Medio siglo de fe y cr¨ªtica
El historiador Hilari Raguer cumple hoy 50 a?os como monje de Montserrat
Es bi¨®grafo del general Batet y del democristiano Manuel Carrasco i Formiguera, y autor de la brillante cr¨®nica de una Iglesia que legitim¨® como cruzada lo que no pasaba de ser un simple golpe militar (La p¨®lvora y el incienso. La iglesia y la Guerra Civil espa?ola. 1936-1939). Hilari Raguer (Madrid, 1928) cumple hoy sus bodas de oro con la vida mon¨¢stica. Ingres¨® hace 50 a?os en Montserrat, una decisi¨®n que tom¨® mientras estaba detenido en el castillo de Montju?c, donde permaneci¨® 7 meses y 19 d¨ªas "por ultrajes a la naci¨®n espa?ola y al sentimiento de su unidad". All¨ª descubri¨®, confiesa, que era m¨¢s libre que sus carceleros y eso le dio coraje para tomar la decisi¨®n. Corr¨ªa el a?o 1951 y el joven Ernest (Hilari) Raguer hab¨ªa sido detenido en plena huelga de tranv¨ªas con una carta encima en la que con otros dos firmantes -Jordi Pujol y Joan Revent¨®s, de quien fue compa?ero de agitaci¨®n y octavillas en el Grup Torras i Bages- ped¨ªa al sindicato de estudiantes belgas que no acudiera a un encuentro con los universitarios del r¨¦gimen. "S¨®lo vosotros que hab¨¦is conocido hist¨®ricamente la ocupaci¨®n espa?ola y la ocupaci¨®n nazi pod¨¦is entender qu¨¦ es para nosotros, catalanes, la ocupaci¨®n espa?ola y falangista", suscrib¨ªa el selecto triunvirato en la carta.
Pas¨® por las celdas del penal militar de Montju?c -era alf¨¦rez de milicias- y, despu¨¦s de la intervenci¨®n del obispo Modrego, evit¨® el consejo de guerra e ingres¨® en Montserrat. "Ha venido a hacer penitencia", le dijo en una ocasi¨®n el abad Escarr¨¦ al cardenal de Tarragona Arriba y Castro, que ten¨ªa gran curiosidad por la presencia de un ex preso en el monasterio. Eran a?os duros en que una parte de los cristianos -los que hu¨ªan del incensario nacionalcat¨®lico- se sent¨ªan avergonzados de tener "una Iglesia c¨®mplice con lo que estaba ocurriendo", ha recordado .
As¨ª fue como el joven Raguer, ya licenciado en Derecho y bregado en la lucha pol¨ªtica contra la dictadura, pas¨® a ser estudiante de teolog¨ªa en el Anselmiano de Roma, aunque anteriormente frecuent¨® las aulas del Instituto Cat¨®lico de Par¨ªs, para estudiar sociolog¨ªa, y tambi¨¦n las de la Sorbona. Su esp¨ªritu cr¨ªtico se bat¨ªa en el frente de la fe y en el de la ciencia, o la raz¨®n. Nunca fue complaciente con un abad Escarr¨¦ al que no ha acabado de ver ese giro antifranquista que tan generosamente le atribuyen sus apologetas. Desde su coraz¨®n catalanista no ha dudado en hablar de los ide¨®logos del nacionalcatolicismo, con apellidos tan rancios como Gom¨¤ o Pla i Deniel.
?l opt¨® por el camino m¨¢s dif¨ªcil, esa tercera v¨ªa que la Guerra Civil neg¨® y que consist¨ªa, como dec¨ªa Miquel Coll i Alentorn, en mantener la fidelidad a Cristo y a Catalu?a. De ah¨ª su afici¨®n a la biograf¨ªa de esos imposibles exponentes de esa v¨ªa: Manuel Carrasco i Formiguera, el l¨ªder de Uni¨® que se neg¨® a unirse a Franco y por ello fue fusilado, y el general Batet, un militar cat¨®lico y fiel a la rep¨²blica a quien el franquismo ejecut¨® por "desamor a la patria en momentos trascendentes".
Raguer, desde su atalaya como historiador y monje de Montserrat, no ha perdido jam¨¢s esa fe cr¨ªtica que lo caracteriza y que lo ha convertido en un notario inc¨®modo y en ocasiones mal visto e incluso castigado por los jerarcas que ven anatemas donde hay ejercicios de libertad. Tras el reciente fallecimiento del te¨®logo y compa?ero de congregaci¨®n Evangelista Vilanova, Raguer se ha convertido en uno de los referentes intelectuales m¨¢s potentes de Montserrat.
"Es evidente que la Iglesia no tuvo misericordia", asegura Raguer que en una ocasi¨®n le dijo el historiador militar Manuel Salas Larraz¨¢bal. "Esa Iglesia que no tuvo msericordia, que era tan susceptible con sus muertos y tan insensible con los muertos de los dem¨¢s, pienso que no es decoroso que ahora se corone de martirio, cuando no ha querido pedir perd¨®n por su implicaci¨®n en la guerra y en la posguerra", sentencia el historiador y monje de Montserrat en ese testimonio de libertad, de fe y de cr¨ªtica que ha honrado su trayectoria intelectual y eclesial. De ¨¦sta ahora se cumple medio siglo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.