Red espont¨¢nea contra Aznar

La mayor parte de los libros que se han escrito sobre la crisis pol¨ªtica que alter¨® la historia de Espa?a durante aquellos d¨ªas de marzo del a?o 2004 suelen centrarse en alguno de sus l¨ªmites extremos, inicial y terminal, analizando ya sea la masacre del 11-M o bien el vuelco electoral del 14-M. En cambio, el libro que aqu¨ª se comenta no procede as¨ª, pues dirige su atenci¨®n al d¨ªa que considera el centro de gravedad de la crisis: el 13-M, la jornada de reflexi¨®n interrumpida por masas de manifestantes decididos a cercar las sedes del partido en el poder en airada demanda de verdad antes de ir a votar. Y por una ir¨®nica paradoja, este libro parte de una hip¨®tesis que coincide en lo esencial con la l¨ªnea de defensa manejada por el PP para justificar su derrota electoral, atribuirla al efecto de las citadas manifestaciones del 13-M, definidas como producto de una interesada conspiraci¨®n ilegal. Es lo que tambi¨¦n sostienen estas p¨¢ginas, que consideran aquella movilizaci¨®n colectiva como el catalizador que precipit¨® el vuelco electoral.

Pero las coincidencias con las tesis del PP terminan all¨ª, en todo lo dem¨¢s el libro se sit¨²a en una posici¨®n antag¨®nica que puede resumirse as¨ª. Es verdad que el 13-M fue producto de una conspiraci¨®n ilegal. Pero no fue una conspiraci¨®n interesada ni partidista, orquestada en connivencia con los partidos de la oposici¨®n, sino que fue puramente espont¨¢nea, independiente y desinteresada, al estar desconectada de los futuros beneficiarios del vuelco electoral. Y aunque fuera ilegal, tambi¨¦n fue perfectamente leg¨ªtima, como gesto colectivo que dio p¨²blica prueba de insumisi¨®n civil contra la manipulaci¨®n aznarista.

Como las conspiraciones no surgen de la nada por generaci¨®n espont¨¢nea sino que han de ser urdidas por conspiradores de carne y hueso, para descubrirlos el libro sigue la pista detectivesca de los agentes an¨®nimos que promovieron y difundieron la convocatoria de la conspiraci¨®n a trav¨¦s de Internet, el correo electr¨®nico y los mensajes SMS de telefon¨ªa m¨®vil. Pero estos espont¨¢neos conspiradores en red, ajenos a la maquinaria de los partidos, tampoco surgieron del vac¨ªo, pues proced¨ªan de los diversos movimientos antisistema que se hab¨ªan constituido a lo largo de los ¨²ltimos a?os de lucha contra los desmanes del aznarismo: sobre todo el movimiento ?Nunca M¨¢is! de protesta contra la gesti¨®n gubernamental de la cat¨¢strofe del Prestige y el movimiento ?No a la Guerra! de lucha contra la participaci¨®n espa?ola en la invasi¨®n de Irak. En este sentido, la mejor aportaci¨®n del libro la constituye el cuidadoso seguimiento durante aquellos d¨ªas de marzo tanto de las redes humanas de conspiradores como del uso pol¨ªtico que hicieron de los medios tecnol¨®gicos (webs, blogs, chats, foros, etc¨¦tera) esgrimidos al servicio de su conspiraci¨®n, identificando de paso con pelos y se?ales a los responsables concretos de dar inicio a la bola de nieve del 13-M.

Aunque este libro parezca un panfleto de internautas airados, sin embargo contiene una rigurosa investigaci¨®n emp¨ªrica realizada por un amplio equipo multidisciplinar que ha dedicado mucho trabajo a realizar grupos de discusi¨®n, entrevistas y seguimientos de audiencias tanto de los medios convencionales (prensa, televisi¨®n y radio) como de los nuevos medios digitales, especialmente de los que son aut¨®nomos e independientes de los grupos medi¨¢ticos, como por ejemplo, Nodo50, Indymedia y LaHaine. Y el resultado ha de calificarse de apasionante e imprescindible, por muchos reparos que quepa ponerle a su pol¨¦mica toma de partido contra los medios de prensa convencionales. Pero lo m¨¢s discutible del libro es su sobrevaloraci¨®n de las manifestaciones del 13-M: ni fueron tan decisivas como parecen creer sus autores ni merecen ser explicadas a partir de las fantas¨ªas de Toni Negri sobre el imperio de la multitud.