Wal-Mart con ej¨¦rcito
El pasado 21 de julio, el People Bank of China anunci¨® la ruptura del tipo de cambio fijo del yuan con el d¨®lar estadounidense y el inicio de una nueva etapa en la que el valor externo de la moneda china se determinar¨¢ en funci¨®n de una cesta de monedas -cuya composici¨®n y ponderaciones no se ha hecho publica, una decisi¨®n que a nadie parece extra?ar- y podr¨¢ oscilar diariamente en torno a una banda de 0,3%. El cambio de r¨¦gimen cambiario fue acompa?ado de la fijaci¨®n de un tipo de cambio central frente al d¨®lar de 8,1 yuanes por d¨®lar, lo que frente al tipo de cambio de 8,28 yuanes por d¨®lar de la ultima d¨¦cada supone una revaluaci¨®n de la moneda china del 2,1%. Desde entonces, all¨ª est¨¢ sin moverse un ¨¢pice. ?Y luego hablan del miedo a flotar!
Con la apreciaci¨®n del yuan hemos comprado m¨¢s tiempo para seguir pensando qu¨¦ hacer con el d¨¦ficit corriente americano
Nunca tan poco hab¨ªa provocado tanta excitaci¨®n. Empezando por el propio secretario del Tesoro, John Snow, que se apresur¨® a hacer declaraciones muy generosas para las autoridades y la pol¨ªtica econ¨®mica chinas, quiz¨¢s para tapar que apenas unas semanas antes hab¨ªa fijado el porcentaje de revaluaci¨®n necesario del yuan entre un 7% y un 10%, bien es verdad que para rebajar la presi¨®n del senador Shumer, que exig¨ªa un 30% para paralizar la legislaci¨®n que culpaba a China de "manipulaci¨®n cambiaria". Si un 2% de reajuste cambiario sirve para aplacar los ¨¢nimos proteccionistas del Congreso y de la corporaci¨®n pol¨ªtica norteamericana, bienvenida sea la revaluaci¨®n del yuan.
La tribu de Wall Street tambi¨¦n se ha abalanzado sobre la noticia para, tras varios centenares de p¨¢ginas de an¨¢lisis, concluir que mejora las relaciones bilaterales chino-americanas pero que si se queda en ese 2%, obviamente, no tendr¨¢ un gran impacto sobre la econom¨ªa mundial.
Como era de esperar, los analistas asi¨¢ticos se preocupan por el impacto que sobre la rentabilidad del sector exportador chino tendr¨¢ el reajuste cambiario. Analizando el caso del textil, y tras constatar el bajo valor a?adido localmente, advierten de que un 3% de apreciaci¨®n puede poner en riesgo el 30% de las exportaciones chinas. Para las empresas espa?olas, el aspecto m¨¢s relevante es que la apreciaci¨®n del yuan es positiva para Latinoam¨¦rica, y muy especialmente para Chile y para M¨¦xico. Finalmente, para los acad¨¦micos lo m¨¢s relevante es que China haya comenzado a construir los cimientos de lo que ser¨¢ una pol¨ªtica monetaria y cambiaria independientes, aunque a todos todav¨ªa les quepan dudas sobre el tiempo que China invertir¨¢ en adquirir el status de naci¨®n monetariamente soberana y sobre el n¨²mero y gravedad de los errores que cometer¨¢ en ese recorrido.
La conclusi¨®n es pues muy clarita: todo el mundo est¨¢ contento. Hemos comprado m¨¢s tiempo para seguir pensando qu¨¦ hacer con el d¨¦ficit corriente americano y con la amenaza que para al sistema abierto de comercio supone la concentraci¨®n en China de buena parte de la capacidad de producci¨®n mundial de manufacturas. Y al mismo tiempo, durante un poco m¨¢s -mientras los bancos centrales de Asia puedan seguir acumulando reservas y las inviertan en bonos del Tesoro norteamericano- podremos mantener el escenario de moderados tipos de inter¨¦s internacionales.
Todo lo anterior est¨¢ muy bien, pero no es -ni mucho menos- toda la historia. En esa misma semana, la oferta de compra hecha por la tercera compa?¨ªa petrol¨ªfera china CNOOC, 70% p¨²blica, de una compa?¨ªa norteamericana del sector con sede en California, UNOCAL, ha abierto la caja de los truenos nacionalistas. En el Congreso y en el Senado se han presentado iniciativas para bloquear la operaci¨®n en base a razones de seguridad militar y econ¨®mica. En todas partes crecen Fazios.
La idea de "ellos o nosotros" late permanentemente en el debate pol¨ªtico, no s¨®lo en Washington, sino tambi¨¦n en Pek¨ªn. El 'son Wall-Mart con ejercito' que balbucean los halcones de aqu¨ª es el perfecto complemento de quienes all¨ª piensan que los renovadores chinos son unos ilusos cuando propugnan la idea de un liderazgo mundial compartido con Estados Unidos. Pedirles a los chinos que sigan produciendo bienes baratos que satisfagan nuestras necesidades y luego acusarles de que manipulan el tipo de cambio para robarnos los empleos es demagogia. Pero decirles que con los d¨®lares que obtienen s¨®lo pueden comprar bonos y no acciones de empresas es todav¨ªa peor. Y eso probablemente es lo que esperan los duros de uno y otro lado. Que cuanto peor, mejor.
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