El nudo de la corbata
?Se suicid¨® o no se suicid¨® este hombre? Lo ignoramos. El pie de foto dec¨ªa: "Reginald Keys, padre de un soldado brit¨¢nico muerto en Irak, amenaza con ahorcarse mientras Tony Blair pronuncia su discurso ante los delegados laboristas en Brighton". La noticia hablaba de la caza del zorro, pero no dec¨ªa ni una palabra acerca de Reginald Keys, que contin¨²a suspendido en nuestra memoria de la misma soga que aparece en la foto. Como nadie tiene una cuerda de ese calibre en casa, hay que suponer que la compr¨® donde las vendan. As¨ª que el hombre lleg¨® y dijo p¨®ngame tantos metros de cuerda de ahorcar que me haga juego con el traje. Cogi¨® la soga, la meti¨® en el maletero del coche y regres¨® al despacho. Tampoco sabemos qui¨¦n le ense?¨® a hacer el nudo corredizo, que es perfecto. Si se fijan, se parece a la cola de una serpiente de cascabel y no resulta menos peligroso. El nudo corredizo se llama as¨ª porque se desliza a lo largo de la cuerda hasta encontrar el cuello, sobre el que presiona en proporci¨®n directa al peso de la v¨ªctima. La fuerza de la gravedad, como la bomba at¨®mica, no es ni buena ni mala, depende de c¨®mo se use. Las frases hechas son estupendas para cerrar p¨¢rrafos.
Contrasta la perfecci¨®n del nudo corredizo con la chapuza del utilizado para sujetar la cuerda a la torre, como si el uno denotara seguridad y el otro duda; como si quisiera matarse por un lado y sobrevivir por el otro. Pero sorprende, sobre todo, la longitud de la cuerda que llega hasta la parte inferior de la fotograf¨ªa y contin¨²a bajando, quiz¨¢ hasta el mismo suelo. Funciona as¨ª como un cord¨®n umbilical que une a Reginald Keys a la tierra. Y decimos cord¨®n umbilical porque curiosamente las cuerdas de ahorcarse tienen una textura semejante, lo que bien mirado constituye una advertencia de que todo aquello que nos da la vida nos la quita. Algunos individuos sorprendentemente avisados acerca de tal contradicci¨®n salen ahorcados ya del ¨²tero, con lo que se evitan comprar la cuerda, entrar en Internet para averiguar c¨®mo se hace el nudo y buscar el ¨¢rbol o la torre met¨¢lica de la que colgarse.
No fue el caso del hijo de este hombre, que sali¨® al mundo normalmente constituido, aunque luego ingres¨® en el ej¨¦rcito y acab¨® sus d¨ªas en Irak. A la misma hora que Reginald Keys se dirig¨ªa a la multitud con la soga al cuello, Tony Blair admit¨ªa ante los delegados de su partido que "las evidencias contra Sadam Husein han resultado err¨®neas". Pero a?ad¨ªa que el mundo era un lugar mejor sin el dictador iraqu¨ª. Aznar y Bush han repetido esa frase hasta la saciedad. Si les pones un micr¨®fono delante de la boca, todav¨ªa la dicen, aunque les hayas preguntado la hora.
No sabemos si el mundo es un lugar mejor sin el hijo de Reginald Keys, pero a su padre le parece que no. Por eso ha comprado ese trozo de cord¨®n umbilical, le ha hecho un nudo corredizo y se ha subido a esa torre met¨¢lica desde la que grita su dolor a la multitud. Lo que nos conmueve, o nos perturba, es que haya ido a ahorcarse con el mismo traje con el que va a la oficina. Tambi¨¦n nos desconcierta el hecho de que el Parlamento brit¨¢nico haya dedicado m¨¢s tiempo a la caza del zorro que a la guerra de Irak. Perro mundo.
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