Apeados en marcha
Garc¨ªa Bragado y Odriozola son descalificados en los 50 kil¨®metros, ganados por el joven debutante ruso Kirdyapkin
A Mikel Odriozola le atac¨® la ansiedad. A Jes¨²s ?ngel Garc¨ªa Bragado, un juez que, pronto, en el kil¨®metro 6, le dijo que levantaba los dos pies a la vez y que eso no estaba bien. Odriozola, que, antes de ver su tercera amonestaci¨®n, ya marchaba perdido, hab¨ªa vomitado, hab¨ªa sucumbido, dijo que s¨®lo le queda trabajar, trabajar y trabajar para superar sus problemas. "Por lo menos, he mejorado", apunt¨® el guipuzcoano; "antes, la ansiedad no me dejaba ni dormir la v¨ªspera de los grandes campeonatos y ahora ya s¨®lo me asalta una vez comenzada la prueba". Garc¨ªa Bragado, que ten¨ªa a tiro el bronce cuando su t¨¦cnico, Josep Mar¨ªn, le dijo en el 44 que ya llevaba tres amarillas, aleg¨® que, si estuviera cara a cara con el juez del primer aviso, le dir¨ªa: "Vale, ahora demu¨¦strame que los dem¨¢s no pierden contacto [con el suelo]".
Bragado le dir¨ªa al juez: "Vale, demu¨¦strame que los dem¨¢s no han perdido contacto"
No marchaba Robert Korzeniowski, triple campe¨®n ol¨ªmpico, triple campe¨®n mundial de la distancia, que ahora se dedica a sus negocios y a entrenar a Paquillo Fern¨¢ndez, ni tampoco estaba representado vicariamente el polaco por ning¨²n pupilo, ocasi¨®n que aprovech¨® la marcha rusa, siempre sojuzgada por el polaco, siempre comparsa en el podio los ¨²ltimos a?os, para tomar el poder. Lo hizo por el menos esperado, por el joven debutante Sergu¨¦i Kirdyapkin, de 24 a?os, quien aguant¨® hasta el final, con incre¨ªble t¨¦cnica, un lejano ataque lanzado en el kil¨®metro 9. Segundo fue otro ruso, el veterano favorito Alex¨¦i Voyevodin, y tercero, el puesto que le esperaba a Garc¨ªa Bragado, el inesperado italiano Alex Schwazer, un chaval de 20 a?os.
A Garc¨ªa Bragado, quien, de todas maneras, es consciente de que el lado t¨¦cnico no es el m¨¢s fuerte de su marcha, le sent¨® fatal la descalificaci¨®n. Se sent¨ªa discriminado. "Debo de salir en uno de los v¨ªdeos en los que los jueces aprenden a distinguir las infracciones y, en cuanto me reconocen las piernas, me amonestan", dec¨ªa con negro humor el madrile?o; "soy como una diana de tiro al plato para ellos. He mejorado mi t¨¦cnica respecto a los rusos, pero esto es lo que hay. Siempre tendr¨¦ el h¨¢ndicap de la t¨¦cnica". Y, aparte de la sensaci¨®n interna de injusticia que siente todo descalificado por la voluntad de los jueces, Garc¨ªa Bragado, de 35 a?os, campe¨®n del mundo en 1993, subcampe¨®n en 1997 y 2001, adelantaba argumentos t¨¦cnicos para demostrar que era imposible que al principio de la prueba, cuando el ritmo era de 4m 30s el kil¨®metro, se le apreciara que perd¨ªa contacto con el suelo: "Si en el an¨¢lisis con c¨¦lulas fotoel¨¦ctricas que me ha hecho Xavier Leiva se ve que, marchando a 4m 18s el kil¨®metro, me quedo suspendido 20 mil¨¦simas de segundo, a 4m 30s, me quedar¨¦, como mucho, 15 mil¨¦simas. Imposible de apreciar para el ojo humano". Y sus agravios comparativos no terminaban ah¨ª. "Al italiano que ha hecho bronce", a?adi¨®, "le han dado cinco o seis avisos, pero s¨®lo uno ha subido a la pizarra y a m¨ª los tres que me han dado han subido". De todas maneras, seg¨²n Luis Salad¨ªe, espa?ol y secretario del jurado de marcha, a Garc¨ªa Bragado le amonestaron "no menos de seis jueces. Y la primera amonestaci¨®n, la del principio, de la que tanto habla Bragado, no se convirti¨® en roja", dijo Salad¨ªe; "la primera que figur¨® en la pizarra le lleg¨® pasadas dos horas y cuarto de competici¨®n".
As¨ª se cumpli¨® el s¨¦ptimo Mundial de Garc¨ªa Bragado, el atleta espa?ol con m¨¢s citas en sus piernas, que recordaba que la ¨²ltima vez que le hab¨ªan descalificado hab¨ªa sido en 2002. El cuarto Mundial de Odriozola hab¨ªa terminado un poco antes. Casi antes de empezar. Cuando el coraz¨®n, que en los primeros kil¨®metros no deber¨ªa pasarle de las 140 pulsaciones, se le puso a palpitar a 175, cuando llegaron los sudores fr¨ªos. "Esto s¨®lo me pasa fuera, en las grandes competiciones", dijo Odriozola, que lleva tres a?os trabajando con el psic¨®logo Be?at Amenabar para superar los problemas; "porque en Espa?a, la verdad, no hay apenas competencia. He ganado con facilidad el campeonato nacional".
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