La belleza convulsa
Un injerto del teatro de marionetas de Egon Schiele se ha hecho un hueco en Palma de Mallorca en medio de las frivolidades insustanciales del veraneo. A continuaci¨®n viajar¨¢ al Museo de Arte Abstracto Espa?ol de Cuenca, donde permanecer¨¢ desde el 14 de septiembre hasta el 13 de noviembre. El medio centenar de obras sobre papel, la mayor¨ªa proveniente de la colecci¨®n Arthur Roessler del Museo de Viena, ofrece una oportunidad ¨²nica de examinar piezas semiocultas de Schiele, puesto que, como recuerda el traductor Miguel S¨¢enz en el texto del cat¨¢logo, la extrema vulnerabilidad del soporte obliga a mantenerlas la mayor parte del tiempo al abrigo de la contemplaci¨®n humana. Enfermedad del papel y enfermedad del alma. Entramos en el coraz¨®n vien¨¦s de un imperio, el austroh¨²ngaro, que se desmorona y, en su ca¨ªda, se aferra con fuerza al arte y a la vida que se va. Schiele pint¨® estas 50 obras entre 1908 y 1918, su d¨¦cada prodigiosa, la que va desde su mayor¨ªa de edad (hab¨ªa nacido en 1890) hasta su tempran¨ªsima muerte, con apenas 28 a?os dedicados a una fren¨¦tica creatividad y a cincelar su inmortalidad.
EGON SCHIELE
Museo de Arte Espa?ol Contempor¨¢neo
(Fundaci¨®n Juan March)
Sant Miquel, 11
Palma de Mallorca
Hasta el 3 de septiembre
No hay obra menor en el virtuoso Schiele, aunque aqu¨ª no figuren sus piezas m¨¢s c¨¦lebres, puesto que todo ¨¦l est¨¢ contenido en cada una de sus l¨ªneas, perfectas en su sinuosidad en¨¦rgica y sensual. El cuerpo de sus personajes serpentea las m¨¢s de las veces, como si quisiera formar un signo de interrogaci¨®n, o se fija r¨ªgido como un t¨ªtere detenido. Las expresivas manos son sarmientos que el pintor transforma en goznes sobre los que gira el retrato, o puntos de fuga que orientan la mirada. Frente a la exuberancia y el horror al vac¨ªo de su coet¨¢neo Klimt, Schiele apost¨® por la econom¨ªa de medios pl¨¢sticos, sobre todo en su empleo comedido del color; explot¨® al m¨¢ximo lo m¨ªnimo, en especial sus sublimes dotes para el trazo. Sus cuerpos no solamente est¨¢n desnudos, est¨¢n tambi¨¦n solos ante la desnudez de su entorno.
La exposici¨®n que trae a Espa?a la Fundaci¨®n Juan March se nutre de lo que podemos llamar la obra m¨¢s recatada de Schiele. No est¨¢n en ella las atrevidas escenas de sexo manifiesto que provocaron su repudio por parte de la sociedad vienesa que alumbraba el psicoan¨¢lisis. Pero hay otras formas de exponer la belleza convulsa, la que atrae y turba, como esos ojos de ni?a repentinamente adultos en Retrato de tres cuartos de Maria Steiner, mirando hacia la izquierda, realizado en un productivo y terminal 1918.
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