojo de sus vecinos y provoc¨® escenas de desesperaci¨®n.
Anoche, los gritos desgarrados de indignaci¨®n inundaron Alcolea del Pinar hacia las 23.40. Decenas de desplazados de los pueblos cercanos: Santa Mar¨ªa del Espino, Luz¨®n, Luzaga, Molina de Arag¨®n... esperaban ansiosos para desahogarse con las autoridades que iban llegando a esta localidad.
"Esto es una verg¨¹enza. Desde el s¨¢bado, que empez¨® a arder a las tres de la tarde, no ha venido nadie hasta hoy a las siete", dec¨ªa Manuel Espino, vecino de Santa Mar¨ªa del Espino. ?l, como otros muchos, hab¨ªa hecho m¨¢s de un viaje a su pueblo y a las zonas colindantes para seguir de cerca la evoluci¨®n del fuego y cerciorarse, en lo posible, de que su casa, sus tierras y su ganado segu¨ªan en pie y no hab¨ªan sido ya devorados por las llamas. Fue en uno de esos trayectos cuando presenci¨® lo que parece ser la raz¨®n de la enorme tragedia que le ha costado la vida a los 11 agentes forestales: dos de los camiones de Bomberos del ret¨¦n desplazado desde Molina de Arag¨®n o de Santa Mar¨ªa del Espino estallaron y saltaron por los aires a la altura de un barranco situado en un camino que pertenece a este ¨²ltimo pueblo.
"Ha sido impresionante. Un estruendo y una enorme llamarada. Creo que ha sido por las bombas que llevan los camiones para propulsar el agua. Se han metido por el barranco y no han podido salir", dec¨ªa con cara de espanto mientras se fumaba un puro en un bar del pueblo y trataba de controlar los nervios.
Los ¨¢nimos estaban muy cargados. "Ni Protecci¨®n Civil, ni los Bomberos, ni la Guardia Civil, ni el Ej¨¦rcito... Cada 40 minutos, un helic¨®ptero que descargaba el agua que cabe en un dedal... Nos han abandonado como a perros", comentaba en el centro social de Alcolea, uno de los lugares que ha servido para acoger y atender a los desalojados, Juliana Superv¨ªa, vecina de Luz¨®n, de 86 a?os. Entre l¨¢grimas y sollozos, ellas y sus amigas y vecinas del pueblo, de edades similares, comentaban lo ocurrido y recordaban los a?os en los que construyeron sus casas junto a sus maridos, muchos ya fallecidos, cuando compraron sus primeras cabras y sus tierras.
Una de ellas era Pilar Bola?os, de 63 a?os, la madre del alcalde de Luz¨®n, Andr¨¦s Cabada, de algo m¨¢s de 30 que, seg¨²n su madre, desde el s¨¢bado por la noche estaba pidiendo ayuda desesperadamente. Ayer, a ¨²ltima hora, segu¨ªa all¨ª, en su pueblo, al pie del ca?¨®n, llevando y trayendo mangueras y angustiado porque ni su padre ni su hermano aparec¨ªan.
"Que no me llame nadie. Que no encuentro ni a mi hermano ni a mi padre. P¨¢same esa manguera...", se escuchaba desde el auricular del tel¨¦fono de una vecina de la localidad. Pilar, mujer grande de manos robustas y marcadas por el trabajo de campo, permanec¨ªa entonces ajena a esa angustia de su hijo y convencida de que su marido y su otro v¨¢stago estaban cuidando el ganado.
"Mi hijo est¨¢ en el pueblo y mi marido y el otro con el ganado. Andr¨¦s ha estado esta ma?ana llorando de desesperaci¨®n en el Ayuntamiento. Hemos amanecido con el pueblo cerrado en humo, como una niebla densa de invierno y segu¨ªa sin venir nadie. Nadie le ha hecho caso y ah¨ª est¨¢ ¨¦l defendiendo su pueblo", dec¨ªa con la voz temblorosa y las l¨¢grimas en los ojos.
Entre tanto, los vecinos de Alcolea y miembros de Protecci¨®n Civil de Guadalajara se afanaban en preparar las cosas para la que se preve¨ªa iba a ser la noche m¨¢s larga en este pueblo de Guadalajara en el que la luz empezaba a irse a las 00.35 y volv¨ªa intermitentemente.
150 colchones para la noche
En el polideportivo se instalaban 150 colchones en hileras para los m¨¢s j¨®venes, las familias alcolenses acog¨ªan a las personas mayores en sus casas, en los hoteles se hospedaban ni?os y minusv¨¢lidos. Y se estaba a la espera de que llegasen varios autobuses con otros 170 ni?os y 35 monitores procedentes de un campamento de una localidad cercana. Para estos ¨²ltimos, un vecino de Alcolea ofreci¨® una nave en la que pudieran alojarse.
Las calles de Alcolea del Pinar segu¨ªan plagadas de gente y el movimiento de coches, ambulancias y todoterrenos de Protecci¨®n Civil era continuo. Todos iban y ven¨ªan sin saber muy bien hacia d¨®nde.
De madrugada, la mayor preocupaci¨®n de los desalojados era el viento. "Como cambie el aire y llegue el fuego hasta la dehesa de Anguita, estamos perdidos". "?Ad¨®nde vamos a ir nosotros si se queman nuestras casas, ad¨®nde?", se preguntaban. "Ya no volveremos a ver el pinar, nuestras tierras, como antes... Todos nos moriremos antes", se lamentaban.
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