C¨¦dric Klapisch: "He decidido abrazar mi ¨¦poca, aunque sea esquizofr¨¦nica"
El director franc¨¦s estrena en Espa?a 'Las mu?ecas rusas', continuaci¨®n de 'Una casa de locos'
Los franceses han votado contra el tratado que establec¨ªa una Constituci¨®n europea. Al mismo tiempo, esos mismos franceses han convertido en ¨¦xito pel¨ªculas que hablan de manera optimista de la construcci¨®n de Europa.
?se es el caso de dos cintas de C¨¦dric Klapisch protagonizadas por los mismos personajes y actores. La primera, rodada el a?o 2000, entre Barcelona y Par¨ªs, llevaba por t¨ªtulo Una casa de locos, y la segunda, que ya ha atra¨ªdo a m¨¢s de dos millones de espectadores, es Las mu?ecas rusas y su acci¨®n transcurre entre Par¨ªs, Londres y San Petersburgo.
Pregunta. ?En qu¨¦ se diferencia la mirada sobre Europa entre una y otra cinta?
Respuesta. En Una casa de locos el protagonista, Xavier, sal¨ªa en busca de su identidad. Como Europa, se siente en construcci¨®n, confuso, abierto a muchas posibilidades; en Las mu?ecas rusas, Xavier est¨¢ en esa edad en que hay que tomar decisiones, escoger. Y eso tambi¨¦n significa renunciar a muchas cosas. No quer¨ªa a volver a tratar de Europa como en la pel¨ªcula anterior, sino hacerlo teniendo en cuenta la ampliaci¨®n. Dud¨¦ entre San Petersburgo y Estambul, pero la primera se me impuso con la evidencia de su europe¨ªsmo.
"Tati o Almod¨®var parten de la caricatura, pero luego logran crear personajes de verdad. ?se es mi reto"
"Muestro gente que se mueve por Europa como por su casa. La identidad europea progresa"
P. El resultado del refer¨¦ndum en Francia u Holanda parece desmentir esa evidencia.
R. La pol¨ªtica va demasiado deprisa en relaci¨®n con la capacidad de asimilaci¨®n de las personas. Europa funciona bien a muchos niveles. En Una casa de locos, Europa se materializaba a trav¨¦s del programa Erasmus, y en Las mu?ecas rusas, a trav¨¦s de las historias de amor entre un franc¨¦s y una inglesa y entre un ingl¨¦s y una rusa. Adem¨¢s, en este filme muestro gente que trabaja de un lado a otro del continente, que se mueve por ¨¦l como por su casa. La identidad europea progresa.
P. Toda su filmograf¨ªa prueba que usted concede una gran importancia al decorado, al lugar donde rueda.
R. El decorado lo elijo siempre antes. He trabajado como periodista gr¨¢fico y s¨¦ de la importancia de situar el personaje en su lugar. Escog¨ª Barcelona porque para m¨ª representa la mezcla, una mezcla alegre, que funciona. Es una capital europea y sigue siendo muy catalana. En Barcelona exist¨ªa una facilidad de comunicaci¨®n que era inimaginable en Par¨ªs. Aqu¨ª, en los bares, la gente no habla con su vecino de mesa. San Petersburgo es fruto de una imagen: en el curso de un viaje, una noche, en un hotel de San Petersburgo asist¨ª a una boda. Y me impresion¨® ver a la novia, sentada a la puerta del ba?o, esperando que el novio, completamente borracho, saliese del mismo. Me imagin¨¦ a William bebido y a una chica rusa esper¨¢ndole. De ah¨ª naci¨® el deseo de rodar una continuaci¨®n de Una casa de locos. Queda clara la importancia del lugar, pero tambi¨¦n que prefiero seguir la evoluci¨®n de unos personajes antes que la de una ciudad.
P. Con Xavier-Romain Duris, usted retoma o sigue la experiencia de Fran?ois Truffaut respecto Antoine Doinel-Jean Pierre Leaud, es decir la de la cr¨®nica o documental sobre un personaje y un actor.
R. ?Siempre me han gustado las pel¨ªculas que cuentan el paso del tiempo, en las que vemos envejecer a los personajes! Soy un admirador de Kieslowski, de la saga mafiosa de Coppola y, obviamente, de Truffaut. Con Romain nos encontramos para rodar Le peril jeune (1993) y luego hemos vuelto a colaborar para hacer Cada uno busca su gato (1995) y Peut-¨ºtre (1999) antes de poner en marcha el grupo de Una casa de locos.
P. En Las mu?ecas rusas usted decide que Xavier se enamore de Wendy. ?Por qu¨¦ no de otro personaje?
R. Mientras montaba Una casa de locos me di cuenta de que ella, Wendy, es decir, Kelly Reilly, miraba de manera muy especial a Xavier. Y descubr¨ª tambi¨¦n que ella era el doble femenino de ¨¦l, su espejo, que ten¨ªa las mismas dudas en lo que al amor se refiere, necesitaba vivir distintas experiencias y lo necesitaba porque tambi¨¦n se planteaba muchas cuestiones al respecto. No comprend¨ªa c¨®mo puede saberse cu¨¢ndo un amor es para toda la vida, en qu¨¦ se nota que aquella mujer o aquel hombre es el que estabas buscando. ?Antes de comprender el significado de las miradas de Wendy pensaba que Xavier iba a ligar con Neus, con Irene Montal¨¤!
P. Sus ¨²ltimas pel¨ªculas son tambi¨¦n un trabajo sobre el t¨®pico.
R. Lo complicado en el t¨®pico es que siempre contiene una peque?a parte de verdad. Busco esa verdad para ir m¨¢s lejos, para no quedarme en ella. En Las mu?ecas rusas, Xavier escribe guiones para televisi¨®n y no logra romper con el t¨®pico. Cineastas como Jacques Tati o Pedro Almod¨®var parten de la convenci¨®n, de la caricatura, pero luego logran crear personajes de verdad. ?se es mi reto. El t¨®pico, cuando lo agarras por donde se debe, si lo sabes llevar al l¨ªmite, desemboca en el mito.
P. Hasta Peut-¨ºtre sus pel¨ªculas se manten¨ªan dentro de un mismo registro, no mezclaban g¨¦neros...
R. ...y con Una casa de locos decid¨ª que pod¨ªan coexistir el documental, el diario ¨ªntimo, la comedia, el melodrama, la reflexi¨®n pol¨ªtica... Es cierto, pero eso nace de un sentimiento, de la necesidad de escapar del lenguaje del cine convencional pero de no recluirme en los estilemas del cine de autor, de heredero de la nouvelle vague. Soy as¨ª, la ¨¦poca es as¨ª, un poco o un mucho esquizofr¨¦nica. Las identidades y los g¨¦neros se superponen. He decidido abrazar mi ¨¦poca.
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