Comienza la descolonizaci¨®n de Gaza
Israel cierra el acceso a los asentamientos y da 48 horas a los colonos para abandonar sus casas
El Ej¨¦rcito israel¨ª cerr¨® en la medianoche de ayer la zona de los asentamientos de Gaza. La operaci¨®n militar supone el inicio de la descolonizaci¨®n de la franja de Gaza y el fin de una ocupaci¨®n militar y civil que ha durado 38 a?os. Los 8.000 colonos de los 21 enclaves recibir¨¢n oficialmente hoy la orden de evacuar sus casas en un plazo de 48 horas, que expira el mi¨¦rcoles 17 por la ma?ana. A partir de ese momento, podr¨¢n ser desalojados por la fuerza. Las autoridades esperan que la mayor¨ªa de los colonos salga por voluntad propia de la zona, aunque no se descartan focos de resistencia en los asentamientos m¨¢s radicalizados y religiosos; especialmente en Kafar Darom, Morag o Neveh Dekalim, el centro administrativo del bloque de Gush Katif.
La mayor parte de los habitantes de Neveh Dekalim se preparaban anoche para resistir
El general de brigada Guy Tzuv, jefe del Estado Mayor de la S¨¦ptima Comandancia, baj¨® ayer a las doce de la noche (una hora menos en la Espa?a peninsular), la barrera que separa la franja de Gaza con Israel, en el paso de Kissufim. Con este acto simple, carente de protocolo, se puso en marcha el llamado "plan de desconexi¨®n" de Gaza, ideado por el primer ministro israel¨ª Ariel Sharon. Las autoridades castrenses tomaron el control del territorio sobre el que est¨¢n los asentamientos, declararon la regi¨®n como "zona militar cerrada" y decretaron en ¨¦sta la ilegalidad de la permanencia de todos los ciudadanos israel¨ªes. Por ¨²ltimo, han dado un ultim¨¢tum de 48 horas a los colonos para que abandonen sus casas.
La orden de cierre de la zona de los asentamientos de Gaza fue acatada por un buen n¨²mero de personas, entre ellos una legi¨®n de periodistas, curiosos y familiares de los residentes, que poco antes de la medianoche empezaron a abandonar los enclaves de Gush Katif, enfilaron el corredor de Kissufim, y regresaron a suelo israel¨ª. Las carreteras de acceso a los asentamientos quedaron autom¨¢ticamente bloqueadas. Con la clausura, se puso en marcha un dispositivo militar en el que participan m¨¢s de 50.000 miembros de las fuerzas de seguridad, y cuya misi¨®n ¨²ltima ser¨¢ la de desalojar por la fuerza a los residentes m¨¢s radicales que ni siquiera pudieron ser convencidos durante las ¨²ltimas dos jornadas, a pesar del esfuerzo realizado por las autoridades militares israel¨ªes.
La operaci¨®n bautizada Ayudar al Hermano se iniciar¨¢ a primera hora de hoy, cuando escuadrones de soldados y polic¨ªas desarmados -16 en cada grupo-, especialmente preparados, recorran los asentamientos para dar a cada familia una orden de desalojo. La directiva ir¨¢ acompa?ada de consejos y del ofrecimiento de ayuda para mudarse de sus casas y trasladarse a algunos de los seis poblados provisionales dispuestos en Israel. El Ej¨¦rcito ha organizado 400 equipos que desempe?ar¨¢n esta tarea. Inicialmente cada grupo se ocupar¨¢ s¨®lo de cuatro familias para evitar el desgaste psicol¨®gico.
El mando militar tambi¨¦n estableci¨® anoche no menos de ocho cinturones de seguridad en torno a los asentamientos, que cortan el tr¨¢fico de las principales carreteras hacia la franja de Gaza. El paso est¨¢ prohibido para todos, a excepci¨®n del personal autorizado, entre los que se encuentran los representantes de la prensa local e internacional -cerca de 4.500 periodistas venidos de todo el mundo- las agencias de ayuda humanitaria y, evidentemente, las fuerzas de seguridad. El dispositivo tiene como principal objetivo impedir el acceso a la zona a los militantes ultrarradicales jud¨ªos, que obedeciendo la consigna de la campa?a de agitaci¨®n "Amanecer Naranja", pretenden llegar hasta los asentamientos para secundar a los que decidan resistir, entre ellos unos 5.000 infiltrados. Los agitadores, en caso que no puedan llegar a Gush Katif, intentar¨¢n bloquear las carreteras.
La mayor parte de los colonos del asentamiento de Neveh Dekalim, el centro administrativo del bloque de Gush Katif, se preparaba ayer para resistir. Los comerciantes cerraron sus tiendas a primera hora de la ma?ana, poniendo en algunos casos a buen recaudo sus mercanc¨ªas. Ninguno de ellos piensa reabrir sus negocios, con excepci¨®n del supermercado local, situado al lado del Ayuntamiento, que ha sido abastecido hasta el techo. El Consejo municipal, que continuar¨¢ abriendo con toda normalidad sus puertas, ha habilitado almacenes especiales de v¨ªveres para soportar un posible asedio de las tropas israel¨ªes.
"Yo me qued¨® aqu¨ª, resistirse hasta la muerte", aseguraba ayer Racheli Shalva, de 25 a?os, mientras abrazaba a la m¨¢s peque?a de sus dos hijas. Racheli ha decidido quedarse en su casa junto con los otros 12 miembros de su familia, incluida su abuela de 92 a?os, una superviviente del Holocausto. La cocina esta llena de provisiones. Las estanter¨ªas rebosan de paquetes de pasta, cajas de galletas, latas de carne y, sobre todo, botellas de agua. Est¨¢n preparados para un sitio que puede durar bastante tiempo.
Neveh Dekalim no es un caso aislado, muchas familias de otros asentamientos, entre ellos el religioso de Kfar Darom, se preparan para resistir a los soldados cuando vengan a expulsarlos por la fuerza. Los dirigentes locales y religiosos reunieron anoche a una buena parte de la poblaci¨®n en la sinagoga para afianzar su decisi¨®n, darles ¨¢nimos, e incluso convencer a los m¨¢s tibios. De espaldas a la sinagoga, en un campo abierto, se han instalado en tiendas de campa?a un ej¨¦rcito de voluntarios que, acompa?ados de sus hijos, han estado llegado en los ¨²ltimos d¨ªas para reforzar la resistencia.
"Yo me voy, es absurdo continuar neg¨¢ndose a lo evidente: hemos perdido, tenemos que salir", aseguraba Tommer Fishermaier, de 27 a?os, ingeniero electr¨®nico, padre de dos hijos, oriundo y vecino del asentamiento de Gnei Tal. Partir¨¢ en el ¨²ltimo momento, justo antes de que acabe el ultim¨¢tum militar. Es tambi¨¦n una manera de protestar. Muchos saldr¨¢n con ¨¦l. Atr¨¢s, quedar¨¢ un grupo reducido de colonos dispuesto a todo. Son los m¨¢s fan¨¢ticos y algunos de ellos no descartan utilizar sus armas para frenar esta retirada hist¨®rica.
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