"Buenos d¨ªas, Cassiopea"
Hoy me gustar¨ªa hablarles de Luis del Olmo, pero antes quisiera contar algo acerca de Cassiopea, una maravillosa constelaci¨®n de estrellas situada en el hemisferio norte.
Cuando yo ten¨ªa 11 a?os, le¨ª un libro de astronom¨ªa en el que se hablaba de un objeto dorado doscientas veces m¨¢s luminoso que el Sol, situado a 54 a?os luz de la Tierra. Al parecer, esa gigantesca maravilla luminosa era una de las estrellas que formaban la constelaci¨®n de Cassiopea. Me parec¨ªa glorioso imaginar una bola de fuego tan poderosa y lejana. Cuando estaba en la cama, me tocaba la cabeza con las manos e intentaba imaginar un sol doscientas veces m¨¢s intenso que el nuestro, pero jam¨¢s lo consegu¨ª.
A esa misma edad, mi madre sintonizaba a Luis del Olmo por las ma?anas. Los s¨¢bados tambi¨¦n hab¨ªa programa, y yo escuchaba la voz del locutor con la mayor solemnidad del mundo, maravillado por su tono y su potente alegr¨ªa. Nunca he dejado de admirar a ese hombre, y he dedicado muchas horas a defenderle ante mis amigos, que suelen verlo como un tipo caduco y desfasado. Para m¨ª siempre seguir¨¢ siendo el que fue.
Cuando yo ten¨ªa once a?os, le¨ª un libro de astronom¨ªa en el que se hablaba de un objeto dorado doscientas veces m¨¢s luminoso que el Sol
Luis del Olmo tuvo su primera experiencia radiof¨®nica a los 14 a?os, en radio juventud de Ponferrada. Han pasado 54 a?os desde que su voz se transform¨® por primera vez en una onda electromagn¨¦tica que se colaba en los transistores. Las ondas de radio escapan de la Tierra y viajan por el espacio a la velocidad de la luz. Por tanto, las primeras palabras de Luis del Olmo se hallan ahora mismo a 54 a?os luz, exactamente en el lugar en el que se encuentra esa gigantesca estrella dorada doscientas veces m¨¢s luminosa que el Sol.
Me imagino a posibles inteligencias extraterrestres en Cassiopea escuchando a Luis del Olmo por las ma?anas. ?Qu¨¦ significar¨¢ para ellos la expresi¨®n "Buenos d¨ªas, Espa?a"? ?Tendr¨¢n ellos un locutor magn¨ªfico, con el pelo blanco y una gran nariz, que les despierte cada d¨ªa dici¨¦ndoles: "Buenos d¨ªas, Cassiopea"? No tengo ni la m¨¢s remota idea, pero me encanta fantasear con esa posibilidad. Me parecer¨ªa magn¨ªfico que existieran cientos de miles de millones de Luises del Olmo comunicando cosas de galaxia en galaxia.
Antes de terminar este art¨ªculo he llamado por tel¨¦fono a mi hermana para leerle lo que llevaba escrito. Como ella es much¨ªsimo m¨¢s correcta que yo, me ha dicho que, ya que escribo en EL PA?S, deber¨ªa haberle hecho el homenaje a I?aki Gabilondo. Entonces yo le he recordado que la voz de Luis del Olmo est¨¢ ahora mismo en Cassiopea, atravesando el universo a toda velocidad. Me ha dicho que le parece muy bien, pero que I?aki tambi¨¦n es muy bueno. Iba a despedirme de ella para terminar el art¨ªculo, pero antes de colgar me ha apetecido decirle: "Tienes raz¨®n, Tata, pero Gabilondo jam¨¢s ha llegado tan lejos".
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