Pis, sudor y l¨¢grimas
Desde aqu¨ª oigo a un ni?o llorar, bueno, m¨¢s que llorar, berrea, que es eso que hacen los ciervos en celo y los ni?os moh¨ªnos cuando tienen ganas de dar tabarra. Llora escandalosamente, enrabietado, para ver si de tanto ruido le salen las l¨¢grimas escapando solas de los ojos. Oigo al padre, o a alguien con autoridad o como si la tuviera, diciendo d¨¦jale que llore, que as¨ª no mea. Y nunca se me hab¨ªa ocurrido que los l¨ªquidos en nuestros cuerpos tuvieran esa relaci¨®n tan intensa. Con lo cual, podr¨ªamos deducir que si lloramos mucho, mearemos menos. O que si sudamos mucho, tampoco tendremos que ir tanto al ba?o. Y eso es cierto, en Madrid se suda menos que en Barcelona, pero, en cambio, siempre hay que esperar mucha m¨¢s cola en el ba?o si se est¨¢ en un bar madrile?o. ?Es m¨¢s meona la gente en Madrid? ?Podr¨ªamos afirmar que un tipo, escogido al azar de un sitio sudoroso como Valencia, llora menos que alguien de un secarral como Albacete? ?O que la morri?a de los gallegos est¨¢ directamente relacionada con el exceso de humedad que les rodea, y que por eso la melancol¨ªa se les instala en la mirada en forma de reflejo constante de la r¨ªa, pero no rompen a llorar, tipo Candy Candy? Por esta regla de tres, los suecos, finlandeses y escandinavos en general, que se pasan horas enteras sudando a chorros en las saunas, no llorar¨ªan (o llorar¨ªan poco). Y por eso la tasa de suicidios es m¨¢s alta que en otros lugares, porque, al no transmitir sus sentimientos en forma de l¨¢grimas, sus amigos no saben si est¨¢n tristes o no.
En Madrid se suda mucho menos que en Barcelona, pero, en cambio, siempre hay que esperar mucha m¨¢s cola en el ba?o del bar
O es posible que el obrero de la construcci¨®n en Sevilla est¨¦ obligado por ley a parar cada hora y bajarse al bar a beber. No por gusto, ni por no deshidratarse, sino porque tiene que sudar y brillar mucho para hacer juego con la Torre del Oro. Por eso se les ve poco en los ba?os ni lloran nunca. Y hay m¨¢s gente que tiene que sudar como profesi¨®n: los deportistas, sin que se vayan m¨¢s lejos. Por eso beben y beben y vuelven a beber los que corren una marat¨®n, porque para sudar durante cuarenta kil¨®metros hay que estar muy bebido. Y a ¨²ltima hora, ya casi entrando en meta, adem¨¢s se estrujan una esponja de agua en la cabeza para mantener l¨ªquido para el an¨¢lisis de orina del antidoping.
Ahora bien, ?podr¨ªamos aplicar este seudodescubrimiento a nuestras vidas? La respuesta es s¨ª. Podemos pellizcar a nuestros beb¨¦s para que lloren y as¨ª ahorrarnos un dineral en pa?ales, porque ¨²ltimamente tener un hijo es m¨¢s de lujo que mantener un Ferrari achacoso. Pero ser¨ªa cruel. No estar¨ªa bien visto. A cambio podemos experimentar con nosotros mismos: para evitar sufrir en las colas de los servicios p¨²blicos, ser¨ªa recomendable pensar en algo trist¨ªsimo, como el entierro de uno mismo. Y concentrarse en la tristeza de todos los amigos y familiares que acudir¨¢n a darnos el ¨²ltimo adi¨®s y que tanto se conduelen por haber perdido a un t¨ªo tan extraordinario, me cag¨¹en la mar. Y en medio de este desconsuelo, surgir¨¢n las l¨¢grimas y los sudores fr¨ªos y aguantaremos mejor hasta que nos toque.
Refresco del d¨ªa: pasar de todo y beber algo fresco, sin tener en cuenta si lo miccionaremos, lo sudaremos o nos dar¨¢ llorona; por puro placer contra la sed.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.