El villano de Catalu?a
Posiblemente no haya en estos momentos mejor int¨¦rprete para dramatizar la lectura del largo poema de Josep Maria de Sagarra (1894-1961) El comte Arnau (1928) en un espacio tan amplio como es el Teatre Grec que el actor Llu¨ªs Soler. Famoso en toda Catalu?a gracias al culebr¨®n m¨¢s largo de la historia de TV-3, El cor de la ciutat, en el que su personaje ha conseguido darnos gato por liebre -am¨¦n de serios sustos a varias de sus protagonistas-, Soler goza, por una parte, de un evidente poder de convocatoria, y por otra, de los registros necesarios para encarnar a uno de los villanos m¨¢s legendarios y representativos del pa¨ªs, registros de los que ha dado amplias muestras a lo largo de los cap¨ªtulos de la serie.
El comte Arnau
De Josep Maria de Sagarra. Int¨¦rprete: Llu¨ªs Soler. Iluminaci¨®n: Kiko Planas. Espacio sonoro: ?lex Polls. Vestuario: Ramon Ivars. Direcci¨®n: Antoni Calvo. Teatre Grec, Barcelona, 19 de julio.
Se?or feudal que maltrataba a sus vasallos, escatimaba el sueldo a sus mozos y seduc¨ªa a las doncellas, el Comte Arnau ha pasado de cuestionar la integridad de las monjas del monasterio de Sant Joan de les Abadesses a ser el mito m¨¢s caracter¨ªstico de la comarca del Ripoll¨¨s y, por extensi¨®n, de Catalu?a entera, y una de las creaciones m¨¢s originales que ha dado el legendario catal¨¢n al no tener, por lo visto, equivalentes en otras culturas. La leyenda, recogida por primera vez a mediados del siglo XIX, parte de una canci¨®n popular del XVI en la que el conde entabla un di¨¢logo con su fiel esposa, Elvira, una vez que ha sido condenado a correr eternamente a lomos de su caballo en llamas.
Ataviado para la ocasi¨®n con un sencillo conjunto de blus¨®n, pantalones y botas con la firma de Ramon Ivars que le daban un aire de menestral renovado, Llu¨ªs Soler abord¨® la lectura de la versi¨®n reducida de los endecas¨ªlabos de De Sagarra (unos 1.500 versos de los m¨¢s de 10.000 que lo componen) desde el atril que, como ¨²nico elemento escenogr¨¢fico, presid¨ªa el escenario del anfiteatro griego. De narrador a Comte Arnau (aterrador el tono del conde) y de ¨¦ste a su esposa Elvira, a la abadesa Adelais y a otros personajes secundarios, Soler iba dando la voz y la inflexi¨®n justa a todos ellos apoyado por los efectos sonoros de ?lex Polls y el juego de luces de Kiko Planas. Una puesta en escena simple pero muy cuidada para el ¨²nico mon¨®logo que ha ofrecido el Grec este a?o.
Los versos de De Sagarra -frescos y chispeantes, en especial los que describen a los personajes- en la voz de Llu¨ªs Soler, cada vez m¨¢s c¨®modo con la respuesta que iba teniendo de un p¨²blico atento y entregado, arrancaron una larga y sentida ovaci¨®n que el propio Soler tuvo que interrumpir para rematar la faena con una propina de tres poemas m¨¢s. Con ellos, el fervor catal¨¢n acab¨® por ponerse en pie.
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