Respuesta a Herrero de Mi?¨®n

El art¨ªculo de don Miguel Herrero de Mi?¨®n, letrado del Consejo de Estado, es brillante y mendaz, como todos los que dedica a defender el nacionalismo vasco y sus ep¨ªgonos.

Sus siete tesis son tan verdaderas como incompletas. En realidad, todas se reducen a la Disposici¨®n Adicional Primera destinada al Pa¨ªs Vasco, en la que ¨¦l mismo intervino no poco como ponente constitucional y reconocido autor de una expresi¨®n tan desdichada y da?ina como la de las "nacionalidades", ese quiero y no puedo que entonces pareci¨® contentar a los separatistas y les dio alas para ensanchar la brecha.

Lo que a Herrero le falta, y no es poco, es la aceptaci¨®n de que los "hechos y derechos hist¨®ricos" han sido superados, devorados, subsumidos, absorbidos (y se puede decir de otras muchas maneras) por la unidad nacional espa?ola, en la que se han integrado definitivamente, y que el "pacto" de que ¨¦l habla tiene car¨¢cter irreversible, siendo falsa esa "relaci¨®n pactada con el Estado", porque el Estado es de todos y no de "los otros". El Estado es uno y pertenece a los navarros y a los catalanes lo mismo que a los andaluces y a los del extinto cant¨®n de Cartagena.

El Estado no es otra cosa que la forma jur¨ªdica de la naci¨®n y puede adoptar formas diversas, desde el centralismo que trajo el liberalismo hasta la superdescentralizaci¨®n actual, que no tiene s¨®lo ventajas, como vemos, por ejemplo, a la hora de luchar contra los incendios forestales y de castigar a los criminales que los provocan. Comprendo que a Herrero le encanten las ideas de Leon Duguit. Prefiero con mucho las de su compatriota Jean Bodin, que supo, siglos antes, superar el muy primitivo sistema estamental de su tiempo para que naciera el Estado moderno. Un Estado que puede, sin renunciar a su unidad, reconocer un sistema fiscal propio a algunos de sus territorios o ceder funciones a la Uni¨®n Europea, pero que sigue siendo tan ¨²nico como el pueblo al que sirve.