?frica tiene hambre y sed
En el tiempo que se tarda en leer esta frase, desde el principio hasta el punto y seguido, habr¨¢n muerto en el mundo por hambre o a consecuencia de la malnutrici¨®n al menos cuatro personas, la mayor¨ªa en ?frica. No se trata de un macabro latiguillo publicitario, sino de la escalofriante realidad, que afecta sobre todo al continente negro: unas 25.000 personas mueren al d¨ªa por culpa del hambre seg¨²n la FAO, la agencia de alimentaci¨®n de la ONU, que en su ¨²ltimo informe calcula que en el mundo hay 852 millones de personas que pasan hambre.
No todas las v¨ªctimas de la "peor arma de destrucci¨®n masiva", en expresi¨®n del presidente brasile?o, Lula da Silva, fallecen directamente a causa de la hambruna, sino que la malnutrici¨®n cr¨®nica agrava de forma fatal otras dolencias. La FAO calcula que la hambruna extrema, como la que ahora amenaza N¨ªger, supone entre el 5% y el 10% del total.
Hay pa¨ªses como Angola, Etiop¨ªa, Somalia, Sud¨¢n y Mozambique que han estado en emergencia alimentaria el 80% del tiempo entre 1986 y 2004
Jean Ziegler, relator de la ONU: "Hay suficiente comida en el mundo para alimentar al doble de la poblaci¨®n. Necesitamos soluciones pol¨ªticas"
La alarma m¨¢s acuciante se centra estos d¨ªas en N¨ªger y el Sahel. La ONU advierte de que 2,5 millones de nigerinos podr¨ªan morir de hambre en las pr¨®ximas semanas si no hay una intervenci¨®n r¨¢pida. En la misma situaci¨®n se encuentran un mill¨®n de personas en Mal¨ª, 750.000 en Mauritania y 500.000 en Burkina Faso. Una devastadora sequ¨ªa, combinada con una plaga de langostas, ha puesto la zona en la senda -sin llegar a¨²n a ella- de la m¨¢s extrema de las hambrunas: la que provoca la muerte directa, salvo que se ingiera alg¨²n alimento, y s¨®lo l¨ªquido porque el organismo ya no es capaz de asimilarlo de otra forma.
La sequ¨ªa y las plagas son c¨ªclicas en N¨ªger, pero no lo explican todo: "No podemos quedarnos s¨®lo en las causas naturales de la hambruna", advierte Rafael Vilasanju¨¢n, director general de la secci¨®n espa?ola de M¨¦dicos Sin Fronteras (MSF), quien subraya que "la naturaleza agrava las causas pol¨ªticas previas". En muchas hambrunas, afirma, la clave es la malnutrici¨®n anterior.
A merced de la Bolsa
El ejemplo de N¨ªger es a su juicio sintom¨¢tico: "El pa¨ªs s¨®lo tiene capacidad para proporcionar las calor¨ªas necesarias para ocho o nueve meses; para el resto del a?o debe comprar al exterior y, por tanto, queda a merced de los vaivenes de la Bolsa de Alimentos, en Chicago, donde se negocia el precio de las materias primas". "S¨®lo con la sequ¨ªa o las langostas no tendr¨ªamos esta situaci¨®n", concluye.
La FAO tambi¨¦n considera que N¨ªger tiene un problema estructural: el 34% de su poblaci¨®n sufre subnutrici¨®n. Pero ni siquiera se trata del peor caso. En su ¨²ltimo informe, de 2004, la organizaci¨®n identifica 18 pa¨ªses con peor malnutrici¨®n que N¨ªger, de los cuales 15 se encuentran en ?frica. En Eritrea llega hasta el 72% de la poblaci¨®n; en la Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo, al 70%; en Burundi, al 68%.
