Oscar Peterson pone el broche de oro al Festival de Montreux
M¨¢s de 240.000 personas han participado en el evento suizo
Oscar Peterson, el legendario pianista canadiense, cerr¨® con un concierto de gala la noche del s¨¢bado el 39? Festival de Jazz de Montreux. El m¨²sico, una de las ¨²ltimas leyendas vivas del jazz, dio un repaso a su inabarcable carrera y ofreci¨® un recital centrado en el blues. M¨¢s de 240.000 personas han visitado el evento a lo largo de 16 d¨ªas. Sin embargo, Montreux sigue registrando p¨¦rdidas econ¨®micas.
?Qu¨¦ puede decirse de una aut¨¦ntica leyenda viviente como Peterson? Uno tiene la sensaci¨®n de encontrarse ante el ?ltimo Jedi, el ¨²ltimo representante de un conocimiento y una tradici¨®n casi perdidos. No es para menos. ?Cu¨¢ntos m¨²sicos vivos pueden afirmar haber tocado con Louis Armstrong, Ella Fitzgerald, Yehudi Menuhin, Dizzy Gillespie, Sarah Vaughan o haber bebido de las fuentes originales de la m¨²sica afroamericana por antonomasia de la mano de Art Tatum o Lester Young? Probablemente, casi ninguno.
El inmenso, en sentido literal y figurado, Peterson abri¨® su concierto con un blues, que iba a marcar el tono de la velada, para pasar a un memorable Here comes this rainy day que puso al p¨²blico que abarrotaba el Auditorio Stravinski de pie, entregado al anciano genio desde la primera nota. Aqu¨ª cabe destacar que el m¨²sico, de 80 a?os, sufri¨® hace tiempo un serio ataque cerebral que le ha dejado pr¨¢cticamente hemipl¨¦jico y le impide el uso de su m¨ªtica mano izquierda, "la m¨¢s r¨¢pida del Oeste".
El pianista lleg¨® al escenario en silla de ruedas, casi en olor de santidad, y fue obvio desde un primer instante que no cab¨ªa esperar la portentosa t¨¦cnica que le hiciera famoso y nadie en su sano juicio en la sala lo esperaba. Los miles de personas que el s¨¢bado se reunieron en Montreux no estaban all¨ª para o¨ªr un concierto impecable desde el punto de vista t¨¦cnico, sino m¨¢s bien para rendir homenaje a uno de los ¨²ltimos eslabones que nos unen a una tradici¨®n gloriosa.
El canadiense tuvo un recuerdo emocionado para "todos los m¨²sicos de jazz que nos han abandonado en los ¨²ltimos tiempos". A todos ellos dedic¨® una sentida balada de cosecha propia titulada R¨¦quiem. De hecho, el sabor de despedida abarc¨® tambi¨¦n a Peterson en esta presentaci¨®n agridulce dado que, seg¨²n todos los pron¨®sticos, ¨¦sta ha sido pr¨¢cticamente la ¨²ltima posibilidad de verle sobre un escenario, al menos en Europa.
Por segundo a?o consecutivo, el festival registra p¨¦rdidas netas de alrededor de 200.000 euros, con una venta total de 88.000 entradas, 12.000 menos que el a?o pasado. En el lado positivo de la balanza, se ha superado la barrera de 240.000 asistentes a los conciertos gratuitos y dem¨¢s eventos del festival.
Seg¨²n Claude Nobs, director del evento suizo, el baj¨®n en la venta de entradas se explica por "la reducci¨®n de plazas disponibles en algunas salas y, sobre todo, por la fuerte competencia que se establece en verano entre festivales europeos".
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