"No vi otra soluci¨®n que usar las dos porras para intimidarle"

"La ¨²nica soluci¨®n que vio fue la de intimidar; que el detenido no estaba reducido; no lo hab¨ªan conseguido sus subordinados; que no ten¨ªan resultados utilizando la fuerza f¨ªsica. En ese momento es cuando el imputado decide poner fin [...] ordena a sus hombres que se levanten de encima del detenido [...] y usa los medios [una porra el¨¦ctrica y otra extensible] para intimidarlo".

El teniente Jos¨¦ Manuel R., principal imputado por la muerte de Mart¨ªnez Galdeano, ofreci¨® el pasado lunes su versi¨®n de lo sucedido en el cuartel de Roquetas de Mar el domingo 24 de julio a la juez Estefan¨ªa L¨®pez.

Explic¨® que esa tarde, mientras dorm¨ªa la siesta, escuch¨® un alboroto en el patio del cuartel. Desde la ventana de su domicilio, en el mismo inmueble, observ¨® c¨®mo una persona se agarraba al m¨¢stil de la bandera mientras varios agentes intentaban reducirlo. El oficial, que no estaba de servicio, baj¨® de paisano. Habl¨® con el hombre que estaba provocando el alboroto y logr¨® convencerle de que entrase de forma voluntaria en las dependencias. Orden¨® su detenci¨®n, por un presunto delito de resistencia a la autoridad, y se march¨® de nuevo a casa. A preguntas del fiscal, dijo desconocer que no se hiciera atestado de la detenci¨®n. "No es normal", admiti¨®, antes de aclarar que se hubiera hecho si el incidente hubiera acabado entonces.

Hacia las 17.10 escuch¨® de nuevo voces y, desde una ventana de su casa, distingui¨® "c¨®mo el detenido le pilla la mano a una guardia" con la puerta del coche en el que intentaban introducirlo. Al bajar, cogi¨® "nuevamente la defensa el¨¦ctrica", que en la anterior ocasi¨®n no hab¨ªa llegado a usar. Explic¨® que la porra extensible la compr¨® para hacer un curso en la Polic¨ªa Local de Roquetas. Asegur¨® que no es un arma prohibida, aunque reconoci¨® que de servicio "no puede" llevarla. "Los medios utilizados no han sido realmente agresivos", manifiesta.

Encontr¨® al detenido esposado en el suelo, boca arriba, con cuatro guardias alrededor "tratando de que no se mueva", lo que no consegu¨ªan. En ese instante, decide "utilizar las defensas". Orden¨® a los guardias que se apartasen y emple¨® las porras al ver que el detenido segu¨ªa dando patadas. La el¨¦ctrica, asegura, funcionaba de forma "defectuosa", por lo que recurri¨® a la extensible, aunque no "simult¨¢neamente" y de forma "m¨ªnima". Orden¨® a los guardias que metieran al detenido en el coche, aunque desisti¨® al ver que necesitar¨ªa "una fuerza muy superior", por lo que opt¨® por "requerir apoyo m¨¦dico" para tranquilizarlo. "Estaba dando patadas, pu?etazos, cabezazos, se los daba ¨¦l contra el suelo, se estaba provocando muchas lesiones", detall¨®.

El teniente asegur¨® no recordar haber dado la orden de atar los tobillos al detenido. Asegura que le dieron la vuelta porque "boca arriba no pod¨ªan inmovilizarle". Al resistirse, el agente J. A. M. F. le apret¨® "puntos de presi¨®n en varias ocasiones"

El teniente asegura desconocer que se hubiera roto el estern¨®n. "Puede ser en el palo de la bandera, ya que es un muro de ladrillo", especul¨®. Antes de la llegada de la ambulancia, vio que no ten¨ªa pulso y que se le enrojec¨ªa la zona de los hombros.