En muchas zonas de ?frica, adem¨¢s, la crisis es cr¨®nica. Angola, Etiop¨ªa, Somalia, Sud¨¢n y Mozambique han estado en situaci¨®n de emergencia alimentaria m¨¢s del 80% del tiempo entre 1986 y 2004. Esta categor¨ªa es la que la FAO asigna para advertir de que un pa¨ªs, por las razones que sea -conflictos, sequ¨ªas, malas cosechas-, no dispone de alimentos suficientes. Hoy, en esta terrible lista de candidatos a convertirse en el pr¨®ximo N¨ªger se hallan 35 pa¨ªses, 24 de ellos en ?frica.
"Lo m¨¢s terrible es que la hambruna de N¨ªger estaba cantada; desde hace m¨¢s de un a?o se sab¨ªa que pod¨ªa suceder", afirma Imma de Miguel, que lleva nueve a?os en ?frica Occidental como delegada de Interm¨®n Oxfam, primero en Burkina Faso y ahora en Ben¨ªn. "A principios de 2004 ya se supo que las langostas hab¨ªan dejado huevos, lo que implicaba que al llover estallar¨ªan, que despu¨¦s se comer¨ªan la cosecha y que pasar¨ªa demasiado tiempo hasta otra recolecci¨®n
[prevista para el oto-?o]", cuenta indignada.
La reacci¨®n ha empezado a llegar en paralelo a las terribles im¨¢genes de ni?os hambrientos, tras las cuales suelen aumentar los donativos. La ONU ha hecho un llamamiento para recaudar 16 millones de d¨®lares y en el balance difundido el pasado jueves hab¨ªa logrado nueve: le faltaban todav¨ªa siete para evitar la cat¨¢strofe.
David ?lvarez, presidente de la CONGDE, la coordinadora espa?ola de ONG, se muestra convencido de que la sociedad tambi¨¦n esta vez responder¨¢: "Ante las crisis humanitarias, la gente se vuelca". A su juicio, el objetivo debe ser tambi¨¦n "explicar que hay crisis silenciosas que requieren apoyo continuado para evitar que estallen".
El aumento s¨²bito de donativos hace que Jean Senahoun, del equipo de la FAO centrado en ?frica Occidental, se muestre prudentemente optimista de que se lograr¨¢ evitar una tragedia de grandes proporciones. "Los donantes est¨¢n respondiendo y se est¨¢n tomando las medidas adecuadas, con lo que esperamos que se conseguir¨¢ reducir la crisis hasta la pr¨®xima cosecha, en octubre", apunta. En Mal¨ª, Burkina Faso y Mauritania, a?ade, la crisis es "muy grave", pero N¨ªger tiene en su opini¨®n menos capacidad de respuesta debido a su extrema pobreza: ocupa el 176? lugar -el pen¨²ltimo- en el ¨ªndice de desarrollo humano de la ONU.
Pese a los augurios positivos, la situaci¨®n ahora sigue siendo "dram¨¢tica", opina Javier Medrano, de Cruz Roja, cuya ¨¢rea de trabajo, con sede en Costa de Marfil, cubre tambi¨¦n N¨ªger. "He visto colas de hasta 800 personas aguardando para comprar un poco de arroz; muchos hicieron 30 kil¨®metros a pie, pasaron dos d¨ªas y dos noches haciendo cola y se iban de nuevo a pie con s¨®lo cinco kilos de arroz", explica Medrano, quien a?ade: "Muchos han vendido hasta sus ¨²ltimas pertenencias; han agotado todas las posibilidades".
Ayuda peligrosa
En estas terribles crisis, el problema no se resuelve simplemente con la llegada masiva de alimentos. Su posterior reparto se convierte a veces en un complejo juego de intereses que empeora a¨²n m¨¢s la situaci¨®n de las v¨ªctimas. En ocasiones, sostiene Vilasanju¨¢n, el Gobierno utiliza la ayuda como "arma pol¨ªtica". Otras veces, a?ade De Miguel, produce efectos negativos: "Es terrible, pero no es raro que los pa¨ªses del Norte aprovechen las hambrunas para tratar de abrir mercados liber¨¢ndose de excedentes, lo que perjudica la estructura local", denuncia.
