La Habana Vieja en un paseo
Palacios donde alojarse, museos y tiendas que no hay que perderse
La Oficina del Historiador de La Habana, dirigida por Eusebio Leal, inici¨® hace ya tiempo la tarea de rehabilitar las joyas arquitect¨®nicas de La Habana Vieja, que empieza a vivir una segunda edad de oro. Aunque algunos edificios han sido destinados a viviendas y centros culturales, otros se han convertido en hoteles, restaurantes, museos y tiendas que permiten al viajero hacer un particular recorrido por La Habana colonial.
1 Dormir en un palacio.
Es posible que los hoteles de las grandes cadenas ofrezcan instalaciones que no tienen los palacios habaneros rehabilitados, pero la experiencia de dormir en una mansi¨®n criolla del siglo XIX no puede compararse con nada. En este momento existen m¨¢s de una docena de hoteles-palacio en La Habana Vieja. Los m¨¢s conocidos son el lujoso (y caro) Santa Isabel, en plena plaza de Armas, y el m¨¢s discreto, pero igualmente elegante, Conde de Villanueva, en la calle de los Mercaderes. Recomendamos otras tres incorporaciones: la primera, el tranquilo hostal Beltr¨¢n de Santa Cruz, en la calle de San Ignacio, a la altura de la plaza Vieja, con un hermoso patio lleno de plantas donde se puede tomar un caf¨¦ o un refresco. Muy cerca, en la calle de la Amargura, est¨¢ el hotel Raquel, situado en un palacio que se construy¨® en 1908. Destaca su vest¨ªbulo de columnas de m¨¢rmol y la c¨²pula de vidrio art nouveau. En el piso superior, el hotel cuenta con una terraza donde sirven c¨®cteles y se disfruta de una vista espl¨¦ndida de los tejados de la ciudad. Por ¨²ltimo, el palacio O'Farrill, que ocupa la mansi¨®n decimon¨®nica del millonario Ricardo O'Farrill. Las 33 habitaciones se articulan en torno a un bello patio central. En todos estos hoteles se suelen conseguir descuentos si se negocia directamente v¨ªa e-mail.
2 De compras.
Recomendamos un paseo por establecimientos donde el placer no est¨¢ s¨®lo en la transacci¨®n comercial: tiendas que son un verdadero regalo para la vista. Est¨¢n todas en la c¨¦ntrica calle de los Mercaderes, entre Obispo y Amargura. Empecemos el recorrido en La Casa de las Especias de Marco Polo. Es un delicioso almac¨¦n donde venden a muy buen precio desde piment¨®n y or¨¦gano hasta jengibre o un excelente curry de la India, a 10 d¨®lares el kilo (bolsitas a partir de 25 gramos). En la acera opuesta est¨¢ la perfumer¨ªa Habana 1762. All¨ª ofrecen distintas esencias naturales (jazm¨ªn, azahar, violeta...) a partir de cuatro d¨®lares el frasco, as¨ª como esponjas marinas y sencillas piezas de joyer¨ªa. La simple visita a la tienda, decorada con fabulosos vitrales art d¨¦co, es todo un lujo. Mire y pregunte cuanto quiera, los dependientes son muy amables y les encantan las visitas.
?Y si se quiere comprar puros? Primero, desconf¨ªe por principio de los vendidos de tapadillo en plena calle. En La Habana es posible fumar puros sublimes, pero a un precio similar al que tienen en Espa?a. Un buen sitio para comprarlos es La Casa del Tabaco de la calle de los Mercaderes. Cerca est¨¢ la Casa del Habano del hotel Conde de Villanueva (Mercaderes, 202). Y una informaci¨®n de oro para los golosos: hace unos meses se inaugur¨® en la calle de la Amargura semiesquina Mercaderes el Museo del Chocolate. Pida un batido elaborado con cacao de Baracoa.
3 Casas museo.
En muchos casos, lo de menos son los fondos que contienen: es un placer comprobar el particular silencio que reina en los patios, donde crecen plantas ex¨®ticas y vetustos ¨¢rboles; recorrer las galer¨ªas y observar los dibujos que la luz arranca a los vitrales de colores, elemento esencial de la arquitectura habanera.
