Jaime Lerner propone mejorar la ciudad mediante la "acupuntura"
El arquitecto brasile?o apuesta por el transporte en superficie
"Una ciudad puede cambiar en dos a?os, no importa la escala ni los recursos financieros. Sin interferir en la planificaci¨®n general se pueden realizar actuaciones r¨¢pidas de mejora en puntos concretos, es lo que yo denomino "acupuntura urbana". El arquitecto y pol¨ªtico brasile?o Jaime Lerner, que fue alcalde durante tres mandatos de Curitiba, la capital del Estado de Paran¨¢ del que tambi¨¦n fue elegido gobernador en dos ocasiones, estuvo en Barcelona para presentar la traducci¨®n al castellano, editado por el Instituto de Arquitectura Avanzada de Barcelona, de su libro Acupuntura urbana.
"Una vez discutido el proyecto, la ejecuci¨®n tiene que ser lo m¨¢s r¨¢pida posible"
"La ciudad no es el problema, la ciudad es la soluci¨®n". ?ste es el gran lema de este arquitecto experimentado que asegura que "nunca fui m¨¢s arquitecto que cuando fui alcalde". El libro, un peque?o pero esclarecedor ensayo hecho de m¨²ltiples reflexiones nada acad¨¦micas sobre el fen¨®meno urbano, surgi¨®, explic¨® Lerner, de "una angustia sobre el retraso en las soluciones respecto a las ciudades. Durante muchos a?os me han invitado a hablar sobre los problemas de las ciudades, pero pocas veces sobre las soluciones. Creo que se puede cambiar una ciudad a mejor en poco tiempo". Poner un museo en una zona degradada, ajardinar una plaza, peatonizar un eje viario o construir un teatro en una vieja cantera son algunos de los ejemplos que utiliza.
Lerner ser¨¢ uno de los ponentes estrella de la conferencia World Sustainable Building que se celebrar¨¢ el pr¨®ximo mes de septiembre en Tokio, en donde hablar¨¢ de la ciudad sostenible. "Da igual la estructura de la ciudad, lo que hay que tener muy claro es de qu¨¦ vive la gente y cu¨¢les son sus necesidades para vivir y trabajar. Lo m¨¢s sotenible es no gastar energ¨ªa yendo de una funci¨®n a otra, se trata de mezclar usos". Su ciudad, Curitiba, salt¨® a la fama gracias al revolucionario sistema de transporte que implant¨® consistente en "metronizar el autob¨²s". Utilizando las calles existentes, se dise?¨® un circuito de carriles exclusivos para autobuses (cuyo dise?o biarticulado tambi¨¦n ha sido muy imitado) y un sistema de estaciones tubo en las que el usuario paga cuando entra. La estaci¨®n y el autob¨²s est¨¢n al mismo nivel, no hay escal¨®n, lo que facilita el acceso y hace el servicio m¨¢s r¨¢pido.
"Empezamos con 25.000 pasajeros al d¨ªa y hoy tenemos dos millones", comenta orgulloso. "La capacidad es de 300 pasajeros por bus que circulan con una frecuencia de uno a tres minutos y, seg¨²n que l¨ªneas o estaciones, incluso de 30 segundos. Transportamos 18.000 pasajeros a la hora. Es un sistema que permite transportar m¨¢s pasajeros y que es cien veces m¨¢s barato que un metro. Ahora mismo, Nueva York est¨¢ volviendo a plantearse construir otra l¨ªnea de metro que requerir¨¢ una inversi¨®n de 4.000 millones de d¨®lares y no se prev¨¦ que pueda acabarse hasta el 2021. Y esa l¨ªnea no transportar¨¢ m¨¢s pasajeros que el bus que pasa por delante de mi casa. Defiendo la tesis de que el futuro est¨¢ en la superficie".
Le gusta explicar a Lerner que el coche es necesario si se utiliza bien. "Es como una suegra mec¨¢nica, tienes que tener buenas relaciones con ella pero no puede controlar tu vida", indica en una frase que tambi¨¦n se ha convertido en uno de sus lemas recurrentes. "Todo es bueno, tener metro, un buen sistema de superficie, taxis, bicicleta y coches", comenta. "Pero lo importante es que todos no compitan por el mismo espacio".
Sobre la sostenibilidad, afirma que a veces se quiere complicar demasiado. "Es muy sencillo, se trata de calcular lo que se ahorra y lo que se desperdicia. Si el desperdicio es cero la sostenibilidad es infinita. De lo que se trata es de ahorrar cada vez m¨¢s y reaprovechar al m¨¢ximo. En general, siempre digo que hay tres cosas m¨ªnimas que ya son de mucha ayuda: utilizar menos el coche, separar la basura y vivir cerca del trabajo". Y recurre a otros ejemplos de su ciudad en la que, indica, en 1971 hab¨ªa medio metro de verde por habitante y ahora, aunque la poblaci¨®n se ha triplicado, la proporci¨®n es de 51,50 metros cuadrados"
Y asegura que hay que hacer las cosas r¨¢pido. "Hicimos una calle peatonal en 72 horas. Antes hab¨ªa habido oposici¨®n al proyecto pero una vez lo probaron estaban todos encantados", afirma. "Una vez superada la discusi¨®n previa, la ejecuci¨®n tiene que ser r¨¢pida para sortear la propia burocracia administrativa, la utilizaci¨®n pol¨ªtica y tambi¨¦n nuestra propia inseguridad. A veces tenemos buenas ideas, pero con el tiempo empiezan las dudas y nos olvidamos que es un proceso que se puede corregir siempre. Es como un compromiso con la imperfecci¨®n, no se pueden tener todas las respuestas antes porque entonces limitamos la creatividad. Y hacerlo r¨¢pido no quiere decir hacerlas mal. Pero la gente que busca siempre el consenso acaba perdido en reuniones interminables que no arreglan nada".
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