La otra guerra del agua
Los vallecanos usaron bocas de riego para la 'batalla naval', pese al pacto con el Ayuntamiento
Ayer llovi¨® en Vallecas en plena sequ¨ªa. En poco m¨¢s de una hora cayeron m¨¢s de 50.000 litros de agua sobre los 5.000 vallecanos, seg¨²n los organizadores, que se reunieron para celebrar la batalla naval, tradici¨®n del barrio desde 1982. Este a?o, debido a la escasez, la fiesta ten¨ªa sus restricciones: no se pod¨ªan usar las bocas de riego y el tiempo de batalla se reduc¨ªa a una hora. A cambio, el Ayuntamiento cedi¨® seis camiones cisterna con 8.000 litros cada uno.
Pero no fue suficiente. Apenas 40 minutos despu¨¦s de que comenzara el pasacalles, en el destino final, donde se iba a librar la batalla, los camiones se hab¨ªan vaciado. "Han abierto los camiones antes de que llegara la gente al parque del Payaso Fof¨®", protestaba uno de los organizadores. As¨ª que los vecinos se olvidaron de las prohibiciones, sacaron dos mangueras y conectaron una a la boca de una taberna y la otra a la boca de riego del parque, de donde estuvieron sacando agua al menos 45 minutos.
"El Ayuntamiento dijo que iba a cortar el agua de las bocas y no lo ha hecho, as¨ª que...", justificaba un miembro de la Cofrad¨ªa Marinera mientras enchufaba con la manguera a un grupo de ni?os en ba?ador. La sequ¨ªa estaba en boca de todos. "A m¨ª me parece bien que limiten el agua que se usa en la fiesta, pero que nos la dejen celebrar", dec¨ªa un chico empapado. "?Habr¨¢ batalla naval mientras no cierren las piscinas privadas y proh¨ªban regar los campos de golf!" gritaba una madre de familia, entrada en los 40, desde lo alto de la carroza.
"?Acaso no hacen una tomatada en Valencia mientras se muere gente de hambre en el mundo?", inquir¨ªa Eva, una chica de 22 a?os armada con un cubo de fregar. "Hay 5.000 personas disfrutando de una fiesta que se celebra desde hace 24 a?os y apenas vamos a gastar un cuarto de lo que hay en una piscina vecinal", subrayaba un miembro de la cofrad¨ªa con un parche en un ojo. Una piscina de 25 metros de largo por 22 de ancho y una profundidad de 2,7 metros contiene m¨¢s de un mill¨®n de litros de agua.
A las cuatro y media de la tarde un desfile de vallecanos armados con cubos, palanganas y metralletas de agua con escudos llegaba al punto de partida de las carrozas en el paseo de Pe?a Gorbea. Encabezando la marcha, la carroza de la pe?a Los Amigos. Y, en el punto m¨¢s alto, el pirata Jos¨¦ Luis, empapado antes de comenzar, arengaba a la tropa al grito de: "?Agua!"."Si te lo quieres pasar bien vete seco. Alguien gritar¨¢: ?seco! y todos ir¨¢n a por ti", explica Eva. Se saben el ritual de memoria. Llevan toda la vida participando en esta batalla de agua que reivindica la utop¨ªa. "En Tele-k [la televisi¨®n local de Vallecas] lo han contado: se pide un puerto de mar en el distrito", dice entre risas Noem¨ª, de 21 a?os, mientras apura el ¨²ltimo cigarro antes de entrar en el campo de batalla. "Una vez que empiece, ni cigarros, ni mecheros...?Es la guerra! Mi madre tiene preparados ocho cubos llenos en el balc¨®n para cuando pase el desfile".
Seg¨²n va avanzando la serpiente multicolor de vecinos, comienzan las lluvias torrenciales: 48.000 litros de agua en camiones municipales, m¨¢s lo que se saca de las bocas de riego (durante al menos 45 minutos) y la que cae de los balcones. Nadie queda seco. "?Agua, ag¨¹ita, la gente est¨¢ sequita!", corea un grupo. Al ritmo de una charanga la fiesta recorre las calles de Puerto Alto, Mart¨ªnez de la Riva, Monte Perdido y Arroyo del Olivar hasta Payaso Fof¨®. All¨ª, varias vallas amarillas limitan la zona libre de sequ¨ªa con carteles amenazantes: "Si pasas, te mojas". Cinco camiones cisterna del Ayuntamiento -el sexto, a medio camino- van llenando cubos y recipientes.
Detr¨¢s de la pe?a Los Amigos llega una patera repleta de falsos fardos de hach¨ªs y supuestos inmigrantes. Entre la multitud, una mujer de 65 a?os empapada aprieta la mano de su nieto, que se aferra a una superpistola de agua. "S¨®lo ver lo feliz que est¨¢ vale millones", dice la abuela con una sonrisa enorme mientras mueve pesadamente sus 80 kilos. Perros, beb¨¦s, familias enteras... Los inmigrantes tambi¨¦n colaboran en la algarab¨ªa. Los mejor equipados, los ni?os chinos. "?Te extra?a? Las pistolas de agua las venden sus padres...", se?ala una joven.
Nota reivindicativa
La fiesta tambi¨¦n tuvo su nota reivindicativa. La batalla naval de este a?o llevaba el lema M¨®jate por El Seco y reclamaba el realojo de un activo centro social (El Seco, en el barrio Las Adelfas) que ha sido cerrado. Fabricaron una galera rosa con carritos de la compra y tubos de pl¨¢stico. No pod¨ªa faltar en el campo de batalla su presidenta honor¨ªfica este a?o, la portavoz de IU, In¨¦s Saban¨¦s. Aparece entre las aguas, empapada, equipada con un ba?ador debajo de la ropa, sandalias y mochila. "Nadie deber¨ªa dar lecciones de solidaridad a este barrio. No se ha declarado la sequ¨ªa oficialmente para favorecer a determinados sectores", dice.
A pocos metros de la zona franca, la decepci¨®n dibujada en el rostro de ocho piratas gallegos con las manos sucias de aceite de motor. Llegaron desde Villagarc¨ªa de Arousa el viernes, en autobuses con 80 paisanos m¨¢s. Hab¨ªan tra¨ªdo su barco pirata para participar en el desfile. Dos horas antes de que comenzara se parti¨® la correa del ventilador del motor de su barco y no pudieron desplegar las velas. Aunque pusieron la m¨²sica con sus 3.000 vatios de potencia para animar la fiesta, una vez que el agua se acab¨®.
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