Las gu¨ªas recomiendan, con toda justicia, el soberbio palacio de los Capitanes Generales, en plena plaza de Armas, convertido en museo de la ciudad. No se lo pierdan. Pero en un lateral de la plaza se encuentra otro lugar de ensue?o, el llamado palacio del Segundo Cabo, que hoy cuenta con una librer¨ªa en su planta baja. Muy cerca, en la calle de la Obrap¨ªa a la altura de Mercaderes, est¨¢ la Casa de la Obrap¨ªa, que fue residencia del marqu¨¦s de C¨¢rdenas de Montehermoso. La mansi¨®n parece flotar en el perfume intenso del ¨¢rbol de ylang-ylang que crece en el patio entre otras especies tropicales. Tambi¨¦n merece la pena una visita a los palacetes que albergan la Casa de Oswaldo Guayasam¨ªn o la Casa de Sim¨®n Bol¨ªvar, donde puede escucharse el canto que lanzan desde su jaula los p¨¢jaros ex¨®ticos. En la plaza Vieja est¨¢ el palacio de los Condes de Jaruco, una mansi¨®n del siglo XVII que hoy es sede de una galer¨ªa de arte, y cuyo patio sombr¨ªo est¨¢ delimitado por las m¨¢s imponentes columnas de La Habana. Y en la plaza de la Catedral se encuentra el palacio del Conde de Casa Bayona, convertido en Museo de Arte Colonial.
4 Un alto en el camino.
En La Habana existen muchos restaurantes donde, si bien la comida no es ninguna maravilla, puede disfrutarse de un entorno excepcional y de la mejor m¨²sica en vivo. Locales como El Patio, en la plaza de la Catedral; La Mina, en la plaza de Armas, o la terraza del hotel Ambos Mundos, en la calle del Obispo, son una apuesta segura. Evite el men¨² tur¨ªstico que incluye la famosa langosta mariposa o los camarones. No se deje convencer por los camareros. Pida siempre que le ense?en la carta, compruebe los precios y escoja seg¨²n su gusto, o quiz¨¢ se lleve alguna sorpresa con la cuenta.
Si se quiere comer de forma sencilla y barata, hay varias propuestas. En la plaza Vieja esquina San Ignacio acaba de abrirse una cervecer¨ªa donde es posible hacer una cena ligera (precio medio, unos 10 euros). En el otro extremo, en la calle del Teniente Rey esquina Mercaderes, est¨¢ Los Amigos de Benny, un local dedicado al cantante Benny Mor¨¦ con buenos c¨®cteles y platos combinados, aderezados con magn¨ªfica m¨²sica en directo (unos 15 euros). No lejos de all¨ª, en la plaza de San Francisco, est¨¢ el Caf¨¦ de Oriente, un bello restaurante al que le ha salido un hermano menor a precios m¨¢s asequibles: en el n¨²mero 12 de la vecina calle de la Amargura se encuentra El Jard¨ªn del Oriente, donde se puede cenar al aire libre por seis o siete euros.
GU?A PR?CTICA
C¨®mo ir.- Iberia (www.iberia.com; 902 400 500). Ida y vuelta a La Habana desde Madrid, a partir de 566 euros en temporada baja y de 652 euros m¨¢s tasas y gastos en temporada alta.- Tambi¨¦n vuelan directamente a La Habana Air Europa (902 401 501; www.aireuropa.com), Iberworld (www.iberworld.com) y Cubana (www.cubana.com; 917 58 77 51).Dormir- Hotel Beltr¨¢n de Santa Cruz(00 53 78 60 83 30). Calle de San Ignacio, 411. Habitaci¨®n doble, alrededor de 95 euros.- Palacio O'Farrill (00 53 78 60 50 80; habaguanex@ofarrill.co.cu). Calle de Cuba, 102. Habitaci¨®n doble, a partir de 130 euros.- Hotel Santa Isabel (00 53 78 60 82 01; www.hotelsantaisabel.com). Baratillo, 9. Unos 225 euros.- Hotel Conde de Villanueva (00 53 78 62 92 94). Calle de los Mercaderes, 202, esquina Lamparilla. Desde 120 euros.- Hotel Raquel (00 53 78 60 82 80; habaguanex@hotelraquel.co.cu). Calle de la Amargura, esquina San Ignacio. Habitaci¨®n doble, unos 160 euros. Recomendable para tomar una copa en la terraza con vistas a la ciudad.Informaci¨®n- Direcci¨®n de Patrimonio Cultural de La Habana: www.ohch.cu.- Oficina del Historiador de La Habana: www.historiadorde-lahabana.cubasi.cu.- www.habaguanex.com.- Oficina de turismo de La Habana (www.infotur.cu y 00 53 72 04 66 35).
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