Jordi Mercad¨¦, 'in mem¨®riam'
Con Jordi, nombre art¨ªstico de Jordi Mercad¨¦, desaparece uno de los m¨¢s singulares pintores catalanes del siglo XX, art¨ªstica y humanamente. Hijo del tambi¨¦n pintor y orfebre Jaume Mercad¨¦ (1887-1967), naci¨® en Barcelona en 1923 y se form¨® en el taller de Ramon Rogent, donde conoci¨® a Joan Pon?, quien le introdujo en los movimientos de vanguardia. Inicialmente cezanniana y cubista en su concepto y construcci¨®n, su pintura evolucion¨® hacia una abstracci¨®n de fuerte gesto caligr¨¢fico, llena de pasi¨®n y energ¨ªa que con el paso de los a?os se fue mitigando, aun manteniendo una impronta expresionista.
Pero Jordi fue algo m¨¢s que un pintor, fue alguien que vivi¨® su ¨¦poca intensamente, con pasi¨®n y bohemia: en 1946, y junto a Arnau Puig, Brossa, Pon?, Boadella y Tormo, cre¨® la renovadora revista Algol; en 1948 fue miembro promotor del Sal¨® d'Octubre y se instal¨® en Par¨ªs, donde residi¨® hasta 1954, becado por el Gobierno franc¨¦s; a su regreso a Barcelona expuso en la Galeria Syra y particip¨® junto a Aleu, Guinovart, Cuixart, Muixart, Tharrats y T¨¤pies en la fundaci¨®n del ef¨ªmero grupo Ta¨¹ll, el ¨²nico momento (fotogr¨¢fico) en que coincidieron las figuras m¨¢s destacadas de la abstracci¨®n catalana. A partir de entonces realiz¨® m¨²ltiples exposiciones individuales y colectivas en Barcelona, Madrid, Zaragoza, Mil¨¢n, Berna, etc¨¦tera, impuls¨® el Sal¨® de Maig y represent¨® a Espa?a en las Bienales de S?o Paulo, Alejandr¨ªa y en los parisienses salones "des jeunes peintres", "nationale des Beaux Arts" e "ind¨¦pendents", un dinamismo que todav¨ªa se manifestaba en la d¨¦cada de los ochenta, cuando junto a J. J. Tharrats, apoy¨® el nacimiento de la Associaci¨® Catalana d'Artistes Pl¨¤stics. Su ¨²ltima aparici¨®n p¨²blica como artista fue en 1999 con la exposici¨®n La pintura com a hip¨°tesi d'exist¨¨ncia, comisariada por Assumpta Ros¨¦s, que a trav¨¦s de 80 pinturas ofrec¨ªa una visi¨®n retrospectiva de su trayectoria y que se present¨® en el Centre d'Art Santa M¨®nica de Barcelona y en el Museu de Valls, por los v¨ªnculos paternos que le un¨ªan a esta poblaci¨®n del Alt Camp.
Una carrera especialmente interesante en los a?os cuarenta y cincuenta por encarnar el tr¨¢nsito de la figuraci¨®n a la abstracci¨®n, de la que entre otros se han ocupado cr¨ªticos tan destacados como Sebasti¨¤ Gasch, Arnau Puig, Santos Torroella, Alberto del Castillo, Maria Llu?sa Borr¨¤s, Rodr¨ªguez Aguilera, Gaya Nu?o, J. E. Cirlot o C. Are¨¢n, que sin embargo no pudieron evitar que, a pesar de ser protagonista de un momento hist¨®rico, la aportaci¨®n de Jordi quedara desdibujada en la artigraf¨ªa contempor¨¢nea, a lo que quiz¨¢ tambi¨¦n contribuy¨® su propia negligencia.
Pero, sin duda, la suya fue una vida completa y repleta de avatares que el enjundioso libro Nou converses amb Jordi Mercad¨¦, de Enric Jard¨ª, publicado en 1985 en la editorial P¨°rtic, nos permite conocer, as¨ª como descubrir sus fobias y filias, su amistad con de Sucre, Pruna, Pon?, los Vilat¨®, Muixart, Fenosa, Clav¨¦, Valls, Palau i Fabre, sus enfrentamientos pol¨ªticos con Palazuelo y Chillida en el Colegio de Espa?a de Par¨ªs y el clima de la Barcelona de la posguerra.
Y es que, probablemente, el rasgo m¨¢s caracter¨ªstico de Jordi, que falleci¨® el pasado lunes, fue la desaforada intensidad con la que vivi¨® y con la que pint¨®.
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