Significados ocultos
En casa dicen que estoy loco porque me da miedo cambiar las cosas de sitio o de posici¨®n. No soporto que al limpiar el polvo pongan mirando hacia la derecha las fotos que antes miraban a la izquierda. Ni que la colcha de la cama tenga arrugas. Y he dado ¨®rdenes de que coloquen todos los objetos del sal¨®n por orden alfab¨¦tico, para que no haya dudas sobre si esta estatuilla estaba delante o detr¨¢s de este jarroncito. Antes de mover el sof¨¢, dibujamos con tiza, sobre el suelo, su silueta, como hace la polic¨ªa con los muertos, para devolverlo a su lugar exacto despu¨¦s de haber barrido. En la cocina, todo est¨¢ ordenado de mayor a menor, lo que resulta inc¨®modo para moverse, pero proporciona estabilidad emocional. En cuanto a los libros, han de volver a su estanter¨ªa al anochecer y no se pueden retirar antes de que amanezca. Y no hago todo esto por mi seguridad, sino por la del mundo. Me explico:
El individuo de la fotograf¨ªa, conocido como Garganta Profunda, se llama Mark Felt. Fue, como ustedes saben, el agente del FBI que filtr¨® a dos periodistas de The Washington Post los secretos del Watergate que acabar¨ªan con el Gobierno de Nixon. Hab¨ªa negociado con Woodward, uno de esos periodistas, que cuando quisiera hablar con ¨¦l cambiara de lugar una maceta de su balc¨®n. El hecho, pues, de que la maceta estuviera en un sitio u otro, pod¨ªa alterar la marcha de la pol¨ªtica mundial. Y esto es lo que yo digo a mi familia cuando me llaman obsesivo, que no sabemos si al cambiar las cosas de sitio estamos haciendo, sin darnos cuenta, una se?al a alguien.
El mundo es un sistema de se?ales. Ayer mismo, en el autob¨²s, un militar gui?¨® un ojo a un cura que iba a mi lado y que le respondi¨® con un elevamiento de las cejas. Fue todo muy sutil. Nadie, excepto yo, advirti¨® nada, pero era evidente que se estaban intercambiando un mensaje, una informaci¨®n, un encargo. Probablemente ni el cura era cura ni el militar militar. Lo m¨¢s seguro es que pertenecieran a los servicios de inteligencia de dos potencias extranjeras que velan por nuestra seguridad. Si yo, casualmente, hubiera gui?ado el ojo o levantado la ceja un segundo antes que ellos, podr¨ªa haber interferido un mensaje de vital importancia para la humanidad. Por eso tampoco soy partidario de hacer gui?os ni de dar rienda suelta a mis tics cuando me encuentro en lugares p¨²blicos. Como le digo a mi familia, en el autob¨²s y en las cafeter¨ªas conviene mantener una inexpresividad cercana al rigor mortis. Una vez en casa, con las ventanas bajadas y la luz apagada, puedes mover la boca y las cejas y pesta?ear sin peligro.
Nuestra seguridad es lo m¨¢s importante. Todo est¨¢ lleno de significados ocultos. Si a usted se le rompe el tiesto del geranio que ten¨ªa en la ventana, sustit¨²yalo inmediatamente por otro id¨¦ntico, no vaya a ser que pase cerca un garganta profunda y lo interprete como que hay que bombardear aqu¨ª o all¨¢. En cuanto a la foto con la que Mark Felt pasar¨¢ a la historia, y de la que este texto no es sino un humilde pie, da la impresi¨®n de querer decir que Garganta Profunda era un idiota, pero debe tener un mensaje oculto que no alcanzamos las personas sencillas.
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