Villa¨¦cija es sexta en los 1.500 libres, en los que se impone la estadounidense Ziegler

"Desde el principio vi que se iban y decid¨ª hacer mi carrera". Esta es la reflexi¨®n que hizo la nadadora espa?ola Erika Villaecija al poco tiempo de terminar sexta en la final de 1.500 metros. Sus palabras podr¨ªan extenderse a la historia particular de cada uno de sus compatriotas en Montreal. Lo que dijo a continuaci¨®n tambi¨¦n: "Estoy contenta porque he estado a un segundo de mi mejor marca [tard¨® 16 minutos 17 segundos] y, teniendo en cuenta que nadaba por la calle ocho, es una buena marca".

Averiada como est¨¢ la nataci¨®n en Espa?a, quedar sexto en una final mundial tiene un m¨¦rito enorme. El caso de la nadadora de L'Hospitalet es una excepci¨®n total. Es la ¨²nica componente del equipo nacional que se ha metido en una final en la hermosa piscina de la isla de Santa Helena, sede del mundial. Lo mismo le ocurri¨® en los Juegos de Atenas, donde fue quinta en 800. Un caso como el suyo es impensable en todos los dem¨¢s nadadores, que sufren hasta para ser semifinalistas.

Aquellas chicas de las que hablaba Villecija, las mismas que vio irse a lo lejos, eran la estadounidense Kate Ziegler, que gan¨® el oro (16m 00,41s), la suiza Flavia Rigamonti, que fue plata (16m 04,34s), y la canadiense Brittany Reimer, que se instal¨® en el, tercer puesto del podio (16m 07,73s). A partir de los 1.000 metros la final fue cosa de ellas tres.

Los ¨²ltimos 500 no depararon emociones. Fue una disputa fr¨ªa en la que cada nadadora guard¨® su puesto a golpe de brazos. De las tres en liza, gan¨® la mejor posicionada en el r¨¢nking hasta ayer: la risue?a chica de Great Falls, un pueblito de Virginia a orillas del Potomac. Ziegler, que tiene 17 a?os. Ziegler, una nadadora de m¨¢s poder¨ªo que t¨¦cnica, hab¨ªa hecho 16m11,23s, su mejor marca, en junio. Ayer parec¨ªa una lancha motora. El recorte que le peg¨® a su mejor marca hace pensar en un futuro de promisi¨®n: casi 11 segundos. La tercera mejor marca de todos los tiempos por detr¨¢s del prodigio de la estadounidense Janet Evans en 1988 (15m 52,10s), y por debajo de los 16m 00,18s que consigui¨® Hannah Stockbauer en 2003.