"La ayuda", a?ade la cooperante, "sirve a veces para que un producto acceda a un nuevo mercado; luego se refuerza su posici¨®n con subvenciones y se acaba desmotivando la producci¨®n local". En pa¨ªses cuya econom¨ªa depende de la agricultura, como los africanos, el efecto a largo plazo de la "mala gesti¨®n de la ayuda alimentaria" puede ser el germen de la nueva hambruna.
La malnutrici¨®n silenciosa, el hambre que no llega a ser extremo pero que puede acabar matando, incluso aumenta en el ?frica subsahariana, "la ¨²nica zona que casi con toda seguridad no cumplir¨¢ los Objetivos del Milenio respecto a la reducci¨®n de la pobreza y el hambre", seg¨²n destaca Juan Manuel Andr¨¦s, vicepresidente de Economistas Sin Fronteras. En 2002 hab¨ªa 34 millones de personas m¨¢s que en 1990 que consum¨ªan una cantidad insuficiente de alimento, seg¨²n la ONU.
Las perspectivas son poco halag¨¹e?as: el Panel Internacional sobre el Cambio Clim¨¢tico se?ala a ?frica como el continente m¨¢s vulnerable al calentamiento del planeta, y augura el aumento de sequ¨ªas, inundaciones y escasez de agua en al menos 25 pa¨ªses, todos dependientes de la agricultura.
Los expertos coinciden sin embargo en que la hambruna no obedece a ninguna maldici¨®n maltusiana. "Hay suficiente comida en el mundo para alimentar al doble de la poblaci¨®n existente; lo que necesitamos son soluciones pol¨ªticas", afirma el relator especial de la ONU para el derecho a la alimentaci¨®n, Jean Ziegler, en su informe de 2005. Con el uso racional de los recursos existentes podr¨ªa incluso alimentarse a 10 veces m¨¢s de poblaci¨®n, resalta Vilasanju¨¢n.
La gran paradoja es que el hambre aumenta, pero tambi¨¦n el sobrepeso y la obesidad, sobre todo en los pa¨ªses ricos. La Organizaci¨®n Mundial de la Salud calcula que ya hay 1.000 millones de personas con sobrepeso. De ellos, 300 millones son obesos, lo que supone un gran riesgo para la salud. En el tiempo que se tarda en leer esta frase, por tanto, tambi¨¦n es probable que alguien haya muerto en el mundo como consecuencia de alguna complicaci¨®n agravada por la obesidad.
Ideas para el Fondo contra la Pobreza
LA ALIANZA CONTRA EL HAMBRE, impulsada inicialmente por Brasil y que sum¨® en su n¨²cleo duro a Espa?a, Francia, Chile y al secretario general de la ONU, Kofi Annan, tiene entre sus principales objetivos la creaci¨®n de un Fondo Mundial contra el Hambre y la Pobreza capaz de conseguir m¨¢s recursos econ¨®micos. Algunas de las ideas -por ahora, s¨®lo ideas- que han aportado los t¨¦cnicos que trabajan en el proyecto son las siguientes:
- Impuesto sobre transacciones financieras. Similar a la famosa Tasa Tobin, pero con niveles impositivos m¨¢s bajos y con objetivos s¨®lo recaudatorios. Una tasa del 0,01% a las transacciones aportar¨ªa, seg¨²n los expertos, 23.000 millones de d¨®lares anuales.
- Impuesto al comercio de armas pesadas. Afectar¨ªa a los intercambios de armamento incluido en el Registro de Armas de la ONU. Las ONG ven la idea con reticencia: consideran "inquietante" que se vinculen los fondos para el desarrollo a la industria armament¨ªstica.
- Medidas para dificultar la huida de capitales de los pa¨ªses pobres y su escondite en para¨ªsos fiscales.
- Programa de Ayuda Financiera Internacional. Emisi¨®n de bonos en el mercado de capitales para adelantar los compromisos futuros de ayuda al desarrollo. Los mismos pa¨ªses donantes avalar¨ªan los bonos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.