Los 60.000 cristales de la fachada se limpian uno a uno

De acuerdo con sus dimensiones, las cifras de la torre Agbar siempre son astron¨®micas: 144 metros de altura, 30.000 metros c¨²bicos de hormig¨®n, 600 kil¨®metros de cableado, 80 de tuber¨ªas de agua, 12.400 fluorescentes, 9.200 l¨¢mparas -que en las zonas de paso como los pasillos o el aparcamiento se encienden cuando un sistema de sensores detecta presencia humana-, 4.500 ventanas... pero el n¨²mero que se lleva la palma es el de las l¨¢minas de cristal que integran la segunda fachada del rascacielos: son 59.619. 60.000, para redondear, de un tama?o de 120 por 30 cent¨ªmetros.

De su limpieza, una por una, se encargar¨¢n seis personas a tiempo completo. Un equipo, explican fuentes conocedoras del sistema de mantenimiento, que se dedicar¨¢ en exclusiva a hacer cuatro pasadas enteras a la torre cada a?o, y otras dos en las zonas que acumulen mayor suciedad, algo que todav¨ªa est¨¢ por ver. Por ejemplo, si es la parte de la fachada que mira al mar, por la arena que llegar¨¢ con el viento, o la que mira al anillo de Gl¨°ries, por el humo del tr¨¢fico.

Una fachada que, m¨¢s all¨¢ de la complejidad de limpiarla, est¨¢ pensada con criterios est¨¦ticos, pero tambi¨¦n para aislar el resto de la torre tanto del fr¨ªo como del calor.