Once monjas de clausura comieron pollo contaminado una semana despu¨¦s de la alerta

Once monjas de clausura resultaron intoxicadas en un convento de Palma de Mallorca tras consumir pollo asado de la marca Sada el pasado d¨ªa 5, una semana despu¨¦s de que se declarara el brote de salmonelosis y el producto fuera retirado del mercado. El r¨¦gimen conventual no les permiti¨® enterarse de la alerta.

La congregaci¨®n re¨²ne a 14 monjas, con edades comprendidas entre los 58 y los 91 a?os, que cocinan habitualmente sus comidas con productos frescos de mercado. Las monjas, que residen en clausura en el convento de las Salesas, a las afueras de la ciudad, hab¨ªan adquirido el 26 de julio siete unidades de pollo precocinado y envasado. Su intenci¨®n era celebrar una fiesta de despedida para dos hermanas de la congregaci¨®n que regresaban a Ruanda tras una estancia de un mes en Mallorca.

Ese mismo d¨ªa congelaron los pollos, y durante la semana siguiente permanecieron ajenas a la alarma social generada por la intoxicaci¨®n masiva. Consumieron los pollos el 5 de agosto, y a 24 horas desp¨²es comenzaron a notar los primeros s¨ªntomas de lo que, en un principio, interpretaron como un c¨®lico de verano.

Dos de las afectadas fueron ingresadas directamente por salmonelosis, mientras que otras nueve sufrieron una gastroenteritis aguda. La mayor de la congregaci¨®n se libr¨® porque no comi¨® pollo. Ayer recibi¨® el alta la ¨²ltima afectada, que estaba en observaci¨®n en el Hospital de Son Dureta. El m¨¦dico de urgencias que acudi¨® al convento quien las advirti¨® de que hab¨ªa un brote de salmonela provocado por los pollos asados.

"Hab¨ªamos comprado pollos preparados ya en tres o cuatro ocasiones, y nunca tuvimos ning¨²n problema", explic¨® ayer la superiora. "En el convento no se sigue la actualidad informativa, ya que no coincide con nuestro ritmo de vida interno", reconoci¨® al lamentar: "Cuando nos enteramos ya era demasiado tarde". Hace a?os les regalaron un televisor, pero dicen que rara vez lo encienden.