No tenemos palabras
Ahora, con la perspectiva que dan los a?os, podemos afirmar que la transici¨®n fue en realidad una Ley de Punto Final no escrita. Ustedes, vinieron a decirnos las fuerzas f¨¢cticas, no meten a Fraga en la c¨¢rcel, no tocan las estatuas del caudillo, no persiguen judicialmente al marqu¨¦s de Villaverde, no denuncian el Concordato, y nosotros les dejamos jugar a la democracia. Y as¨ª estuvimos 30 a?os, sin meter a Fraga en la c¨¢rcel, sin tocar las estatuas del caudillo, sin denunciar al marqu¨¦s de Villaverde, sin dejar de financiar a la Iglesia..., pese a lo cual sufrimos varias conspiraciones y un intento de golpe de Estado que se solvent¨® con la firma, sobre el cap¨® de un coche, de un pacto que en lo b¨¢sico se ha cumplido tambi¨¦n. ?Qu¨¦ fue, si no, de aquel valiente que intent¨® derribar al anciano Guti¨¦rrez Mellado en el Parlamento? ?Qu¨¦ de los guardias civiles que durante las primeras horas de la ma?ana del 24-F saltaban como gallinas desde las ventanas del Congreso para salvar el puesto y los trienios? ?Qui¨¦nes de aquella banda armada quedan en la c¨¢rcel? ?Se denunci¨® el Concordato, pese a que la Conferencia Episcopal no emiti¨® comunicado alguno hasta ver qui¨¦n ganaba y a favor de qui¨¦n ten¨ªa que hacerlo? No.
Una Ley de Punto Final en toda regla. La dicotom¨ªa transici¨®n o ruptura fue un espejismo, pues ya la propia palabra ruptura, tan onomatop¨¦yica, estaba llena de amenazas. As¨ª que elegimos transici¨®n, que sonaba mejor, aun a costa de seguir vi¨¦ndoles la jeta a Fraga y al marqu¨¦s de Villaverde y a Gea Escolano. Pero hete aqu¨ª (qu¨¦ rayos significar¨¢ hete aqu¨ª) que pasan los a?os y se nos ocurre que ha llegado la hora de retirar (no tanto por lo que tiene de caballo como por lo que tiene de Franco) la estatua ecuestre del caudillo. Despu¨¦s de todo, era una contradicci¨®n que algo tan contaminante estuviera frente al Ministerio de Medio Ambiente. Quiere decirse que no se retir¨® para quemarla, ni para romperla, ni para escarnecerla, sino para purificar la atm¨®sfera y llevarla a un guardamuebles donde la puede reclamar quien quiera, pues carece de due?o. As¨ª se desprende al menos de las disputas entre la Comunidad, el Ayuntamiento y el Ministerio de Fomento, instituciones que renegaban de ella como de la peste.
La retiramos, en fin, con discreci¨®n, pero se organiz¨® un l¨ªo del carajo porque lleg¨® Rajoy y dijo que muy mal. Lleg¨® Acebes y dijo que muy mal. Lleg¨® Zaplana y dijo que muy mal. Llegaron los dem¨®cratas sobrevenidos y dijeron que muy mal, porque aunque a ellos no les importaba que se retirara el caballo, ni siquiera que se retirara a Franco, comprend¨ªan el dolor que ese gesto pod¨ªa producir en los fascistas honrados. Y a?adieron que nos hab¨ªamos cargado la Ley de Punto Final, a la que ellos llaman el esp¨ªritu de la transici¨®n. La cosa es que si el lunes reivindicas al caudillo sin que el cielo se abra, qui¨¦n va a impedir que el martes convoques una manifestaci¨®n de extrema derecha; el mi¨¦rcoles, otra de obispos, y el jueves, una m¨¢s de juventudes hitlerianas. Y todo empez¨® con la retirada de esta estatua contaminante que adem¨¢s est¨¢ hueca. No tenemos palabras.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.